Aunque los adolescentes llenos de granos suelen pensar que están marcados por el destino, lo cierto es que más del 70% de adolescentes sufren acné en algún grado, en un momento de sus vidas en que suelen mostrarse muy tímidos. No obstante, se han producido grandes avances en la comprensión de los factores que provocan esta alteración de la piel y cómo tratarla.
El acné común ( acné vulgaris) aparece cuando los folículos pilosos quedan bloqueados por un exceso de sebo, la sustancia grasa que mantiene la piel flexible.
Las bacterias normales de la piel pueden multiplicarse en exceso en el tapón de sebo, de manera que el folículo se infecta y se inflama y aparece una marca de acné.
Las glándulas sebáceas son mas grandes y más densas en la cara ( donde existen en una cantidad aproximada de 600 por centímetro cuadrado), en la parte alta de la espalda, el cuello y el pecho. En consecuencia, éstos son los puntos más habituales de las erupciones de acné.
Tipos de impurezas cutáneas
Los puntos negros se forman cuando el tapón de sebo se encuentra expuesto al aire, mientras que los puntos blancos se desarrollan cuando el tapón se halla atrapado bajo la superficie de la piel.
A veces el proceso de inflamación es más exagerado y pueden aparecer nódulos rojos, duros y dolorosos o quistes llenos de pus. Éstos dejan marcas profundas y cicatriz.
Aunque las glándulas sebáceas producen más grasa en unas personas que en otras, el factor de mayor influencia en el aumento de la producción de sebo es el comienzo de la pubertad.
Al mismo tiempo, se produce un aumento de las hormonas sexuales , incluyendo la testosterona. Aunque los chicos adolescentes son más propensos al acné , la pequeña cantidad de testosterona que producen las chicas, en las glándulas suprarrenales, también desencadena la alteración.
El acné puede aparecer en edades más avanzadas, y afecta a algunas mujeres en los momentos previos a la menstruación. Algunos anticonceptivos orales, sobre todo, los que tienen progestágenos, pueden provocar acné.
Errores frecuentes
Contrariamente a la creencia popular, consumir alimentos grasos, chocolate y dulces no guarda ninguna relación con el acné. Tampoco influye en su aparición el cabello graso, que suele deberse a los cambios hormonales, aunque puede aparecer acné en el nacimiento del cabello o bajo el flequillo si el pelo impide la salida normal de los aceites cutáneos. La actividad sexual, o la falta de ésta, no altera el acné de ningún modo.
Algunos profesionales de terapias complementarias creen que el acné aparece cuando los sistemas de eliminación de desechos del organismo están bajo presión debido a una dieta desequilibrada o a los contaminantes. Estos dos factores introducen en el cuerpo toxinas que se transportan a la piel para su eliminación.
Tratar el acné
El acné leve puede tratarse con pomadas o lociones que actúen eliminando el sebo y desbloqueando los poros. La mayoría de estos productos contienen peróxido de benzoilo, que reduce la infección de la piel y provoca la eliminación de la capa superior de ésta. Abriendo así los poros. Otras pomadas incluyen antibióticos para combatir la infección o preparaciones basadas en vitamina A sintética.
Si el tratamiento tópico no da resultado, el médico tal vez recete antibióticos orales durante periodos de hasta seis meses. Estos fármacos matan las bacterias y reducen la producción de sebo y la inflamación de los folículos.
Resulta importante no dejar la terapia de antibióticos de manera repentina, ya que puede provocar un rebrote del acné. Es preciso retirar el tratamiento paulatinamente.
En el caso de las mujeres, en ocasiones se recetan píldoras anticonceptivas con estrógenos para contrarrestar la testosterona. En los casos muy severos, quizás sea preciso recurrir a los fármacos retinoides que reducen la producción de grasa y secan la piel.
Estos productos se consideran el último recurso, ya que pueden provocar lesiones hepáticas. Las cicatrices provocadas por el acné pueden mejorarse con el método de “abrasión cutánea”, que consiste en eliminar la capa superior de la piel afectada.
Acné rosáceo
Es una variante del acné ; el acné rosácea es una inflamación de la piel que provoca el enrojecimiento de las mejillas y la nariz, la aparición de vasos sanguíneos rotos y prominentes y, de vez en cuando, hinchazón y comedones de pus.
Por lo general aparece en personas mayores de 30 años y es más común entre las mujeres y las personas que se ruborizan con facilidad.
La causa del acné rosácea se desconoce, aunque los brotes pueden estar provocados por la exposición al sol, el alcohol, la cafeína y el queso. A largo plazo esta alteración puede provocar el crecimiento y la deformidad de la nariz. Los antibióticos representan el mejor tratamiento.
Consejos para mantener una piel sana:
1)Lave las zonas afectadas dos veces al día con jabón normal. No se obsesione: los lavados más frecuentes sólo eliminan la grasa más superficial, lo que puede favorecer la producción de más grasa.
2)Debe tratar el acné antes de que empeore. Utilice un tratamiento farmacéutico ( por ejemplo de los que contienen peróxido de benzoilo.
Tan pronto como note los primeros comedones.
3)Hidrate su piel, sobre todo si utiliza cremas para pieles grasas.
4)Tome el sol siempre que le sea posible, pero recuerde tomar las medidas necesarias contra las quemaduras solares.
5)No exprima los comedones, ya que puede empeorar su estado y provocar la aparición de cicatrices.
6)Beba abundante agua y coma abundantes frutas y verduras frescas.
7)Evite los siguientes factores que pueden provocar un empeoramiento del acné; cosméticos grasos, contacto habitual con minerales o aceites culinarios; estrés; ambientes cálidos y húmedos; ciertos fármacos, como los corticoesteroides y, en algunos casos, los anticonceptivos orales.
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