El pasado jueves a las 5 de tarde, fueron citados por el Sr Alcalde las personas que trabajan para las empresas municipales del ayuntamiento de los Barrios en la sede del actual consistorio. La preocupación se trasmitía de unas a otras al comentar lo dicho por el SR Alcalde horas antes en rueda de prensa. ¡Que los echan de sus trabajos!, algunas no dan crédito a lo que escuchan y deben ir modificando esta incredulidad al ritmo que otras personas le van confirmando la funesta noticia. A las 5 y media todo el mundo allí concentrado sabe de la triste noticia que se supone el SR Alcalde debe darles en minutos porque ¿Para qué se les ha citado?.
El SR Alcalde llega y sin entretenerse pasa raudo entre los concentrados y se introduce en la sala de plenos del consistorio. Un guardia municipal llama a una delegada sindical de una de las empresas municipales y a la pregunta de los presentes ¿Podemos entrar?, el guardia les responde que no, que el SR Alcalde solo quiere hablar con algunas personas. En esas se está cuando salen algunos de las personas reunidas con caras de circunstancias y eso provoca que se arremolinen en la puerta del salón de actos un conjunto de personas que aprovechando la salida de alguno de los que abandonan el salón comienzan a entrar. El Sr Alcalde les invita a salir ya que desea reunirse en esos momentos con un colectivo de trabajadoras de la limpieza exclusivamente. Los que van entrando cada vez más numerosos le responden que de que secreto se va a hablar y si no deben escuchar lo que a ellos les afecta. Los ediles presentes todos del PA, unos cinco y el Alcalde, cejan en su empeño de fragmentar el mal trago y asisten silenciosos como se llena el salón de plenos del Ayuntamiento por personas preocupadas y educadas. Cuando ya se termina en rosario de transeúntes y las personas asistentes se encuentran sentadas o de pié ya que su número es mayor que el aforo, el SR Alcalde les informa que todos van a la calle y que es posible que algunas trabajadoras de recaudación o de limpiezas de colegios puedan tener trabajo dentro de un tiempo. Los demás, los de la TV local y los de Iniciativa además de ir a la calle, de momento, no tendrán oportunidad alguna para regresar al trabajo más adelante. Que se cierra la TV y la radio barreñas, que los que deseen pueden pleitear y exigir lo que consideren sus derechos, pero que la decisión está tomada y nada de lo que diga o se hable la alterará. Porque además según deja entrever el Alcalde no puede decir todo lo que sabe. ¿Qué sabe el SR Alcalde? ¿Qué impide al SR Alcalde comunicar, informar de lo que sabe?. ¿Por qué se oculta lo que se dice a unas personas y no a otras? Preguntas que se hacen sin respuestas al compás de reclamaciones de delegados sindicales en ser informados por un lado y de haber participado al menos en la búsqueda de soluciones por otro. Soluciones que algunos de los presentes dicen conocer, pero que el equipo de gobierno parece no querer escuchar. En definitiva, mucho más que un mal trago para todos los presentes, que desde situaciones personales y familiares muy distintas vivencian ese momento amargo con distinta intensidad. Alguna persona llega a reprocharle al SR Alcalde que esa no era su promesa electoral, otra que no se ha dado tiempo ni para compartir la información ni para buscar alternativas con los trabajadores… En definitiva mal día para un colectivo de 57 personas muy diferentes unas de otras.
Y en eso llegan las reacciones al día siguiente. Se pregunta a algunos ciudadanos y ciudadanas de los Barrios por esta medida y exponen unos su satisfacción porque ¡Ya era hora!, de cerrar los nidos de enchufados. ¡Basta ya de sueldazos sin dar un palo al agua!. EL ayuntamiento no puede seguir en banca rota ¡Esto es necesario hacerlo!. ¡La herencia del PSOE ha sido nefasta!. ¡Hay que sanear el ayuntamiento!. ¡Esas empresas han sido un coladero del anterior partido político!. Otros su preocupación. Algunas personas que se muestran indignados con lo que ha ocurrido y otras justifican que se adopte esta traumática medida. Su fundamento es la mala gestión de anteriores alcaldes y la necesidad de reconducir el déficit. A estas personas que así piensan me permito añadirles que además de que están en lo cierto es necesario separar esta cuestión de la decisión de dejar sin trabajo a muchas personas. Cuando argumentan que no todas estas personas son dignas de haber tenido ese trabajo, les respondo que precisamente por ello las medidas de ajuste de plantilla no pueden ser colectivas, generales. Pagar Justos por pecadores es una malísima receta que seguro acabará enfermando el cuerpo social de Los Barrios y que ahondará mucho más la brecha que ahora ya existe. Si de alguno se puede predicar que ha sido un parásito, que ha entrado por enchufe político, que ha medrado a costa del erario publico, a ese y sólo a ese debe dársele el “pasaporte” hacia el desempleo. ¿Pero esa medida se debe tomar con los 57? No estamos ante un ¡Fuenteobejuna disciplinar!, ni debemos plantear este asunto de manera simple y lineal. Cada familia es un mundo y desde el conocimiento que de cada uno se tenga debe ser tratado, nunca maltratado. Además entre las personas que trabajan en el ayuntamiento se observan diversos planteamientos, desde el que nada de esto va con ella, porque pertenece a la función pública desde hace mucho tiempo, y que despidan a 57 o 157 le trae al pairo, hasta los que estando en la misma situación de estabilidad teórica intuyen que primero van unos y después van otros y que todos juntos pueden defenderse mejor de la arbitrariedad en caso de producirse. Porque estos últimos saben de amiguismos y de prebendas y tienen la certeza profunda de que los nuevos magnatarios siempre tienen la tentación de convertirse en amos y frente a un amo solo hay siervos. Y no quieren ser siervos de nadie con independencia de que tengan la servidumbre garantizada.
Porque de indignación debemos de llenarnos, nunca de odio. Esta bajo sentimiento, donde los haya, se refleja en algunas personas que no sólo se indignan, sino que además se alegran de sufrimiento ajeno. Como si de una vendetta se tratara, ¡como han llegado los míos, el fuego eterno y el crujir de dientes para los otros!. Confiemos en que ni siquiera la indignación guie los pasos del actual equipo de gobierno municipal y de que reconduzca esta drástica decisión. Porque se puede intentar, hay que hacerlo legalmente, disolver las empresas municipales, medida que podría ayudar a aclarar el panorama y cosa bien distinta dejar sin trabajo a muchas decenas de vecinos barreños, al menos a los que han sido personas trabajadoras. Otro aspecto de importancia es que se han descuidado las formas y estas son importantes porque para salir de la crisis se requiere el concurso de todos y no hablar con los representantes de los trabajadores o con los trabajadores y trabajadoras directamente es un error. Porque cuando se dice hablar, se supone que se está en disposición de escuchar y solo escucha el que desean encontrar, en lo que se le dice, alguna luz que le ayude a tomar decisiones. ¿Escucha algo el que ha decidió ya lo que se va a hacer? Se le nota en sus gestos, en sus ojos, en su postura corporal, en el cómo está en la reunión sin estar, en cómo percibe una pérdida de tiempo ese momento. Nada de lo que se diga es importante para el que ya tomó la decisión. Es un teatro donde debe interpretar que escucha cuando de hecho nada oye. Han pasado tres semanas mal contadas desde el inicio de los gobiernos municipales, aún nada se ha compartido con quienes deben hacer realidad la recuperación del ayuntamiento barreño: Las trabajadoras y trabajadores, ¿y ya se despide a la gente? De cada cual según su responsabilidad y capacidad, a cada cual según su necesidad. Indignación, compasión, con quien es merecedora de ella, y un enorme esfuerzo colectivo de la ciudadanía barreña para llenar de futuro las miradas de nuestros niños y niñas.
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