La entidad local de Facinas ha dado un paso en el afianzamiento de sus señas de identidad con la aprobación inicial de un escudo y una bandera oficiales. La propuesta, que surge de una iniciativa planteada por el alcalde pedáneo, Andrés Trujillo, a principios de año, ha tomado forma a través de una memoria elaborada por el gabinete sevillano de María Josefa Nieto, experta universitaria en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria, presentada a la entidad local a principios de agosto.
En dicho documento se realiza un análisis de las circunstancias naturales, geográficas, históricas y socioeconómicas de Facinas, para a continuación plantear las dos propuestas correspondientes a ambos elementos heráldicos. Así, el escudo se define como “escudo español, cuarteado en cruz; en el primero, de azur, un molino de agua en plata; en el segundo, de sinople, tres haces de trigo de oro, en palo cada uno y colocados en faja; en el tercero, de gules, tres llaves de oro en palo cada una y colocadas en faja con los paletones hacia abajo y hacia la diestra; en el cuarto, de plata, un alcornoque arrancado de sinople, fustado y tallado en su color; al timbre, corona real española cerrada”. O en términos legos: cuatro cuadrantes, el primero azul con un molino de agua blanco, el segundo verde con haces de trigo, el tercero rojo con las tres llaves de Tarifa, y el cuarto blanco con un alcornoque.
Respecto a la bandera, ésta se describe de la siguiente manera: “bandera rectangular de proporciones 3:2 (largo por ancho), terciada vertical; dividida en tres fajas verticales de igual anchura: verde al asta, blanca la central y azul la batiente; en el centro, el escudo municipal”.
La propuesta de la experta sevillana fue aprobada por la junta vecinal de Facinas el pasado 9 de septiembre, y por el Pleno del Ayuntamiento de Tarifa en su última reunión ordinaria. De acuerdo con lo estipulado por la Ley 6/2003 sobre Símbolos, Tratamientos y Registro de las Entidades Locales de Andalucía, el expediente se encuentra estos días disponible en el propio Ayuntamiento, a fin de que los ciudadanos puedan consultarlo y presentar las alegaciones que estimen pertinente. Concluida esta fase, será necesario un informe de la Consejería de Gobernación para que la propia entidad local proceda a su aprobación definitiva, lo que previsiblemente se producirá a comienzos de 2010.