
La plaza de toros Jorge “El Ranchero” Aguilar de Tlaxcala fue escenario de la tradicional novillada incluida en el cartel de prensa, una cita que volvió a reunir a aficionados y especialistas del mundo taurino. En esta ocasión, la novillera española Miriam Cabas brilló con una actuación llena de temple, determinación y elegancia.
Desde su salida al ruedo, Cabas mostró una mentalidad firme y una notable calidad técnica. Templó con precisión los primeros lances y remató con una media muy estimada por el público, seguida de unas navarras que fueron calificadas como “una auténtica pintura”. Tras conectar de inmediato con los tendidos, inició la faena de muleta con muletazos por bajo, llevando al novillo del tercio a los medios para estructurar una labor de creciente intensidad.
Su toreo al natural destacó por la longitud y tersura de los pases, encadenando tandas que dieron forma a una faena armónica, variada y de gran empaque. Sin embargo, la espada privó a la novillera de un trofeo mayor en su primera aparición, quedando su actuación saldada con una sonora ovación.
En su segundo novillo, Cabas volvió a mostrar seguridad y buen oficio, lo que le valió cortar una oreja que reconoció el esfuerzo y la calidad del conjunto de su actuación. El público respondió con entusiasmo, subrayando la proyección de la novillera y su capacidad para afrontar compromisos de alto nivel.
El paso de Miriam Cabas por Tlaxcala deja una grata impresión entre la afición mexicana, que valoró tanto su concepto clásico como su entrega en los momentos decisivos.
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