Este texto se confeccionaba días antes de la catástrofe del levante español, al día de la publicación ya contabilizan en la Comunidad Valenciana más de 200 víctimas fallecidas. Millones de personas en España se preguntan por las causas, directas o indirectas, de este terrible acontecimiento. ¿Cómo encontrarán respuestas sus seres queridos? El 1 de noviembre el mundo católico celebra el día de los difuntos. Una fecha que rememora la tragedia que para millones de familias supuso la desaparición de seres queridos. Un día para la visita al cementerio porque las personas se resisten al olvido. Precisan anímicamente rememorar la vida que fue compartida. Un anhelo de comunicarse con quienes “se fueron”. La misma esencia del enterramiento, una de las primeras muestras de civilización en los primeros estadios de la evolución humana, pervive después de cientos de miles de años. Y es que no se desea separarse de los seres que fueron amados. Un profundo sentimiento de unidad “mística” empuja a conmemorar al menos como colectividad la presencia de las personas difuntas. En esos momentos se tiene muy presente la manera de producirse el óbito. Y cuanta resignación aporta el conocer que la muerte fue serena. Al contrario, la rabia sobrecoge el ánimo, si se produjo violentamente y es evidente la mano humana en ella.
Si lo cercano es tremendo ¿Cómo sintonizar con las miles de muertes que el ejército israelí está produciendo en Gaza y Líbano.? El 1 de octubre de este año, el Secretario General de la ONU, remitió la Asamblea General el informe de Francesca Albanese, Relatora Especial sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967. El documento se titula “El genocidio como supresión colonial”: https://documents.un.org/doc/undoc/gen/n24/279/71/pdf/n2427971.pdf. Completa este informe otro titulado: “Situación de los derechos humanos en Palestina y otros territorios árabes ocupados. Anatomía de un genocidio” realizado entre marzo y publicado en julio que informa: “Tras cinco meses de operaciones militares, Israel ha destruido Gaza. Más de 30.000 palestinos han resultado muertos, entre ellos más de 13.000 niños. Más de 12.000 se dan por muertos y 71.000 han sido heridos, muchos de ellos con mutilaciones que han dado un vuelco a sus vidas. El 70 % de las zonas de viviendas han quedado destruidas. El 80 % de la población se ha visto forzada a desplazarse… Miles de personas han sido detenidas y sometidas sistemáticamente a graves malos tratos. El trauma colectivo, de incalculables dimensiones, se revivirá durante las generaciones venideras.”
El publicado en octubre concluye que “La destrucción general de Gaza, de la que no se han librado otras partes del territorio, continúa sin cesar. La violencia que Israel ha desatado contra los palestinos tras el 7 de octubre no se produce en un vacío, sino que forma parte de un proceso a largo plazo, intencionado, sistemático y organizado por el Estado cuyo fin es provocar el desplazamiento forzado y la sustitución de los palestinos.” Este informe viene a confirmar “la intención genocida y contextualiza” enmarcada en un “proceso de expansión territorial y depuración étnica”, que Israel lleva desarrollando durante décadas “y cuyo objetivo ha sido aniquilar la presencia palestina en Palestina” La actual política genocida de Israel, a juicio de la Sra Albense “debe considerarse un componente esencial y decisivo del objetivo de Israel de colonizar completamente la tierra palestina expulsando al mayor número posible de palestinos.” Un pueblo que vivió en carne propia el horror del holocausto no debería aplicarlo contra otro pueblo. La cifra de 6 millones de judíos exterminados por los nazis, no debería permitirles, con el consentimiento de los grandes magnates del mundo como en aquellos terribles años 40 del siglo pasado, exterminar al pueblo palestino y ahora al libanés. Aprendieron de las cámaras de gas (duchas les decían a los deportados a los campos de exterminio) para arracimar las victimas palestinas en las llamadas “zonas seguras” y de esta forma bombardearlas para producir el mayor número de víctimas. Suenan a idénticas estrategias nazis “Los ataques sistemáticos contra la soberanía alimentaria de Gaza indican la intención de destruir a su población mediante el hambre81. Israel ha destruido tierras agrícolas82 y depósitos de agua83 y ha atacado centros de distribución”. Un informe el de la Sra. Francesca Albanese demoledor con multitud de referencias y datos que no dejan lugar a duda sobre las atrocidades que Israel está cometiendo contra el pueblo palestino.
Tanto la catástrofe valenciana como la cercanía al día de “todos los santos” permite acercarse, un instante siquiera, a las miles de familias que “han perdido a sus seres queridos o han sido aniquiladas. Muchas no han podido enterrar y llorar a sus parientes, y se han visto obligadas a dejar sus cuerpos descomponiéndose en las casas, en la calle o bajo los escombros.” En esta España, donde aún hay familias buscando a sus seres queridos en fosas comunes después de más de 80 años, ¿Cómo se comprenderá lo que experimentan decenas de miles de familias palestinas? Porque no fue la naturaleza quien invitó a la parca, sino que la siniestra voluntad inhumana se encargó de convocarla, de ejecutarla. Por ello nada bueno a futuro puede proyectar tanto asesinato en Gaza y ahora en el Líbano. ¿Quién invocará a los millones de personas que fallecieron genocidamente? La muerte siempre es aciaga, nunca es bienvenida. Aceptada con resignación cuando libera del dolor, pero siempre dolorosa. Cuándo es la mano asesina quien la ejecuta ¿Quién puede asumirla con serenidad? La misma violencia que arrebata deja el veneno en quienes sufren la perdida, aumentando el odio y el deseo de venganza. Los líderes de Israel saben de eso bastante y ejercen una venganza gratuitamente injusta sobre todo el pueblo palestino, a pesar de “las intervenciones de la Corte Internacional de Justicia, los actos genocidas se han multiplicado. Casi un año de agresión aplicando una política de tierra quemada ha dado lugar a la destrucción calculada de Gaza: el costo humano, material y ambiental es imposible de cuantificar” Pretenden, Israel y el gobierno de Estados Unidos. justificar el genocidio con la defensa ante el terrorismo de Hamas y otros. ¿Cómo es posible hacerlo sembrando el terror? Saben que cada viuda, viudo o huérfano, que dejen tras de sí, reclamara venganza y de ahí su asesina lógica de exterminar a todo un pueblo. ¿Por qué los pueblos del mundo no actúan contundentemente para evitar este genocidio? Los gobiernos del mundo deben dejar de enviar armas a Israel, instar a hacer lo propio a Estados Unidos, bloquear todas las operaciones económicas y financieras de Israel y de cualquier organización que le ayude. La ONU parece ineficaz para ello dado el derecho a veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad. No obstante, queda advertida “Israel de la posible suspensión de su condición de Miembro con arreglo al Artículo 6 de la Carta de las Naciones Unidas”, que dice lo siguiente: “Todo Miembro de las Naciones Unidas que haya violado repetidamente los Principios contenidos en esta Carta podrá ser expulsado de la Organización por la Asamblea General a recomendación del Consejo de Seguridad.”
La OTAN sin embargo si podría actuar de forma contundente animando a Estado Unidos a detener a Israel en su diabólico exterminio del pueblo palestino. El gobierno de España ya ha decidido rescindir un contrato pequeño de munición con Israel, pero evidentemente eso no es suficiente. La sorpresa es que después de tantas manifestaciones sobre el alto el fuego en Gaza ¿Aún se mantenían negocios de armamento con Israel?
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