Clausurado el XXV aniversario de la llegada de la imagen de la Virgen de la Paz a la villa

Con la celebración de una Eucaristía de Acción de Gracias, ayer sábado, finalizó el año conmemorativo por los XXV años de la llegada de la imagen de la Virgen de la Paz a nuestro pueblo. La misa fue concelebrada por los sacerdotes Yelmán Bustamante y Jesús Casado en el templo parroquial San Isidro Labrador.

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Redaccion | Los Barrios

Al finalizar la eucaristía la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Nuestra Señora de la Paz homenajeo a Lucía Pérez Tineo, nombrándola camarista de honor; a Felipe Salazar Gil y a los Capataces y Costaleros, que son o han sido, para ello se contó con la presencia de Raúl Blanco, José Miguel Pecino, Félix Gálvez y José Correro.

Hermana Mayor de la cofradía, Fuensante Corrales señaló que “Todo lo vivido durante este año, lo pusimos en forma de alabanza y agradecimiento ante el altar en una Solemne Eucaristía. Que los frutos de todo este año nos sirvan para seguir creciendo como Hermandad y como Iglesia. Damos las gracias a todos los que han hecho posible la celebración de esta efemérides. Gracias de corazón. Que Jesús de Medinaceli y María Santísima de la Paz, siga bendiciendo a esta Hermandad, a su Junta de Gobierno, a sus hermanos y hermanas y a todos aquellos que se acercan con cariño a nuestros Sagrados Titulares”.

Texto integro de los homenajeados:

Semblanza de Lucía Pérez Tineo

“De todos nosotros es bien conocida su labor servicial y emprendedora, generosa y atenta. Siempre dispuesta a los requerimientos de nuestra Hermandad, y cómo no, a los de su Virgen de la Paz. Querida Lucía, cuántas puntadas han quedado prendidas en túnicas, sayas, mantos y estandartes. Cuántos encajes has colocado en el rostro de la Virgen. Qué privilegio el poder estar tan cerca de Ella. Tú, mejor que nadie, conoces la mirada tierna y serena de la Virgen. Seguro que al vestirla, más de una vez te quedaste contemplado su rostro cual niña en brazos de su madre.

Para nuestra Hermandad es un orgullo contar con tu persona, con tu arte, aquel que sale de tus manos y de tu corazón. Arte que también ha heredado tu hijo Moisés, pues es precisamente él, el autor del cartel y logo del XXV aniversario. Tu familia, especialmente tu nieta Andrea formando parte de nuestro grupo joven y tu hijo político, Diego, siendo los pies de nuestra Virgen de la Paz, saben mejor que nadie el cariño y devoción que rindes a nuestra Madre. Por todo ello y mucho más, te mereces este momento”

Semblanza de Felipe Salazar Gil

Hablar bien de nuestro amigo y hermano Felipe Salazar, no es difícil. Por todos es conocida la labor ejemplar que ha dejado notar en la historia de nuestra Hermandad y de nuestra Virgen de la Paz. Su madre, Paca, quien fuera también miembro de nuestro Hermandad y de su Junta de Gobierno, supo bien inculcarle la devoción a nuestros Sagrados Titulares y transmitirle grandes valores.

Buena persona, humilde, trabajador y servicial. Dispuesto a colaborar y a tender su mano en las buenas causas. Desde niño, vinculado fuertemente a la parroquia, como monaguillo y sacristán, miembro del coro parroquial, colaborador en el equipo de liturgia y del equipo de Cáritas, catequista y miembro de nuestra Hermandad desde sus comienzos, de la mano del que fuera su Hermano Mayor D. José Domínguez.

Si alguien pregunta por Felipe, todos sabemos dónde encontrarlo, en la librería, en la iglesia o en su Casa de Hermandad o también en el Casino. Hermanos y hermanas, todos sabemos que alguien es buena persona cuando es buena con los demás, y Felipe es una de ellas.

Su altruista y perseverante labor en tantos menesteres, como mayordomo, priostía, cuidado de enseres y de nuestra casa de Hermandad, montajes de altares de culto, exorno floral y tantas otras cosas, hacen de Felipe merecedor de este reconocimiento”.

Semblanza de los Capataces y Costaleros

“Cuando ya todo está preparado, cuando ya las flores lucen resplandecientes en sus jarras plateadas, cuando la candelería comienza a iluminar el rostro de la Madre ataviada y vestida de sol, cuando comienzan a sonar los primeros sones de unos instrumentos a compás, suenan los tres golpes secos de un llamador. Es la voz del capataz llamando a quienes van a ser los pies de nuestra Madre. ¿Qué sería la Semana Santa sin esa voz que llama, que anima, que guía al paso de palio? ¿Cómo sería nuestra Semana Santa sin esos pies que llevan a la Virgen por las calles de nuestro pueblo, acercándola a quienes requieren su presencia?

Hermanos y hermanas, es el momento de reconocer la encomiable y grandiosa labor de nuestros costaleros y capataces, la de los que están y la de los que se fueron. A todos aquellos que, durante estos veinticinco años, han venerado a la Virgen de la Paz siendo sus pies o prestando sus manos al llamador. Toca agradecerles su esfuerzo y dedicación, su tiempo y devoción a la Madre de Dios a quien con cariño llamamos Virgen de la Paz. – Raúl Blanco, José Miguel Pecino, Félix Gálvez, José Correro”.

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