Los Fondos Buitre

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Ángel Tomás Herrera | Licenciado en Derecho

España está en venta. Si 2013 fue el año en el que los llamados “fondos buitre” aterrizaron en nuestro suelo patrio, este año 2014 es el del gran festín. La economía española es una desolación, un paisaje después de una batalla, lleno de perdedores y oportunidades para estos carroñeros de las finanzas. Se han estado cebando sobre Grecia y ahora nos toca a nosotros. Según el Wall Street Journal, 200 fondos extranjeros están rastreando España con 35.000 millones listos para ser invertidos, cifra que la BBC eleva a 58.000. No nos tiene que extrañar lo que está pasando, la crisis nos ha empobrecido y arruinado tanto, que la transformación social y las brechas insalvables de miseria, evidencian la debilidad. Ahora les toca actuar a los gurus del taco, aprovechándose de las gangas y las necesidades ajenas. Todo un mana de cadáveres esperan para ser horadados por sus inmisericordes picos. La crisis no hace prisioneros, y estos pájaros de altos vuelos no han venido a invertir, han llegado para dejar los huesos pelados y comerse hasta el tuétano, bajo la ley del más fuerte y la alevosía de la desesperación.

Para estas inversiones foráneas, ya dio el pistoletazo de salida en 2012 el magnate neoyorquino Donald Trump, que por entonces ya reconocía sin tapujos el colapso de nuestra economía: “Te están dando las tierras por nada, te lo están dando todo por nada. España es un país increíble, pero como está enfermo, es el momento de aprovecharse”. Y vaya si se están aprovechando, siguiendo los pasos de Trump han puesto los ojos en nuestra moribunda economía grandes inversoras y multimillonarios como Bill Gates, que se ha convertido en el segundo accionista de la constructora FCC; Howard Marks – fundador de Oaktree – que ha adquirido diversas empresas como Panrico; Carlos Slim que adquirió 439 oficinas de Caixabank y acciones en Gas Natural; Henry Kravis fundador del gigante capital riesgo KKR o Leon Black, fundador de Apollo Global Managament, que ha comprado, entre otras cosas, Evo Bank, la inmobiliaria del Santander. Y estos son sólo algunos de los ricachones que se conozca, ya que la mayoría prefieren guardar el anonimato, usando diferentes mediadores y comisionistas. La mayoría son gigantescos fondos estadounidenses que utilizan sus cuarteles en Londres como oteadero, desde el que observan nuestro maltrecho mercado. No les gustan los titulares, pero su voracidad les lleva a hacerse con grandes empresas como Pescanova o Nueva Rumasa. Siempre están al acecho de nuevas víctimas, como está ahora ocurriendo con Deoleo, propietaria de Koipesol y Carbonell.

Para los grandes bancos españoles se trata de una oportunidad de soltar lastre financiero. Están colocando carteras de créditos morosos con quitas y descuentos de hasta un 95 por ciento, que jamás harían a sus deudores. Estos fondos distressed o de capital riesgo, no hacen gala de su nombre, pues quienes los manejan poco o nada tienen que perder, cuando compran a precios de saldo y por grandes lotes. Entre las entidades españolas que más activos están vendiendo a estos fondos buitre está la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria ( Sareb ) – BFA, Bankia, Catalunya Banc, NCG – Banca Gallega, Banco de Valencia, Banco Mare Nostrum, CEISS, Caja 3 y Liberbak -, creada tras un proceso de nacionalización bancario. SAREB, como “banco malo”, está actuando con ventajas legales que no tienen el resto de sociedades anónimas, colocando gran parte de sus activos tóxicos – valorados en miles de millones de euros – en manos de fondos de oportunidades o buitres como Cerberus, Lindorf y Elliot.

Y no sólo se dedican estos tiburones de las finanzas a cebarse con las grandes empresas y bancos, sino que también actúan sobre mercados emergentes como las energías renovables e incluso sobre el castigado negocio del ladrillo. Se dedican a comprar terrenos, construcciones y deudas relacionadas con el sector inmobiliario, haciendo su agosto con las empresas de recobros, las quebradas y los concursos de acreedores. Gustan de las divisiones inmobiliarias de los bancos, saturados de hipotecas de difícil cobro e inmuebles de venta complicada. Muchos de ustedes se sorprenderían como hoy en los juzgados la mayor parte de ejecutantes de deudas y embargos son empresas con sede en Suiza, Luxemburgo, Londres o Nueva York. Además muchas de estas gestoras vienen de la mano de entidades financieras, con las que comparten oscuros intereses. Y no piensen que detrás de esos fondos buitre sólo hay especuladores extranjeros, en muchos casos hay inversores españoles. Son los que forman parte de ese trece por ciento más de nuevos millonarios que han surgido al calor de la crisis y la amnistía fiscal.

Estas hienas de las finanzas también están comprando listas de deudas de dudoso cobro y archivos de morosos de compañías telefónicas, eléctricas, aseguradoras, financieras y diferentes empresas, para hacer negocio con la gestión de los cobros. No se extrañe si cualquier día le llaman ellos en vez de su banco. Lo mismo puján en subasta por las casas y vehículos que embargan los juzgados a los que ya no pagan o no pueden hacerlo, como adquieren promociones inmobiliarias enteras, bancos y grandes fincas, como puede ocurrir con el caso de la Almoraima. Y como el dinero manda, están recibiendo encima apoyo por las Administraciones públicas, con el falso discurso de la inversión. El caso más sonado ha sido hasta ahora la venta de 3000 viviendas públicas del Plan Joven por la Comunidad de Madrid a Goldman Sachs – Azora por 63.000 euros / piso. Tras la compra, el negocio redondo para Goldman, que ha duplicado el precio de venta por piso y ha subido el precio de los alquileres. Los bancos también se han apuntado al carro, asfixiando empresas y familias para luego vender por piezas las casas y el patrimonio. Ahí está de ejemplo el banco malo SAREB, que ha vendido a sociedades extranjeras un paquete de 939 casas residenciales en la costa por 100 millones. Estas empresas a veces están radicadas en paraísos fiscales, incluso algunas canalizan fondos públicos para transformarlos en privados, o utilicen estas inversiones riesgo para blanquear dinero y defraudar.

Más de 20.000 millones de euros esfumados en fondos y cajas B, aunque la realidad arroje quizá mucho más dinero. Esta es la situación que tenemos. Las redes económicas de estos embajadores del neoliberalismo cool utilizan diferentes sociedades pantalla e interpuestas, entremezclándose en muchas ocasiones los intereses empresariales – financieros, públicos y privados con los políticos y pseudomafiosos. Y mientras tanto el Gobierno mirando para otro lado, y siguiendo a pie juntillas las políticas de la Troika, recortando vidas, derechos y economía. Con uno de cada cuatro españoles sin empleo y un aumento exponencial de la miseria, España agoniza en manos de las necesidades y los poderosos. Dónde está el despunte económico. Los fondos buitres son un ejemplo más de lo mal que se están haciendo las cosas, en este camino hacia el desastre. Recordemos las sabias palabras del escritor Primo Levi, y rectifiquemos si es que estamos a tiempo: “Un país se considera tanto más desarrollado cuanto más sabias y eficientes son las leyes que impiden al miserable ser demasiado miserable y al poderoso ser demasiado poderoso.

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