El Sorpasso del Miedo y el Pasotismo

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Ángel Tomás Herrera | Licenciado en Derecho

Tras los resultados de las últimas elecciones generales habría que hacer un examen de conciencias y de resultados. La realidad de los resultados nos ha abierto los ojos. El tan cacareado sorpasso o “adelantamiento” por la izquierda, se ha llevado a cabo de nuevo por la derecha. Esa misma derecha que ha hecho de la corrupción mafiosa el pan de cada día, la misma que favoreció la fragmentación de la izquierda y avivó el miedo del votante, tras el Brexit británico.

No nos confundamos. El sorpasso electoral que ha propiciado el triunfo del partido popular ha sido provocado por el miedo y el pasotismo del electorado. El PP gana las Elecciones Generales al contar, por un lado, con un 32,93% de los votos del censo electoral, y por otro, con un 30,16% de votantes que no fueron a votar y prefirieron irse a la playa. Esta amplia abstención y ese “presunto miedo” han propiciado el triunfo de la derecha, a pesar de los casos de corrupción, la precarización del empleo, la falta de trabajo, los recortes económicos y de servicios sociales, las reformas legales en materia laboral, judicial, de sanidad y educación o en las propias instituciones estatales o comunitarias.

El electorado ha vuelto a votar a favor de los implicados en una crisis y fragmentación social sin precedentes, que han propiciado con sus políticas una desigualdad social galopante y una pobreza crónica que no desaparecerá a pesar de las mejoras económicas que vengan. No entiendo cómo se ha votado, o se tienen los bríos de no votar y favorecer el triunfo de un partido judicializado y carcomido por la corrupción. Un partido que ha presumido de gobernar sin rescates, cuando realmente solicitó un “rescate bancario millonario” que todos estamos pagando, favoreciendo un latrocinio institucionalizado y normalizado de dinero público, que la amnistía fiscal se ha encargado de sacar a la luz. No se ha penalizado la corrupción, parece ser que aquí se aplaude al ladrón y se critica la honestidad. El saqueo a las arcas públicas, la desmantelación de los servicios públicos, el hecho de que la deuda pública supere el cien por cien el PIB en un siglo ( se deben por las Administraciones Públicas más de 1000 billones de euros ), la falta de creación de empleo y los despidos masivos, o el hachazo al fondo de reserva de las pensiones son peccata minuta.

Para pagar las pensiones y la paga extra de julio, el gobierno en funciones ha tenido que retirar 8.700 millones del Fondo de Reserva. Rajoy contaba al comienzo de su legislatura con 66.815 millones de euros en la hucha de las pensiones, y finaliza su mandato con 25.176 millones. A este ritmo, el fondo de reserva de las pensiones terminará a finales de 2017. A partir de ahí necesitará financiación adicional, ya que la Seguridad Social actualmente está en números rojos, es decir, se gasta mucho más de lo que se ingresa.

Ante esta panorámica terrible, sin generarse empleo de calidad y donde un pensionista ya gana más que cualquiera de los nuevos empleados, no nos sirve el falaz discurso del descenso del paro por el tradicional aumento del empleo veraniego. No podemos olvidar que estamos ante empleos temporales en su 90%, totalmente precarios y mal pagados, que no supondrán una gran recaudación para la Seguridad Social que se desangra. La falta de dinero para prestaciones sociales, pensiones y ayudas al desempleo seguirá socavando la desigualdad social y favoreciendo la pobreza. Ya tenemos más de un millón de familias sin ningún tipo de prestación por desempleo. España ya es el tercer país europeo con más pobreza infantil, tras Rumanía y Bulgaria; además de ser el país de Europa donde se baten récords de paro y emigración ( sólo el año pasado emigraron cerca de 100.000 españoles ).

Con toda esta información, que nos recuerda la mala gestión política y el mal camino que llevamos, es evidente que con el resultado electoral perdemos todos. Ha sido el miedo, el pasotismo – y si me lo permiten –, la propia ignorancia activa, la que nos ha ganado la partida y ha propiciado un funesto sorpasso que nos saldrá caro. Bien harían los partidos que se dicen de izquierdas en analizar los pasos que han llevado al electorado a entronizar de nuevo a los mismos que han generado esta ruina.

Resulta preocupante el aumento de la abstención electoral y el masivo voto de la juventud a favor de los partidos conservadores, tanto a nivel nacional, como autonómico y local. Es un serio aviso a los partidos de izquierdas. Entiendo que se debería apostar por un nuevo proyecto ilusionante que rescate el voto joven y devuelva la confianza al electorado descontento. Un proyecto que tiene que pasar inevitablemente por una fuerte unión y sin fisuras de la Izquierda, lejos de “egos y sorpassos”, abogando por unas políticas sociales reales, ya que de lo contrario, comunidades tradicionalmente gobernadas por el PSOE u otros partidos nuevos, progresistas y de izquierdas, perderán a favor de la derecha en próximas elecciones. No podemos olvidar el poder del miedo y los medios de comunicación, el valor del pasotismo en forma de abstención electoral, y el empuje que puede tener el voto joven en favor de las políticas populares, a pesar de la debacle que han provocado en todo el país.

“ Nada hay más terrible que una ignorancia activa ”.

Johann Wolfgang Goethe.

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