Rafael Fenoy Rico | Secretario de Comunicación Educación de la Confederación General del Trabajo (CGT)
Esto del tiempo nos lleva a viejas y manidas disputas sobre las profesiones liberales o no. Sobre los trabajos manuales o intelectuales etc… No merece la pena suscitar siquiera el recuerdo de las mismas, pero al hablar de tiempo de trabajo afloran como si tuvieran vida propia !Quizás la tengan!, en las mentes de quienes piensen que en el fondo son mejores que los demás, que merecen más, y que todo lo que son, profesionalmente hablando, ha sido fruto de su esfuerzo personal e inteligencia. Lo que sí es cierto es que tanto en la función pública como en el mundo laboral en general, unas personas trabajan más que otras. Unas se dedican más a su trabajo que otras, unas pocas no trabajan y la mayoría sí. Y ello es así porque las personas que deben ejercer el control no lo hacen, o lo ejercen de manera arbitraria, en función de la mayor o menos sintonía, gracejo, nivel de consanguineidad, que la persona “agraciada” tenga con ellas. Y cuando algunas personas que trabajan en esa unidad administrativa o empresarial servicio se dan cuenta de que efectivamente ¡da igual!, surge inmediatamente la pregunta: ¿merece la pena ajetrearse?
Evidentemente la respuesta depende de varios aspectos relacionados con la “ideología” de quien trabaja. Porque está claro que ante la ausencia de control es la voluntad de quien trabaja la eficiente. Una idea fuerza, un valor, que anima a muchas personas a trabajar en estas circunstancias, es la honestidad. Esta se circunscribe a ser coherentes con la relación contractual que se estableció cuando se incorporó la persona al puesto de trabajo. Otro motor, y muy potente, la responsabilidad de prestar un buen servicio a sus conciudadanas y conciudadanos. Este elemento, que prácticamente refuerza a diario el trabajo de quienes perciben el enorme valor social de sus quehaceres laborales, es esencial para comprender el esfuerzo de quienes trabajan para los demás, a su servicio, y en circunstancias extraordinarias.
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