El fin justifica los miedos

>
 

Rafael Fenoy Rico | Secretario de Comunicación Educación de la Confederación General del Trabajo (CGT)

Frase que suscitada en la memoria aquella otra “el fin justifica los medios”, atribuida a Maquiavelo, personaje al que se le arropa con atuendos siniestros y cuya vida siempre estuvo al servicio de lo que él entendía, en conciencia, el bien de la república de Florencia. Aunque él no escribiera esta frase, si es cierto que los pensamientos que vierte en su obra el “Príncipe” podrían confirmar su sentido. La razón siempre está de parte del triunfador, o como escribió Napoleón Bonaparte, en una página precisamente del El Príncipe: “Triunfad siempre, no importa como, y siempre tendréis razón”. La célebre frase, sin embargo, se le atribuye a un teólogo alemán Hermmann Busenbaun que en 1645, bastantes años después de Maquiavelo, vino a expresar que “Cuando el fin es lícito, también son los medios”.

El enredo surge cuando es posible comprender un fin bueno y se utilizan medios no tanto para alcanzarlo. Este aparente dilema parece resolverse precisamente de la concordancia de los medios utilizados con el fin que se persigue. Por ejemplo, muchos en política han sentido la tentación del uso autoritario del poder pretendiendo, eso decían, el “bien del pueblo”. Para hacer que las gentes tengan alimentos y reine una cierta paz social, muchos dictadores han sometido a las gentes a su voluntad. Una voluntad que decían era buena. Acordémonos de aquella frase “Quien bien te quiere, te hará llorar”. Nada menos eficiente que utilizar medios opresores para conseguir la libertad de los demás. Pretender un bien haciendo un mal no es consecuente, no sólo desde un aspecto ético, sino también práctico, ya que con malos medios no es posible llegar a fines buenos.

En materia de libertades es fácil comprender que sólo responsable y voluntariamente es posible ejercerlas y disfrutarlas. La tentación de alcanzar lo antes posible un estado social de libertades, hace que parezcan convenientes y necesarios, utilizar medios coercitivos. Sin embargo el anhelo de una sociedad libre no puede traicionar el camino que debe ser recorrido también en libertad. Quienes menosprecian al pueblo, quienes creen en la imposibilidad de que el pueblo pueda vivir en libertad, se aprestan a “ayudarlo” a seguir una senda de imposiciones que no puede conducir más que a la opresión. Porque se aprende a ser libre, ejerciendo la responsabilidad de serlo. Por ello el fin no puede en modo alguno justificar los medios, sino que son los medios los que conducen al fin y por ello tanto la meta como el camino a recorrer (medios) tienen que ser congruentes. Instalados en los fines malos y perversos, la frase cuenta una veracidad terrorífica. Las cámaras de gas, estaban justificadas y además eran eficientes, para el exterminio de millones de seres humanos.

Concluyendo. Como la palabra “fin”, puede tener, al menos, dos acepciones: entendida como meta a alcanzar, o como término definitivo de algo, en esta segunda acepción es mejor utilizar la frase “El fin justifica los miedos”.

Noticias de la Villa y su empresa editora Publimarkplus, S.L., no se hacen responsables de las opiniones realizadas por sus colaboradores, ni tiene porqué compartirlas necesariamente.

Noticias relacionadas

 
18 abril 2024 | José Antonio Hernández Guerrero
Procedimientos narrativos para descifrar la complejidad de la vida actual
 
15 abril 2024 | Patricio González García
Máxima gravedad