Un falso mito

>
 

Patricio González | Escritor y Analista

Obama recibió en 2009 uno de los premios Nobel más absurdos desde la creación de este galardón.

Fue una especie de reconocimiento preventivo por lo que se suponía iba a hacer, porque hasta ese momento lo cierto y verdad es que no tenía otro mérito que haber ganado unas elecciones presidenciales. Desde entonces ha demostrado que no se lo merecía, aunque se haya convertido en un icono para los progres.

La excusa utilizada para justificar la concesión resultaba totalmente ridícula: sus esfuerzos diplomáticos en favor del desarme nuclear, la consecución de un proceso de paz en Oriente Medio y el fomento de la lucha contra el cambio climático, cuando realmente no había hecho nada. Con Obama hubo siempre una predilección porque era el primer presidente de color y a los europeos les caía muy mal George Bush. La realidad es que era un producto de laboratorio y que ni siquiera sus raíces se remontaban a ese periodo oscuro de Estados Unidos, como tuvimos nosotros y otros muchos países, que fue la esclavitud.

Obama era un político atractivo y directo, que tuvo una vida fácil y se formó en la Universidad de Columbia y en la escuela de Derecho de Harvard. Hasta presidió su prestigiosa revista, “Harvard Law Review”. Era un negro que gustaba mucho a los blancos votantes demócratas. Un joven de familia acomodada y con una sólida formación. Nuestros progres españoles, que se han creído que en Estados Unidos existe la izquierda, estaban muy satisfechos con la llegada de Obama que pondría punto final al belicismo de Bush.

Una vez más, los conceptos simplones de la izquierda intelectual y mediática española de siempre, porque Obama siempre fue un personaje inconsistente, aunque un excelente producto de laboratorio. Tiene una sonrisa eficaz, un populismo imbatible y una catarata de mensajes propagandísticos que dan buenos titulares.

La realidad de su mandato ha sido muy distinta a las expectativas credas. Ni siquiera como comandante en jefe tiene el valor de actuar sobre el terreno y prefiere el bombardeo selectivo para no asumir costes de vidas humanas, aunque no le importó autorizar la operación para ejecutar al terrorista Osama Bin Laden. En todos los frentes ha demostrado su ineptitud y todos han acabado por estar peor tras su participación. La situación en Oriente Medio es desastrosa y la lucha contra el yihadismo es un fiel reflejo de su desastroso buenismo, que le conduce siempre a la inacción. El problema es que cuando actúa, sólo consigue cosechar fracaso tras fracaso. Estados Unidos es, sin lugar a dudas, una gran potencia, pero de vez en cuando tiene la desgracia de tener un presidente incompetente como Obama.

Noticias de la Villa y su empresa editora Publimarkplus, S.L., no se hacen responsables de las opiniones realizadas por sus colaboradores, ni tiene porqué compartirlas necesariamente.

Noticias relacionadas

 
25 abril 2024 | Patricio González García
Vendiendo humo
 
23 abril 2024 | M. Carmen García Tejera
Crónica del amor mutado en piedra de Carlos María Maínez
 
23 abril 2024 | Rafael Fenoy Rico
Holocaustos del Nazismo y del Sionismo