Patricio González | Escritor y Analista
Vivimos en una sociedad donde la hipocresía parece ser el alma mater de toda nuestra existencia. Vemos a diario por televisión todas las tragedias que ocurren en el mundo e, incluso, en la propia puerta de al lado de nuestra casa. Volvemos la cara, cambiamos de canal o a lo máximo y para acallar nuestras propias conciencias, participamos en algún acto solidario pero encargándonos de darlo bien a conocer para que todos vean que somos solidarios. Y con esto es más que suficiente, hemos tapado nuestra conciencia y va que chuta.
Y esto lo hacemos todos los días, y nos metemos todos. Somos hipócritas, lo que hacemos, lo hacemos sólo para que nos vean los demás y demostrarles que somos mejores que ellos y aunque en algún momento esa conciencia se nos despierte, dura poco, realmente poco.
Ya no se habla del ébola, ha dejado de ser noticia y siguen muriéndose. Ya no se habla de los niños que mueren en Siria, ni en Palestina, ni en Ucrania. ¡Coño, qué no nos importan ni los niños!!.
Estaba viendo la televisión y he visto un anuncio que aunque había visto en varias ocasiones, también había vuelto la cara, como solemos hacer. Pero hoy lo he visto bien, es de la ONG Educa, en la que se nos dice que uno de cada cinco niños en España no hace las tres comidas diarias y están desnutridos.
Aparecen unas imágenes en las que una niña le dice a su madre que tiene hambre y esta solo tiene pan. Le contesta la madre que van a hacer un juego y es que ella le da el pan y la niña se imagina que es lo que le pone dentro. Si vemos de verdad las imágenes, se nos cae el alma.
Vamos a dejar de ser hipócritas aunque nos guste que se nos vea que somos solidarios y mejores que otros. Sigamos haciendo eso pero también vamos a dejar un rinconcito de nuestro corazón para ayudar de verdad, sin que se sepa, con Educa o con cualquier otra ONG o institución.
Vamos a ser personas, por una vez. Yo lo voy a intentar. ¿Y tú ¿?.
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