Patricio González García | Escritor y Analista
Después de los resultados de las Elecciones Autonómicas, se empiezan a ver los movimientos de los diferentes partidos y franquicias que han obtenido representación parlamentaria mientras la Presidenta en funciones espera tranquila esos movimientos sabedora de que su posición es, indudablemente, la mejor que hubiese podido imaginar. Es más, creo que ni un sus mejores sueños le hubiese podido salir tan redonda su estrategia, con sus Presupuestos de 2015 aprobados con Izquierda Unida a la que inmediatamente después de haberlos apoyado, echó del Pacto y convocó elecciones.
Ahora le toca esperar tranquila porque alguien tiene que mover ficha. Ella tiene nueve meses de Presupuestos para seguir gobernando casi por Decreto aunque también tiene la opción de las autonómicas y municipales del 24 de mayo en las que a algunos les hará los votos del PSOE y tendrá la posibilidad de negociar con ventaja.
De todas formas no creo que llegue a eso porque, como digo, alguien tiene que mover ficha y ahí es donde entra el título de este artículo: Las franquicias.
Tanto Podemos como Ciudadanos no están estructurados en ninguna parte de Andalucía sino que son lisa y llanamente, franquicias de sus respectivos de Madrid ó Barcelona (Caso de Ciudadanos).
Y los vamos a ver en los próximos días como quienes empezaron las precampaña andaluza con la bandera republicana, luego la cambiaron por la andaluza y terminaron cantando por Carlos Cano. Es como decía Groucho: “Tengo un proyecto, si no le gusta, lo cambio y tengo otro”.
La cosa no se queda ahí sino que cuando llega la hora de negociar con el Gobierno Andaluz, es Podemos Madrid quien decide y la franquicia se queda a un lado.
Peor es casi lo de Ciudadanos. Nadie sabe quien es Juan Marín, es Albert Rivera quien manda y quien decide mientras sus parlamentarios electos se dedican a hacerse las fotos reglamentarias para inscribirse en el Parlamento.
Esto es como lo de Corporación Dermoestética con sus franquicias en toda España. Ni pinchan ni cortan aquí. Todo es según el esquema del franquiciador. Así lo dijo Albert Rivera cuando habló de enseñarnos a pescar. Podía empezar por enseñar a su franquiciado Juan Marín.
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