Darío Iglesias Muñoz
No voy a citar ninguna cadena televisiva para no ofender al personal, pero a veces me entristece y me enfada encender la “caja tonta” y hacer zapping. Veo de todo, menos valores y cultura. La gente está tan imbuida en el vacío, en el sinsentido, que es incapaz de concebir una vida alternativa a la que nos proponen en televisión. Este vacío en las personas, esta falta de personalidad y de criterios propios, viene bien a ciertos ámbitos sociales y políticos. Este “estilo” no hace sino crear “personas marionetas”, aquellas que ni piensan ni actúan, sólo ven pasar la vida desde el prisma que le ponen por delante.
Para conseguir esto, el poder se vale del entretenimiento vacío con el objetivo de adormilar nuestras conciencias y anular nuestra personalidad. Fácilmente, nos acostumbrarnos a ver la vulgaridad y la estupidez como las cosas más normales del mundo, incapacitándonos para poder alcanzar una conciencia crítica de la realidad. En este entretenimiento vacío, el comportamiento salvaje e irrespetuoso se considera valor positivo, como vemos constantemente en los programas basura llamados “del corazón”, y en las tertulias espectáculo en las que el griterío y la falta de respeto es la norma.
Hace poco, en una sobremesa, hablando de algunas barbaridades que estamos viviendo actualmente en nuestro país, un amigo me dice textualmente; “a mí me da igual todo, yo vivo mi vida y listo”. A lo que le contesté; “ese es el problema, que, en esta sociedad de borregos, nos da igual todo”. Es fácil encontrarse a personas así, que no piensan, no se cuestionan, no se preocupan, etc. fruto de ese estilo borrego del que hablaba anteriormente.
El sistema establecido es muy sutil, con sus estupideces va forjando nuestras estructuras mentales, y para ello, se vale del púlpito que todos tenemos en nuestras casas: la televisión. En ella no hay nada inocente. En cada programa, en cada película, en cada noticia, siempre rezuman los valores del sistema establecido, y sin darnos cuenta, creyendo que la verdadera vida es así, nos introducen sus valores en nuestras mentes.
Si no tomamos las riendas de nuestras vidas, otros las tomarán por nosotros y terminarán destruyéndonos, porque su objetivo no es otro que el de crear una sociedad de hombres y mujeres que abandonen ideales y aspiraciones nobles. No obstante, si queremos revertir la situación en la que estamos sometidos, solo nos queda contraponer otros valores diametralmente opuestos a los del espectáculo vacuo, para que surja una nueva sociedad. Una sociedad en que la vida dominada por el absurdo sea tan solo un recuerdo de aquellos tiempos estúpidos en que los seres humanos permitieron que sus vidas fueran manipuladas por borregos.
Amigos y amigas, no nos dejemos manipular por nada ni por nadie. Un abrazo a todos. Ánimo y adelante.
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