Patricio González | Escritor y Analista
Recoge tempestades. Eso es lo que le está ocurriendo ahora al Ministro Principal de Gibraltar que desde que tomó posesión no ha hecho sino tensar la cuerda con respecto a las relaciones con el Gobierno de España, por un lado, con los pescadores locales , por otro, acosándoles, al igual que a la propia Guardia Civil.
Todo esto ha provocado una situación que a nadie gusta. España ha reforzado los controles por el contrabando, pero, indudablemente, esto también ha perjudicado a los propios comerciantes gibraltareños que han notado muy mucho el bajón en las ventas. O los propios cruceros que, evidentemente, al hacer escalas en la colonia, los cruceristas cruzan la frontera y visitan zonas de nuestra comarca. Las dificultades de la frontera también están haciendo mella en estas escalas.
Y el amigo Picardo que inició toda esta escalada de tensión, se ve, ahora, superado por las circunstancias y son los mismos comerciantes gibraltareños, los cruceros y todo lo relacionado con la economía de la colonia, quienes están muy descontentos con él porque les está tocando el bolsillo, hasta el punto de que el índice de popularidad del “Chief Minister” ha bajado de manera increíble a pesar de que posee una importante cantidad de correveidiles y asesores, algunos de ellos españoles.
Ante esta situación, Picardo va a plantear la propuesta a la Unión Europea de que Gibraltar pueda entrar en el espacio Shenguen para la libre circulación de vehículos y de personas. De esa manera podría aliviar bastante el tiempo de espera en frontera y así se podría quitar de encima a comerciantes y cruceristas que le están empezando a acuciar y fastidiar más de la cuenta.
Claro que el sembrador de tormentas debe saber muy bien que para que esto sea posible y se pueda llevar a cabo el espacio Shenguen, debe ser España quien lo autorice.
Antes del inicio de los conflictos de Picardo contra nuestros pescadores, yo hice un artículo en el que apostaba por una frontera lo más libre posible para facilitar el tránsito a una y otra parte de la misma.
Pero a estas alturas de la película, las condiciones son bien distintas porque Picardo ha estado sembrado tormentas y grandes que han sido. Y, claro, ahora está recogiendo sus tempestades dentro de su propia Main Street.
Como diría Sabina: llegas demasiado tarde, princesa.
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