Alí Babá y Los Cuarenta Ladrones

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Ángel Tomás Herrera | Licenciado en Derecho

Parece mentira, quien lo diría hace unos años, España no sólo languidece en manos del paro, los especuladores sin escrúpulos, la recesión y la crisis económica en su máxima expresión, sino que ahora es la lacra de la corruptela política e institucional la que nos golpea en el estomago, dando la puntilla a nuestra imagen exterior y de paso a nuestra confianza, bastante dañada ya en su ego interior de pueblo sufridor. La corruptela se expande en todos los niveles de la Administración, y no distingue colectivos, desde políticos, sindicatos, patronal, autoridades o banqueros a importantes empresarios, miembros de la monarquía y demás instituciones.

Permítanme la expresión vergonzoso y vergonzante como calificativos de la situación : Más de 300 políticos españoles están imputados en presuntos casos de corrupción por todo el territorio nacional y su número crece por día. Sólo basta recordar casos como el de Jaume Matas; Noos con Iñaki Urdangarin; Over Marketing; Gürtel; Pujol; Bankia con Rogrigo Rato; EREs con Antonio Fernández o la operación crucero de Gerardo Díaz Ferrán – entre otros – para que a uno le den náuseas. El listado es enorme y la mayoría de estos presuntos sinvergüenzas los hallamos en el ámbito local; no en vano la mayor parte de los casos de corrupción se despliegan por los más de 8.000 municipios españoles, en los que hay casi medio centenar de exalcaldes y una treintena de alcaldes en el poder, que están siendo investigados judicialmente. Algunos de estos mandatarios son alcaldes de ciudades tan importantes como Murcia, Alicante, Lugo, Valladolid o Sabadell. A los que hay que sumar también varias decenas de concejales y empresarios implicados en escándalos locales y conexiones mafiosas.

La mayoría de los regidores municipales suelen estar imputados por delitos de prevaricación, malversación de caudales públicos, fraude o tráfico de influencias, casi todos por causas relacionadas con el urbanismo, gestión de pagos o la adjudicación de obras públicas o servicios. Bueno, qué les puedo contar, si aquí mismo en Los Barrios ya hay por el momento varios concejales del actual gobierno local, y hasta el propio Alcalde, imputados en causas judiciales. Como se suele decir, está más que demostrado que la corruptela y la mediocridad son hijas de la misma madre, y más en los diversos pueblos de esta España del pelotazo y el mecenazgo mafioso, donde cualquiera llega a ser alcalde u ostentar cargo público. Después pasa lo que pasa.

Y si todo este ambiente enrarecido de “jetas al cuadrado” ya hacía bastante pupa en la moral de la población y en los cimientos de nuestra democracia, ahora encima, para poner la guinda al pastel, van y salen los supuestos cobros en negro de la cúpula del PP, a raíz de una presunta contabilidad secreta del extesorero del PP Luís Bárcenas, imputado por cierto en el caso Gürtel, por presunto fraude fiscal, cohecho y blanqueo de capitales. Estos documentos que tanto jaleo están formando fueron desvelados por El País y supuestamente recogen una serie de sobresueldos pagados a diversos dirigentes populares entre 1990 y 2008 – con la excepción de los años 1993, 1994, 1995 y 1996. Según esta “contabilidad” se habrían realizado hipotéticos pagos en “B” a diversos dirigentes, entre los que se citan al propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la Secretaria General del PP, María Dolores de Cospedal, Javier Arenas, Ángel Acebes y Francisco Álvarez Cascos, entre otros. Desde 1997, la documentación registra pagos a todos los secretarios generales y vicesecretarios, en éste último caso Rodrigo Rato y Jaime Mayor Oreja. Además, se hace referencia a supuestas donaciones de constructoras, centros comerciales de conocido nombre y empresarios imputados en el caso Gürtel, lo que evidencia un presunto entramado de cadena de favores.

El escándalo a mi entender es mayúsculo, y no porque sea verdad o mentira lo que se publica, o porque afecte al PP – cuando el resto de partidos también tienen sus “manzanas podridas” y por donde callar -, sino porque afecta al partido del Gobierno de la Nación, que tiene que dar ejemplo y que tanta austeridad y transparencia pedía a los demás. Una mancha difícil de quitar que explota paralela al caso Gürtel y los 22 millones de euros en cuentas suizas del extesorero popular, que por cierto se acogió a la amnistía fiscal para blanquear once millones. Una amnistía fiscal sobre la que sobrevuela la crítica de ser una opción al fraude fiscal y servir de trampolín y “coladero de presuntos defraudadores” como el tal Bárcenas – así se expuso por la oposición, a raíz de la reciente intervención del Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro -.

Es urgente pues que el partido que gobierna aclare estas cuestiones y que la verdad florezca, ya que la opinión social sobre la política y los gobernantes en general está en sus horas más bajas. Y no sólo se debe buscar la depuración interna y la transparencia, también sería deseable para conocer la verdad de los hechos que sea el propio Estado el que se persone en la causa, como ya han pedido los técnicos de la Hacienda estatal. Si la Abogacía del Estado se persona en el caso Nóos, con esta trama de supuestos dineros sucios con más razón, y que cada palo aguante su vela. Según la legislación actual del delito fiscal, en el caso de que existiesen delitos, éstos prescriben a los cinco años y las posibles infracciones tributarias a los cuatro, por lo que conforme a los tiempos y cantidades propuestas, el asunto debería tratarse a partir de 2008. Las consecuencias legales, fiscales y administrativas por tanto no serían muy importantes, lo que resultaría realmente grave sería el escándalo político.

Poniendo por delante la presunción de inocencia, unos niegan la mayor y otros confirman las evidencias, mientras los ciudadanos no salimos de nuestro asombro e indignación. Cómo se puede pedir austeridad y ajustes, cuando se está viendo que los que detentan el poder y guardan la caja se ven involucrados en semejantes historias. Existe material de corruptela y supuestos latrocinios como para crear nuevos relatos e incluirlos con su moraleja en aquella entrañable recopilación medieval de cuentos árabes “Las Mil y Una Noches”, con su famoso cuento de “Alí Babá y los Cuarenta Ladrones”, donde la picaresca y la vida padre eran la tónica. Es la técnica del relato enmarcado “mise en abyme”, que imbrica una narración dentro de otra, de manera análoga a las matrioskas o muñecas rusas, de tal manera que de una corruptela sale otra, y de ésta a su vez otra, y así de forma reiterada y sucesiva vamos hilando una madeja sin final aparente, ante la que siempre perdemos los mismos.

Es tal la cantidad de casos y corruptos que incluso una editorial española está preparando una guía sobre la corrupción en España en los últimos treinta años. Será una obra tan magna, que ocupará más que la Enciclopedia Británica, y muy posiblemente cuando se publique y distribuya, haya que añadir nuevos fascículos para ponerla al día, ya que precisamente por día salen nuevos escándalos. En fin, esto es lo que hay, y no se hasta dónde vamos a llegar.

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