Recibió al primero de su lote, toreando a la veronica con cadencia y personalidad, para luego realizarle una faena que fue a más. Administrando los tiempos, Galván firmó muletazos por ambas manos de una belleza y ritmo que calaron en los tendidos. Estocada entera y 2 orejas.
Ante el serio quinto de la tarde, instrumentó otra faena de firmeza, apostando en cada uno de los muletazos hasta conseguir que el toro rompiera hacia adelante para terminar toreando desmayado y con un final repleto de inspiración. Se tiró a matar encima, siendo volteado para dejar una estocada sin puntilla. Otras 2 orejas de mucho peso.
Extraordinaria dimensión de Galván, que se mete de lleno en el corazón de la afición mexicana.
Etiquetas: