Cafés democráticos

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Darío Iglesias Muñoz

Con este pequeño artículo comienzo la tarea de escribir, en este y otros medios, una serie de artículos que tendrán la finalidad de generar opinión, sobre todo que haga reflexionar y cuestionar. No es mi pretensión imponer una verdad, ni siquiera la mía, sino simplemente animarte desde unas lineas torpemente escritas, a que te cuestiones, pienses y busques lo verdadero y lo justo de las cosas. Escribiré, como se suele decir, “de lo humano y de lo divino”, es decir, de todo, pero especialmente de aquello que nos preocupa. Desde ya pido disculpas por si lo que lees no te gusta o hiere tu sensibilidad. No es lo que pretendo. Aprovecho esta introducción para darte un virtual y afectuoso abrazo.

¿Qué hace el Ayuntamiento sin la aprobación de sus presupuestos anuales? Esta pregunta quiero compartirla contigo querido lector/a, para que seas tú quien la responda desde la sinceridad y la honestidad. Planteo esta cuestión porque en estos días parece ser el tema de conversación es esos “cafés democráticos” que se forman cada mañana o cada tarde en algún rincón del pueblo donde se suele hablar de todo, especialmente, de política local, de gestión económica o del Ayuntamiento entre otros temas, a veces, llegando a alcanzar la palabrería malsonante o el insulto inapropiado. Pero este no es el caso. Pienso que cualquier persona en su sano juicio no necesita un estudio económico para que su respuesta sea “nada”. Es decir, un ayuntamiento sin la aprobación de los presupuestos anuales no podría hacer nada por el municipio, sencillamente porque no dispondría del dinero necesario para realizar todo lo que conlleva la gestión de él, como son: las obras, la limpieza, los servicios, los pagos o los programas culturales y educativos. En la vida, sin dinero, desgraciadamente, no se hace nada, de tal forma es menester saber que para que los presupuestos sean aprobados, necesitan de la aprobación de los concejales del grupo municipal. Pueden salir adelante con una mayoría simple, así ha sucedido en nuestro municipio. Unos presupuestos aprobados con tan sólo los votos a favor del Partido Andalucista junto al Partido Popular, pero votando en contra el resto de los partidos políticos. No voy a entrar en debates absurdos, como los que se están escuchando en la calle o en los cafés de los que hablaba anteriormente. Hay personas que piensan que hacer política es lo primero y que si se ha de tumbar los presupuestos por fastidiar al rival más débil o más fuerte (no se sabe) se tumba y nos quedamos tan panchos. Según algunas personas, lo primordial y lo que urge es hacer una política de esta calaña, pero para otros, hacer política es buscar por encima de todo el bien de un municipio duramente endeudado. Esto es lo importante, lo que queda, no las críticas y los trapos sucios que muchas veces salen a relucir en esa forma rastrera de hacer política. Al final, la única llave que abre la puerta de la mejora, la recuperación, el bienestar, a los presupuestos, parece ser siempre la misma. Una llave enjuiciada por muchos pero alabada por otros, por su trabajo constante y sincero. No sé si estarás de acuerdo conmigo, querido paisano, si no, juzga y responde por ti mismo. Mientras tanto, habrá que disfrutar de este otoño que espera deseosamente un invierno lluvioso. Un abrazo. Ánimo y adelante.

 

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