CIEs, la vergüenza de este pueblo, por R. Fenoy

Rafael Fenoy Rico es secretario de Jurídica y Comunicación de la Confederación General de Trabajadores (CGT) en el Campo de Gibraltar.

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Sabemos poco de esto del CIE, una palabra que sale en ocasiones en la prensa y que poco nos dice, salvo que está relacionada con extranjeros. Parece ser que son personas ¡Si personas!, que no tienen documentos que los identifiquen y que para evitar que estén en libertad se los recluye, se les encarcela, se les quita la libertad, durante un máximo de 60 días.

Estamos asistiendo al ejercicio de condenas de pérdida de libertad sin que exista delito alguno. En la Alemania nazi, muchos ciudadanos y ciudadanas alemanas, desconocían las barbaridades que se hacían en los campos de concentración. Alguien dirá que hay una gran distancia entre un “Mauthausen-Gusen” y el CIEs de la Piñera, pero es evidente que por algo se empieza. Y que al iniciar los nazis la persecución de los judíos se conformaba “sólo” con escupirles en la calle y pintar sus negocios.

En este caso, personas que al llegar a esta tierra no llevan documentos que los identifiquen, son detenidos y “encarcelados” de manera que se les priva de libertad y que en muchos casos esta situación se prolonga dos meses. No es una situación donde se les permita ejercer la defensa, recurrir a jueces o juzgados, ya que el tribunal constitucional se ha pronunciado en el sentido de que “solo están retenidos”. Asombra contemplar como el tribunal supremo hace un distingo entre retención y detención. Al final, de una forma u otra, la persona afectada por estar encerrada en el CIE, no tiene posibilidad de salir con libertad del mismo y su régimen es carcelario. En definitiva se encarcela a personas inocentes, ya que no han cometido delito alguno. Por esta regla de tres y por un aspecto administrativo, podría el poder factico, llegado el caso, y en vista de que la ciudadanía le parece normal esta situación, encarcelarnos porque no hemos pasado la ITV, hayamos realizado defectuosamente la declaración de hacienda o cualquier otra irregularidad administrativa. Aunque no sea por los que están directamente encarcelados, al menos para evitar que esta situación injusta se extienda a todos, debemos afianzar nuestro rechazo a esta situación y demandar, inmediatamente que ninguna situación administrativa, por muy irregular que sea puede llegar a requerir el encarcelamiento de quien está afectado por ella. Acordémonos de la poesía de Martin Niemoller, un pastor alemán encarcelado de 1937 a 1945 por el gobierno de Hitler.

Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.

Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.

Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.

Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.

Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada

Pero hay más. Los distintos tipos de policías, nacional, guardia civil o local se vienen quejando de las reiteradas detenciones que hacen a delincuentes, es decir, gentes que cometen fechorías contra los demás en sus personas o bienes, y después de ponerlos a disposición judicial el mismo juez los deja en libertad, con cargos. Una y otra vez estas personas vuelven a delinquir y se da la enorme e injusta paradoja, que por no llevar papeles de identificación, sin haber cometido delito alguno, te pueden encerrar hasta 60 días en esos CIEs, que como ocurre en Tarifa Isla de las Palomas, i en la antigua Cárcel de Algeciras, en la barriada de la Piñera, ni siquiera están acondicionadas para que puedan vivir seres humanos. El defensor del Pueblo Estatal Sr Múgica y el del pueblo andaluz Sr Chamizo, han requerido insistentemente el cierre de estos dos abominables monumentos a la estupidez humana, por muy legalizada que esté. La ciudadanía está invitada a realizar concentraciones ante estos CIEs para manifestar claramente la urgente necesidad de que sean clausurados.

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