En verso yo digo
a todos esos barreños colectivos
que os felicito
por hacer que el rural esté vivo,
y sobre todo el foco mismo
que dinamizaba la cultura en ese sitio,
la Escuela de la Polvorilla.
Honrados deben sentirse los que vecinos/as
que fueron en su día de ese paraje tan divino,
pues, verdaderamente, que merece ese calificativo
todo lo que es relativo y referido
a la zona rural del barreño municipio
y, por extensión, de nuestro Campo Gibraltar querido .
También los que ejercieron en ese colegio
la grandiosa labor docente a aquellos niñ@s,
en aquellos años vividos,
pueden congratularse de que ha sido revivido
ese centro educativo
y su entorno mismo
para demostrar aquello aprendido
los hoy miembros de los colectivos,
que no quieren dejar que las zarzas del olvido
cubran lo que nunca muere y está vivo,
el recuerdo agradecido
a esa Escuela de la Polvorilla, a sus huertos, sus molinos,
y a todo aquello que ayudó a crecer tan singular sitio
que no merece quedar yermo y perdido.
Si la Venta de La Polvorilla
estuviera hoy viva
o la de Pedro y la del Pino, esta última un poco más arriba,
mucho se alegrarían y congratularían.
Ninguna de ellas debió morir y mucho menos la de La Polvorilla,
sitio adecuado para levantar una buena área de descanso que vida daría
al lugar que tanta tuvo en su día.
Como hijo de maestro rural y yo mismo, hoy jubilado de ese oficio que tanta alegría
y satisfacción a la largo de su ejercicio me proporcionaría,
reitero que me siento pletórico por la noticia
de que la Escuela de la Polvorilla
sigue dando lecciones como esta tan notoria,
y todo gracias a que sus gentes no la olvidan.
¡Que nunca muera una escuela,
hay muchas y diferentes maneras
de que se abran sus puertas,
como en la de este caso que llega
de nuevo a convertirse en eje dinamizador de esas veredas
que hasta ella llegan!
No vivirán muchas gentes en el rural
pero son muchos los que lo aman de verdad,
como lo demuestran estas asociaciones
que dan las mejores y grandes lecciones,
convertir en eje dinamizador del rural
a la escuela que nadie debe olvidar,
en este caso es La Polvorilla,
pero esta enseñanza se puede extrapolar
a cualquier centro de cualquier punto o lugar.
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