Galindo ha añadido que “valoramos la recuperación de la memoria histórica, y la Fundación Municipal de Cultura ha editado varios libros relativos a este asunto. Pero no creemos que lo que se habla en la vidriera vaya a ofender la memoria de nadie”. Agregó que “personalmente en la Mancomunidad y también en el Ayuntamiento, he aprobado mociones relativas a la recuperación de la memoria histórica. Pero creo que hay que salvaguardar el valor historico de la vidriera, en la que se hace referencia a San Roque desde sus orígenes en Carteia, la concesión del título de ciudad a Gibraltar por los Reyes Católicos, los intentos de recuperar la plaza y que la ciudad de Gibraltar reside en San Roque”.
“En fin -finalizó- se trata de un elemento arquitectónico importante que no debe entrar en ninguna polémica y deberiamos evitar echar tinta sobre la vidriera, cuando hay problemas muchos más graves en el Ayuntamiento. De todas formas, si hay que crear una comisión para debatir este asunto, se hará”.
Galindo hizo estas declaraciones apoyándose en un informe realizado para el alcalde, Fernando Palma, por el cronista oficial y conservador municipal del Patrimonio, Antonio Pérez Girón. En dicho documento se señala que “cabría la posibilidad de ubicar una leyenda aclaratoria o explicativa del motivo de su permanencia, pero no su supresión”.
Informe sobre la vidriera alegórica de la Casa Consistorial
La vidriera existente en el rellano de la Casa Consistorial fue realizada en la casa especializada “La Veneciana”, y colocada en 1952 por el Consistorio de la época. Fue restaurada en 2003 por la empresa especializada Centro del Vidrio y Artesanía Andaluza, de Puerto Real.
Con ella se pretendió dejar constancia del origen histórico de la ciudad, sin olvidar la importancia del yacimiento de Carteia, por lo que se incluyó la reproducción de la pieza conocida por Bucraneo, que hoy forma parte del Museo Municipal.
También se incluyó la figura y símbolos de los Reyes Católicos como los monarcas que concedieron a Gibraltar el título de ciudad, y que luego heredaría San Roque, como población fundada por los gibraltareños que salieron del Peñón en 1704. A tal efecto, también se incluyó un paisaje del Peñón desde San Roque.
Esa “panorámica histórica” alcanzaba al entonces momento histórico, propio del tiempo en que se instaló, contemplando alguna simbología del régimen imperante. No obstante, era evidente que quienes impulsaron ese proyecto pretendían resaltar el capítulo histórico de San Roque, como fue la creación de la ciudad. Y para ello, tan sólo unos años más tarde, se completó el mismo con la colocación de las lápidas con los textos alusivos a ese hecho histórico. Ambas iniciativas no pueden contemplarse como independientes, y sí como un conjunto alegórico al principal jalón de la historia de un pueblo. Si no se colocaron en un mismo momento, la causa no fue otra que la ausencia de fondos municipales para destinarlo a tal fin.
Del mismo modo, el que suscribe quiere resaltar que en 1979, el primer Ayuntamiento democrático procedió a la retirada de los nombres franquistas de las calles del municipio, incluyendo la placa alusiva a los caídos del bando nacional, ubicada en el cementerio de San Miguel. En su lugar, junto a la cruz allí existente, se puso una nueva placa en memoria de todos los que perdieron la vida en la guerra civil (1936-39), independientemente del bando a que pertenecieron. Ello, lógicamente, ocurría casi treinta años antes de la promulgación de la vigente Ley de la Memoria Histórica. En ningún momento se planteó la supresión de la vidriera en cuestión.
Desde entonces, tan sólo en una ocasión, un grupo municipal tomó la iniciativa de proponer la retirada de la vidriera. Dicha medida fue rechazada, presidiendo la Corporación don Andrés Merchán Cotos.
Todas las Corporaciones democráticas, de manera mayoritaria, entendieron que la vidriera y, consecuentemente, las lápidas que la flanquean conformaban una visión del origen sanroqueño, y tuvieron en cuenta su importante factura artística, como parte del patrimonio local.
Si, movidos por la buena fe de cumplir las normas gubernativas de la Memoria Histórica, alguien pueda entender que la vidriera supone un canto a la dictadura franquista, cabría la posibilidad de ubicar una leyenda aclaratoria o explicativa del motivo de su permanencia, pero no su supresión.
En cualquier caso, al objeto de comprobar la existencia en el municipio de vestigios enaltecedores del franquismo, que hayan pasado desapercibidos, cabría la creación de una comisión municipal al efecto.
Asimismo, resaltar que desde hace varios años el Ayuntamiento de San Roque se viene distinguiendo por la recuperación de la Memoria Histórica, mediante estudios y publicaciones, así como homenajes a la memoria de quienes padecieron la represión franquista. En este sentido, desde hace más de un año se viene efectuando un trabajo sobre los masones sanroqueños represaliados por sus ideas, y paralelo a ello, se realiza otro estudio sobre la figura de otro sanroqueño de adopción, Francisco López Herrera, recientemente fallecido, que permaneció encarcelado más de diecisiete años por su lucha contra el régimen anterior y por la democracia.
El presente informe debe entenderse como aclaratorio de los contenidos históricos y de la importancia artística de la pieza referida, aparte de cualquiera otra cuestión de carácter jurídico, que no correspondería a quien suscribe.
Antonio Pérez Girón
Conservador Municipal del Patrimonio
