Porque más allá de lo que se venga diciendo sobre las negociaciones entre Reino Unido y Unión europea lo cierto y verdad es que la única negociación posible será entre el pueblo de Gibraltar y España. España reconoce explícitamente que el pueblo gibraltareño tiene mucho que decir sobre cualquier acuerdo relacionado con la concretar y gestionar una zona de prosperidad común en el territorio. De hecho España podría haberse opuesto frontalmente a que representantes de Gibraltar estuvieran presentes en las negociaciones del acuerdo que se inició al finalizar 2020, ¡hace más de 4 años! En anteriores ocasiones así fue pues España invocaba el Tratado de Utrecht, única y verdadera referencia para acometer cualquier asunto gibraltareño. Sin embargo en esta ocasión parece que razonablemente España ha comprendido que las personas que habitan el Peñón deben ser parte actora en cualquier acuerdo que pretenda dar solución a los contenciosos, sobre todo económicos, que actualmente existen para promover una zona de prosperidad común para quienes se asoman a la Bahía de Algeciras.
Por otro lado Gran Bretaña desde 1968 viene insistiendo en que cualquier propuesta sobre Gibraltar pasará necesariamente por la voluntad de quienes allí viven. Si esto es así es evidente que cualquier acuerdo precisa de la voluntad de la población que reside en la “ROCA”. Cosa que no parece sea aceptada por el Reino Unido. No tiene ningún sentido que en el Reino Unido los voceros del Brexit pretendan tensar una cuerda de la que ellos no pueden tirar porque el pueblo de Gibraltar se manifestó democráticamente CONTRA EL BREXIT. Sería muy conveniente que Reino Unido fuese coherente con el principio de “autodeterminación” que enarboló durante años en Naciones Unidas, reconociendo el derecho del pueblo de Gibraltar a concretar su presente y su futuro. La posición de los representantes gibraltareños parece clara. En palabras del Vice-ministro Principal, Joseph García: “El Gobierno de Gibraltar ha trabajado codo con codo con el Gobierno de Su Majestad en Londres durante todo el proceso de negociación. Seguimos plenamente comprometidos con la conclusión de un acuerdo sobre la futura relación de Gibraltar con la Unión Europea.” Lo que ya parece alejarse de la responsabilidad de representar al pueblo de Gibraltar es asumir que quienes han promovido el Brexit en Reino Unido ninguneen esa voluntad de entendimiento. Las personas que habitan el Peñón coherentemente con su voluntad de no salir de la Unión Europea no pueden estar de acuerdo con Joseph García, cuando anuncia: “que es importante seguir preparándonos para la alternativa de un no acuerdo tanto como podamos”. ¿Cree el gobierno de Gibraltar que una vez frustrada la actual negociación habrá un horizonte diferente a Schengen? ¿Podrá mantener Gibraltar el estatus de “paraíso Fiscal” en ese escenario lacerante para quienes en el Peñón vivan? El escenario de un no acuerdo requerirá exigir el cumplimiento estricto del tratado de Utrecht y ya no será España quien lo invoque, sino que la Unión Europea deberá exigirlo. Las personas que habitan el Peñón saben del necesario consenso para vivir en armonía con quienes habitan el Campo de Gibraltar (no en balde así se denomina). En este entorno, donde las fronteras desaparecen y se armonizan las leyes y normas que rigen las comunidades, la prosperidad está asegurada. Fuera de este escenario ¿alguien se acuerda del cierre de la verja en el 68? Por su parte la Unión Europea en caso de NO ACUERDO lo tiene claro porque dará respuesta a este especialísimo territorio europeo que contará con los recursos tanto económico-financieros, materiales, policiales y fiscales para combatir la injusta competencia con un territorio ocupado por un país extranjero hostil.
¿Se someterá la decisión de cierre a cal y canto de la frontera (Schengen) a la voluntad democrática del pueblo de Gibraltar? Algo más de 17.000 votantes deberían expresar su voluntad. Parece que no va a ser así como ha quedado claro en la reciente reunión exprés, entre el Sr. García y el Secretario de Estado del Reino Unido para las Américas, el Caribe y los Territorios de Ultramar, David Rutley, después que este compareciera ante la Comisión de Control Europeo de la Cámara de los Comunes, “en donde constató las suspicacias de su presidente, Sir Bill Cash, así como de otros diputados como David Jones, ambos alineados en las más duras posiciones pro-Brexit y convencidos de que el Gobierno británico está realizando excesivas concesiones a España en este proceso.“. Esta subordinación de los intereses reales del pueblo de Gibraltar a los dictados del radicalismo Brexit es una traición a todo el discurso que Reino Unido ha venido esgrimiendo desde el famoso referéndum de “autodeterminación” del pueblo gibraltareño 1967. Esta negociación para un Acuerdo en 2024, poco tienen que ver las banderas soberanistas, ya que se pretende establecer las bases para compartir entre los pueblos una zona común de prosperidad. En el referéndum de 2002, las gentes gibraltareñas dejaron bien establecida su negativa a la cosoberanía española- británica. En estos momentos es la Unión Europea y Reino Unido quienes tratan de pisar tierra y promover la prosperidad de las gentes que habitan la bahía. Sembrar la duda, incluso afirmar contundentemente que el acuerdo pone en riesgo la soberanía británica del Peñón, es una maniobra de quienes pretenden mantener subordinada la voluntad del pueblo Llanito a los intereses “ocultos” que hacen el agosto con el paraíso fiscal. Porque la voluntad de mantener una relación fluida con la Unión Europea quedó claramente manifestada por las gentes gibraltareñas en el referéndum sobre el Brexit para NO SALIR DE LA UNION EUROPEA, un 23 de junio de 2016, hace ya 8 largos años.
¿Hasta dónde el pueblo de Gibraltar seguirá estando cautivo de la voluntad del radicalismo británico?
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