En lugar de meter el bisturí por dónde tenía que meterlo, para llevar a cabo la operación quirúrgica que, en lo que a personal y economía se refiere, precisa con urgencia el Ayuntamiento, la recién nombrada señora alcaldesa lo ha hecho por donde no debía y ha puesto de manifiesto lo que muchos nos temíamos: que sus dotes como cirujano no sólo dejan mucho que desear, sino que, además, suponen un peligro público en cuanto a ejercitarlas se ha puesto.
Podría decirse, recurriendo a otro símil, que ha empezado la construcción de la casa por el tejado, cuando tendría que haberla emprendido por los cimientos, o, si lo prefieren, que la reforma que el edificio necesita, léase lo de edificio en sentido edificantemente figurado, la ha acometido por abajo cuando debería de haberlo hecho por arriba, que es donde estás las goteras y, por tanto, por donde hace aguas.
La primera edil ha ocupado el puesto y ha convertido a los concejales con delegaciones en meros secretarios, que, por cierto, pintan menos, en esta nueva etapa de la historia del gobierno local, que un cero a la izquierda. Se comenta por los mentideros que la soberbia y la prepotencia le pueden, pese a su aparente amabilidad, y que no tienen parangón. Miguel Domínguez a su vera sería poco más que un conejillo de indias y Alonso Rojas, un comparsa, y de los auténticos.
Con un decretazo, que dejaría boquiabierto incluso al propio Aznar, la regidora ha liquidado de un plumazo los complementos de productividad de todos los trabajadores municipales, sin tener en cuenta la situación individual de cada uno de ellos, con la excusa del plan de saneamiento, y, eso sí, le ha subido notablemente el sueldo a un par de sujetos de su confianza al tiempo que ha anunciado que no se renovarán los contratos que vayan venciendo y que, para más inri, en su mayoría son de empleados mileuristas.
Con los que integran el club de los tres mil y compañía no ha hecho nada que se sepa y ya se verá si piensa hacerlo. Pero lo más grave es que mientras todo esto ocurre los demás miembros del grupo municipal del PSOE hacen mutis por el foro y esta mujer, cual Atila, campa a sus anchas, arrasando por donde pasa. Rodríguez, dándole al pádel seguro; Pecino, perdido por Los Alcornocales; el pobre de Montedeoca saboreando la prejubilación, y el secretario general de los socialistas barreños, y ex primer edil del municipio, de juerga en los sanfermines y tomándose unas merecidas vacaciones sin deseo de preocuparse por el marrón que ha dejado en herencia después de abandonar el cargo. Como el comité local del partido y los ediles del grupo no tomen cartas en el asunto, se puede follar un formón de cojones, y yo sé lo que me digo.
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