La Guerra de los Mundos, por R. Fenoy

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Orson Welles realizó, el 30 de octubre de 1938, un magnifico programa radiofónico basándose en el libro de Herbert George Wells publicada por primera vez en 1898 y cuyo título es el de este artículo. Fecha muy temprana, la de finales del siglo XIX, para poner blanco sobre negro la confrontación del planeta tierra con los alienígenas. Sin duda dio el autor en el clavo al plantear la titánica pugna de los poderosos (en su novela los fuera de este mundo) por controlar los recursos naturales del planeta tierra, incluida la carne humana.

En esto momentos se desarrolla una guerra en Libia que tiene mucho que ver con los recursos petroleros del país norte africano. Cientos de conflictos entre dictadores y sus pueblos se han desarrollado a lo largo de África, Asia o incluso Europa de los Balcanes, y en muy pocos Naciones Unidas, han asumido papeles de salvaguardia de la población civil. La Guerra de Libia evidentemente es un montaje de los poderosos del mundo que en realidad les preocupa un pito el pueblo libio y que no han tenido ningún reparo durante años en alagar al dictador Gadafi y mirar para otro lado porque no interesaba. Pero ese comportamiento quieren justificarlo diciendo que es “alta política”, también nos dirán que la intervención militar está provocada por un sentimiento humanitario para evitar el derrame de “crudo”, perdón querían decir “sangre”.

Es claro que de no intervenir la fuerza militar de la coalición de países occidentales en Libia el dictador Gadafi hubiera pasado a sangre y fuego la ciudad de Bengasi. Por otro lado la inacción de los gobiernos occidentales ante la dura represión de los mercenarios era injustificable e incomprensible. Sobre todo el papel desempeñado por Rusia y China que han ido vetando intentos de naciones unidas para intervenir. La diplomacia internacional cargada de razones e informaciones secretas se mueve de manera sigilosa, cual de un felino al acecho se tratara. En este caso la inactividad propiciaba un escenario donde el uso de la fuerza fuese totalmente justificado ante los pueblos “libres”. Son políticos elegidos por los sistemas democráticos burgueses los que dejan que se consuman las situaciones para sacar ventaja de la miseria y la destrucción. El ejemplo más reciente de Irak, con su guerra prefabricada, no deja lugar a dudas. Los pueblos del mundo tienen que mostrar su rechazo a las practicas dictatoriales, siempre, en cualquier lugar del mundo tenga o no petróleo, sea dueño o no de más de la mitad de la deuda de Estados Unidos, como ocurre en China. ¿Es que en china no se vulneran los derechos humanos? Pero los políticos del mundo “libre” no tienen reparos en hacer negocios con el gobierno dictatorial Chino, o de países vecinos, sin ningún escrúpulo. Con Gadafi se han hecho miles de tratos, haciendo la vista muy gorda a las penurias de su pueblo.

Si de reclamar se trata deberíamos exigir un estado de confrontación con todos los gobiernos dictatoriales del mundo y también con nuestros políticos dictadores, porque tenemos unos cuantos coleccionables. Algunos responsables políticos que se manifiestan contra la guerra de Libia, no dudan después en utilizar artimañas y estrategias fascistas para con su propio pueblo, en aras de conseguir o permanecer en el poder. Mucha izquierda denuncia la violación de derechos de los pueblos y algunos de sus políticos no respeta los derechos de sus ciudadanos, ignorándolos, actuando prepotentemente y negociando con los votos obtenidos cargos de poder. No basta con denunciar al dictador es preciso comenzar a no comportarse dictatorialmente. Volviendo a la novela de Wells, la unión de los humanos, permite alcanzar la victoria contra los tiranos. Ese es el mensaje de la “Guerra de los Mundos”.

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