La Consejería de Medio Ambiente ha puesto en marcha una campaña divulgativa para evitar la recolección y el consumo de setas tóxicas, especies que alcanzan el medio centenar en Andalucía y cuya proliferación es bastante frecuente.
La campaña, titulada “No te confundas”, se desarrolla en colaboración con los municipios y las asociaciones micológicas y consiste en la difusión de una serie de consejos prácticos para identificar las variedades venenosas. La iniciativa se traduce en la divulgación de folletos informativos con los citados consejos y en su difusión en las jornadas y encuentros micológicos, así como la presencia de una exposición itInerante con paneles informativos y que está presente en todas las delegaciones provinciales.
El patrimonio micológico de Andalucía está compuesta por más de 2.700 especies, que van incrementándose cada año con el descubrimiento de nuevas variedades. Del medio centenar de especies tóxicas, sólo una veintena son muy dañinas y de ellas 15 pueden resultar letales. Generalmente, la ingesta de estos hongos suele provocar alteraciones gastrointestinales y del sistema nervios, así como dañar a otros órganos vitales. Entre las especies letales se encuentran la Amanita phalloides, Galerina marginat, Lepiota castanea o Lepiota cristata. Dos variedades que suelen confundirse en Andalucía son la Amanita verna, con similar apariencia que el tradicional gurumelo, y la seta del olivo, similar al champiñón tradicional. Para no confudirlos, la Consejería recomienda no consumir las setas cuyo sombrero no está completamente abierto y tiene forma de huevo.
Esta campaña forma parte del Plan Cussta, puesto en marcha por la Consejería de Medio Ambiente y entre cuyas medidas se encuentra la creación de una red de puntos de información micológica en Andalucía. Córdoba tendrá el suyo en funcionamiento a finales de año en el Centro Cívico de Trassierra.
Este plan es pionero en España entre otros aspectos por la diversidad de ámbitos desde los que se estudian las setas y trufas, desde el educativo hasta el gastronómico pasando por el de la investigación, la conservación, el comercial y el llamado micoturismo.