SOBRE NUESTRA VIDA

¿Por qué no aprenden los alumnos?

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Llevo más de 20 años dando clases, y aún me asombro cuando me llegan alumnos que, tras dos años dando clases de inglés o francés, no saben contestar ni siquiera a la pregunta por su nombre, la edad, donde viven o de dónde son. Esto es algo que al cabo de 3 meses de clases de una hora lo saben mis alumnos. Garantizado. ¿Cómo es posible que no aprenden en los colegios, y en algunos casos, en las academias?

No me lo toméis a mal, pero lo he vuelto a comprobar este fin de semana: niños que llevan el segundo año en una academia para aprender inglés, además de las clases del cole, y no saben apenas nada. En algunos casos, ni siquiera contestar correctamente a “What’s your name?”

Queremos echarle la culpa al niño, llamándolos vagos o torpes, pero no, no es cierto: hay algo que no funciona en la enseñanza. Es menester analizar qué es lo que pasa. Desde mi punto de vista, el fracaso se debe a que se enseñan los contenidos de manera descontextualizada: gramática, mucha gramática, pero sin usar las estructuras aprendidas en contexto. Vocabulario – fichas, listas y dibujos para el vocabulario, pero no se usa el vocabulario en conversación y tareas de expresión oral. 

Un ejemplo que he vivido recientemente, trabajando con un grupo de niñas de 11 y 13 años: necesitaban repasar el vocabulario de la ropa en francés porque tienen un examen la semana que viene. Para sacarle más jugo a la clase, les propuse situaciones de conversación: ¿qué ropa llevas normalmente? ¿Qué te pones cuando vas a la escuela; cuando haces deporte; cuando vas a una boda; …? 

Pero me encuentro con lo siguiente: no conocen las palabras “ir” ni la palabra “hacer” en francés, y de saber conjugarlo ni hablar. Tampoco saben pronunciar las palabras de su lista de vocabulario, y no saben diferenciar el artículo indefinido en femenino y masculino cuando hablan – para ello tendrían que haber aprendido el sonido nasal “un” y la pronunciación de la “u” en francés. Y así sucesivamente, podría seguir poniendo ejemplos de carencias que les impide hablar y hacerse entender. Después de dos años de francés en el instituto/colegio. 

Quizás diríais de nuevo que es culpa suya. Y de nuevo os digo que no. En mi opinión, hacer que salte la chispa de la motivación también es nuestra función como enseñantes. El tema es que en el cole dan clases con el fin de aprobar un examen y luego olvidarlo. No aprenden el idioma para poder afrontar exitosamente diferentes situaciones comunicativas. No hablan, no saben hacerse preguntas.

Que me devuelvan el dinero, diría yo si pago para una enseñanza así. Y aunque haya sido gratis, ¿quién me devuelve el tiempo perdido, sentado delante de fotocopias o libros de texto para esto: para aburrirse y olvidarse? Para no saber decir nada. Para no descubrir lo guay que es conocer a gente y comunicarse en otro idioma. De tanto machacar a los alumnos con fichas que no tienen sentido para ellos, hasta se les olvida para qué sirve un idioma.

Hay muchísimas posibilidades hoy en día para aprender un idioma de manera atractiva. Y sobre todo, hay niños y niñas de las mismas edades que los nuestros en Francia, Canadá, en Inglaterra, en Estados Unidos, en Bélgica, en Alemania, en Noruega, en Malta … – en fin, en el mundo entero. Antes de haber internet, en mi época de adolescente en Austria, escribíamos cartas postales a niños de otros países. Con las tecnologías de hoy en día sería tan fácil fomentar el intercambio, y apenas se usan estos medios para que los niños puedan conocer a otros niños, practicando idiomas, ya sea inglés, francés o alemán. 

Esto es extrapolable a todo tipo de aprendizajes. Cuando creamos espacios donde los niños pueden darle sentido a lo que aprenden, es cuando realmente aprenden. Los niños tienen enormes capacidades para aprender rápido si conseguimos que salte la chispa de la motivación. Pero no las fomentamos, y, siento decirlo, en algunos casos incluso las destruimos, creando situaciones de “aprendizaje” aburridas, descontextualizadas e incoherentes. 

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