Hay quien me dice que escriba sobre otros temas, pero no sé si será obsesión, pero estoy seguro de que este es el tema fundamental porque se trata de la mayor tragedia ocurrida en España desde la Guerra Civil. Tragedia que continúa a diario con cientos de muertos y que no parece que sea la prioridad de quienes nos gobiernan, dedicados todos a la campaña electoral.
Ahora, el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), el Dr. Vázquez Lima, ha comentado que eso de “salvar la Semana Santa” es una auténtica broma de mal gusto.
Y tiene razón porque esta lucha se basa en el heroísmo de un puñado de profesionales, en el voluntarismo de otros que se están dejando la vida por los demás y en la responsabilidad de esas familias que están respondiendo por sí mismas, mientras que los que tienen esa responsabilidad pública no escarmientan, primero en salvar la Navidad, ahora la Semana Santa y, luego, llegará el verano.
Todo eso parece ser insustituible. Sin embargo, las personas no lo son para este Sistema, porque el Sistema hace tiempo que está dirigido por personas que se olvidaron de lo que son.
La desesperación de quienes están en la sanidad, a pie de camas, a pie de ucis, es perfectamente comprensible en una sociedad que no entiende que el debate entre la salud y la economía es una mentira porque no hay economía para quien pierde la vida. Incluso, los que se preocupan por la economía no tendrán para quien ejercerla porque los que sobrevivan no estarán para fiestas.
Ahora que estamos a punto de llegar al primer aniversario de que nos llegara la tragedia del Coronavirus, o nos salvamos entre nosotros mismos ejerciendo la solidaridad a distancia o no nos salvaremos, por muy doloroso que esto parezca. Y aunque parezca pesado, esto es tan cierto como las oleadas que todavía nos quedan.
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