El Gobierno ha dicho que se pueden dejar de utilizar las mascarillas en espacios exteriores, y como consecuencia de ello las siguen utilizando millones de españoles.
Han sido tantas las equivocaciones que han tenido, tantas las contradicciones y tantas las mentiras, que pocos se fían de Pedro Sánchez y su grupo de expertos que todavía no sabemos siquiera quienes son porque, además,
¿Recuerdan cuándo se nos dijo que las mascarillas no eran necesarias? Eran los primeros meses de la pandemia y el problema es que no había existencias de mascarillas. Luego se nos dijo que las mascarillas ffp2 eran exageradas e inservibles para, más tarde, decir justo lo contrario… En fin, el historial que tenemos ante nosotros es entre preocupante e inquietante. El resultado es que si el Gobierno dice que no hace falta usar mascarillas en espacios abiertos el personal se las pone sin pensárselo dos veces.
Creo que yo que otra razón fundamental para que sigamos utilizando mascarillas es que tenemos un montón absolutamente desorbitado de ellas en casa. Y ¡A ver qué hacemos ahora con las dichosas mascarillas! Las acumulamos de todos los colores, quirúrgicas, de tela, ffp2, personalizadas, sin personalizar, grandes y pequeñas. El festival de mascarillas que tenemos ha sido y es lo más de lo más. Y eso hay que gastarlo como sea. Y además de todo eso, ya que me la pongo para entrar en un bar a tomar una cerveza me la dejo para caminar hasta el próximo destino. Así no nos olvidamos.
Y nos encontramos con un efecto curioso porque antes las olvidábamos cuando salíamos de casa casi siempre y, ahora que ya no se usan de forma obligatoria en la calle, no las olvidamos ni a la de tres.
El miedo al contagio es otro factor determinante. Pero tengo mis dudas sobre ello. Hace unos días discutíamos si debíamos usarlas o no mientras tomábamos una cerveza en una terraza (por supuesto, sin mascarilla) y ahora nos da miedo quitarnos nuestra maravillosa mascarilla de diseño, aunque estemos allí en la Punta del Faro Punta Carnero en la más absoluta soledad. La verdad es que un poquito incongruentes sí que somos.
Lo del miedo me lo creo en personas mayores porque han demostrado mucho cuidado y rigor a lo largo de todos estos meses. Pero el resto…
En fin, que llevamos mascarillas para llevar la contraria al Gobierno, a nosotros mismos, a los que nos animan a no usarlas porque son un coñazo (las mascarillas y ellos) … Porque somos españoles. Irrepetibles y genuinos. Si mañana se impusiera el uso en exteriores las dejaríamos de utilizar. No ni ná.
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