Otra corrida sesteante (de aficionados a la siesta, vamos; no de aficionados a la Fiesta), con toros aborregados, descastados y mansos. No hay nada más plomizo y fuera de su ser natural que una corrida de toros sin emoción. Las faenas pasan como pasamos las hojas de un calendario, sin mayor emoción. Una, dos, tres, cuatro,… Y así hasta los seis de El Torreón de hoy. Si echamos la mirada atrás de lo que llevamos de Feria, la cosa no es para tirar cohetes, porque además hemos pasado el tramo ‘torista’: de 42 toros y novillos lidiados -dejando al margen la de rejones y el triunfo de dos orejas de Ventura-, apenas 2, o 3 toros a lo sumo para destacar. El tercero de Palha al que le cortó Salvador Cortés una oreja; la oreja que ganó Curro Díaz al cuarto de Pereda; y la que podría haber cortado Luis Vilches al quinto del Conde de la Maza, si no falla con el acero. Escaso bagaje: tres toros de 42 lidiados.
Y a falta de otros argumentos, la tarde vino bien para poner en valor y al alza a hombres de plata sevillanos, que cada año se asientan más. Esta tarde han brillado con luz propia tres nombres en las cuadrillas. Pedro Morales ‘Chocolate’, el sevillano de Sanlúcar la Mayor, que ha picado más que bien al quinto de la tarde, citando con pureza, manejando bien las riendas y tirando el palo antes de que llegue el toro al peto. Y dos sevillanos de plata que ya se han hecho con un importante hueco entre los mejores banderilleros: Curro Javier y Curro Robles. El primero se lució en el quinto con los palos, y Curro Robles fue todo corazón en el sexto, teniendo el privilegio de oir la música tras colocar dos buenos pares de banderillas.