Teleurbanismo barreño

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No suelo escribir sobre Los Barrios y más ahora que con el tema del Covid andamos todos con la cabeza en otras cosas y problemas. Pero claro, como no suelo hacerlo pues igual ahora es un buen momento para romper mi costumbre.

Estoy cansado de escuchar críticas a los políticos y a sus asesores locales. Desde la caída del emperador Jorge primero de Los Barrios (ya le añaden ustedes el apodo que prefieran, como cualquier emperador o rey que se precie), oficialmente a manos de los concejales de Ciudadanos, llegó el aparente flower power, la época del diálogo, la paz social y de la buena gente. Pero claro, en toda aparente historia feliz tiene siempre que aparecer un aguafiestas que cuestione la situación. ¡Heme aquí!

Hay que pagar hipotecas. Primero la económica, en principio la brutal dejada por la nefasta gestión del PSOE y aumentada más –principalmente- por el fallido despido de trabajadores municipales. Y segundo la política, queda claro que para que un partido localista sin mayoría pueda gobernar necesita hipotecarse políticamente. En este caso hasta las cejas. Había llegado el novedoso partido Ciudadanos (actualmente en aparente vía de extinción nacional) con dos concejales; y el Partido Popular que había reducido drásticamente sus votantes quedándose con tan sólo dos concejales.

Pero no piensen mal de los acuerdos y pactos, del reparto de concejalías, asesores y demás puestos… todo lo hacen por el interés general y el mejor gobierno de este pueblo y bla, bla, bla.

La versión prohibida es que el Partido Popular, a pesar de sus pésimos resultados, dignos para haber presentado alguna dimisión del mismo tipo, a la par de poner de buen grado la bandeja para depositar la cabeza del antiguo emperador Jorge I (el palito significa uno en números romanos) exigió y se posicionó fuertemente dentro de las institución municipal mientras Ciudadanos le seguía a rebufo haciéndole los coros mientras completan su periodo de prácticas remuneradas.

Al tema que me enrollo para al final no contar nada. Resulta que en pleno estado de alarma, con el Covid paralizándolo casi todo y las fases que nos tienen locos, pues ellos teletrabajando a destajo. No sean mal pensados que sí, en concreto Urbanismo. Planes, proyectos y actuaciones.

Por ponerles un ejemplo la de su última actuación en Las Perenholas, camino del cementerio. ¿Conocen ustedes la denominada explanada de los chinos? Les explico. Es una parcela con árboles y el terreno totalmente relleno de chinos de piedra. Un excelente lugar para la defecación de cánidos (cagadero de perros, en cristiano) aunque esté prohibido. Acondicionarla mejor, misión imposible, está destinada en el PGOU para equipamiento docente. Así que qué le vamos a hacer hay que comprender la situación y tragar.

Lo que me ha sorprendido ha sido la construcción de uno no, dos monolitos planos de mármol blanco, al más puro estilo funerario (vean la foto que siempre ha sido mejor que mil palabras) para poner el nombre de la calle, al principio y al final de una inmensa explanada llena de chinos. Si es que no hay nada como saber optimizar el gasto en tiempos de crisis bien combinado con el mundo del diseño urbanístico. Y algún vecino quejándose porque les deprime la imagen cuando salen de casa. Pobres ignorantes, no entienden ni de diseño ni son prácticos. A las malas si se llena el cementerio ya tenemos dos panteones para uso de los vecinos de la barriada, explanada sobra. Sin contar con la plusvalía que genera a sus viviendas la inversión hecha por nuestro Ayuntamiento.

Salir por la mañana y recordar “carpe diem”, ¡si es que coordinar el urbanismo no tiene precio!

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