¡Elegir! ¡Qué difícil es a veces! Y sin embargo llega la hora y hay que tomar una decisión. Cualquier elección tiene pros y contras. Porque, cuando todo está a favor, de hecho, no se elige nada, solo se decide el cuándo y el cómo, pero que será si o sí la persona lo tiene claro. Por ello, en la próxima convocatoria para votar el 23 de julio, una gran parte de la población no elige porque ya lo tiene claro. Por eso no acaba de pegarle a esta cita electoral la denominación de elecciones. ¿Comicios o Votaciones? ¡Quizás! No obstante, es verdad que más de la mitad del electorado convocado para que exprese su voluntad (pequeña pero importante) está en estos momentos valorando si ir a votar o no, y en el caso de que se vote ¿a quién apoyar?
Hace meses me publicaron un artículo que se titulaba “ponérselo fácil al votante de izquierda” y en él se decía: “Con una sola coalición de izquierdas la persona votante de izquierdas, mejor dicho, la que no desea votar a la “derecha”, lo tendría muy claro.” Ya se sabe que, en lo que viene denominándose izquierda, se sitúan varias siglas comenzando por el PSOE y una lista de organizaciones políticas que se autodenominan a la izquierda de este. También se sabe que en estos últimos años de gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos, se han adoptado medidas que han pretendido paliar los efectos negativos, primero, de la pandemia y, luego, la crisis económica mundial (energética, alimentaria…) desatada o como pretexto por la guerra de Ucrania. Todas las personas inteligentes, esto es esencial, que se dedican a la política saben, aunque no lo expresen, que las situaciones que ha debido afrontar el gobierno han sido muy difíciles y que más allá de descalificar al gobierno quienes se dicen “oposición” no han sabido aportar alternativas eficientes. Todos los gobiernos autonómicos, de un signo o de otro, han malencarado los efectos negativos de ambas grandes circunstancias internacionales. Quienes aplicaron su escasa inteligencia a sobrevivir en el poder a toda costa reeditaron el “Váyase Felipe González” aplicándolo a “derrotemos al sanchismo”. (que debería ser Sanchezmo). Y así, con ese “slogan”. barato donde los fabriquen, ¿pretenden resolver los graves problemas de España? En lugar de ser realmente inteligentes y contribuir a un gobierno de “Salvación Nacional” se tiran los trastos a la cabeza. Si malo para España es la fragmentación que supone bloques de derecha, extrema derecha, socialdemocracia, izquierda de ella, separatismos…; peor aún es el desencanto de millones de personas que están hasta el gorro de tanto slogan y tanta diatriba, viendo día a día empeorar sus condiciones de vida.
Parece que la derecha aún no ha aprendido que debe juntarse, aunque se presente en forma de tijera. La llamada izquierda está especializada en dividirse. Y a fecha de hoy muy cerca ya el 23 de julio, ni se nombran ni se presentan propuestas para afrontar los graves asuntos que gravitan sobre una población amedrentada por tanto caos anunciado. Los primeros con “Váyase Sr Sánchez”, y después del 23J ya veremos. Y los otros, resistiéndose a la unidad de las izquierdas, fraccionándose incluso aún más, véase el mismísimo PCE. Y todo ¿para qué? Hay quien piensa que los EGOS, Feijonianos, Yolandistas, Sanchistas… no dejan ver el bosque y quienes, desde la tercera fila de la militancia para atrás de todos los partidos políticos, saben que la unidad es imprescindible poco o nada pueden decir. Y lo más importante es asumir que el 23J tiene sentido porque después vienes el 24, el 25 y así hasta, con un poco de suerte 4 años. Que la campaña no debe servir sólo para la cita electoral, sino para gobernar este país en este mar tormentoso globalizado.
Si quienes a la política se dedican, no ven eso de “gobierno de salvación nacional”, al menos que las gentes de “izquierda” conformen un Frente Popular para gobernar los próximos años de cara al pueblo. Y dediquen la campaña en presentar soluciones a problemas, superando el slogan “que no gane la derecha”.
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