MONTE DE LA TORRE

El collar del nuevo caballero andante de Zahara


 

Son muchas  las aventuras  y  mayores  las  desventuras  del Quijote  y, una  de estas  es como sigue: Iban  por los campos manchegos  amo  y criado y  se encuentran en su ruta con un jeque  moro que montaba  alazán  hermoso  y conducía, ayudado por sus servidores, un  gran rebaño ovino. Creyó el  hidalgo  que  aquel  que , por su porte parecía  caballero,  era vulgar cuatrero  que  a la morería  llevaba  las ovejas. Le atrajo la  túnica blanca que vestía el árabe  y su fez rojo. Sobre su  hombro lleva  el islamista  posado un halcón.  Sin mediar  palabra  ataca lanza en ristre  al  magrebí. Sancho  con sus gritos  quiere  evitar  el combate y, profiriendo agudos  graznidos el halcón  se abalanza   hacia  el hidalgo  y en su acometida  le desgarra  un collar  que siempre  pende  del  cuello  del cervantino personaje. En sus garras la rapaz  atrapa  dos  perlas  del mismo. Tanto afecta   esto al caballero cristiano  que  arroja  sus armas  al suelo e imprecando  desmonta  y  recoge  cada  una  de  las piezas  de  aquel que  consideraba su particular toisón.  Sancho  le ayuda  rebuscando  las mismas  entre el  polvo  en tanto  el moro,  acompañantes  y rebaño  se alejan.  El halcón vuela  raudo  y veloz marchando  junto  a  su posible cetrero . El hidalgo  ve como se dirigen  hacia el sur los  que considera  abigeadores y  su collar  hermoso  queda roto  porque  el  halcón maldito  le robó  aquellas  piezas.  Sin pensarlo  dos  veces  le dice  a  Sancho: -“  Vamos  tras ellos!. Tomemos  camino  de  Andalucía  pues  seguro que van  para embarcar  en Algeciras  o Tarifa.”

El escudero pensando  en lo culinario pregunta:- “¿Se  come bien  por allí?

El  amo  contesta:”- Depende  de cómo suene la bolsa, pero  hemos  de  seguir  a  esos  ladrones  que  me llevan  mi  sentimental recuerdo  de cuando  recibí el espaldarazo como caballero.”

El escudero recordó  cuando  su  señor ostentaba  aquel hermoso abalario,  en tanto engullía  un buen bocado  de  queso manchego  y  un trago  de  vino , limpiándose  de un manotazo  sus  gruesos   labios,  afirma:- “!  Aunque muera  de hambre, recuperemos  esa  joya  antes  de  que ese halcón  vuele  a África.”

El  Quijote, con el aplomo propio  de  caballero,  le  contesta:-“ Hemos  de ir  allende  de Sevilla  y  llegar  junto  al  Océano  frente  a la misma  Berbería  y allí  hay  ventas  que  ningún otro  mesón  en riqueza  culinaria  les iguala. Imagino   que se  detendrán   en  la costa  y  el  torzuelo  creyendo  que son huevos  los  llevará  a  su nido.  Soy consciente  de  que vos  no  necesitáis  de la presencia  de  Costanzas,  aunque  os  diré  que sin tener  ese nombre,  se encuentran  bellísimas  damas, aunque  para mí con Dulcinea  me basta…”

Sancho, molesto, exclama: -“Amo, me  llega  con que me quiera Teresa!“

El  Quijote,  levantando  la visera  de   su celada,  con  serenidad  argumenta:

-“Nunca dudé  que  mi  buen Sancho, fiel  siempre  sería“.

Sancho, incorporándose  de  la piedra  sobre  la  que  había asentado  sus  grandes  posaderas,  insiste: -“  Amo, déjese  de  Costanzas.  Soy Sancho  y  no  pícaro  aventurero  como  Carriazo  o  Avendaño,  pero,  vuesa merced, tenga  la amabilidad  de  decirme  sin  tanta grandilocuencia  donde  se  come  abundante  y bien. Aseguro encontraré el  nido  de  ese gerifalte donde  tomándolos por huevos  incuba las piezas que  son joya. Lo  mataré de  una pedrada para hacerme  un suculento  caldo   .”

El  Quijote  apoyándose sosegadamente sobre  su lanza, usándola cual si fuese  báculo, a su escudero  contesta  de este  modo:-“  Sancho querido, hay  muchas  Ilustres Fregonas sin  que sean  Costanza pero,  las  mujeres  de  las  gaditanas  costas, y en especial  las  de  Zahara  De Los Atunes,  son admiradas porque  son  grandiosas ,  antes  de  hacer  faena  laboral alguna, para  que  el viajero   encuentre  la calle  pulcra,  toman  escobas y fregona    adecentando aceras que dejan como los chorros  del oro. Si sus umbrales están limpios imagina, amigo, como serán sus hogares”.

Sancho, volviendo a interrumpirle, como es propio  de  hombre  cerril,  exclama: -“ ¡Mi señor, no me haga  pedirle  que  nos dirijamos  a ese lugar   que, según  decides  vos  es cuna  de  todas  las Ilustres  Fregonas  y  olla  donde se cocinan  codiciados tesoros gastronómicos  y  las  halcónidas  en vez  de huevos  empollan  perlas”.

Subiendo  a Rocinante   y señalando  con su  lanza hacia Sierra  Morena  le ordena:-“Buen Sancho, cabalguemos  hacia Sevilla,  para,  pernoctando  en ventas andaluzas  llegar  a  la flor   más  hermosa  de  la gaditana  provincia, la que es  conocida  como Zahara  De  Los Atunes, precisamente  porque   es  lugar de Thunnus.”

Sancho exclama: -“¡Tunos!, ¡no, señor!.  No quiero verme envuelto  entre  estudiantes o soldadesca  que me acosen con  groseras burlas.”

Sonríe  el hidalgo, pues  dada  su personalidad  de caballero  no  es  propio en él  emitir sonoras  carcajadas. Juntos ponen  rumbo  hacia   Al Ándalus; por supuesto  que  el asno de Sancho  lleva  alforjas  repletas  de  viandas  de  las que dará  buena  cuenta ése  labriego. Por veredas, trochas  y cañadas  avanzan. Sancho  calla, solamente quiere  llegar a  posada  o mesón. Quedaron  a  descansar  en  las  que encontraron  y   dada  su  social categoría algunos posaderos  les invitan. Ya en tierras  de Jerez  en  un ventorrillo  solamente  les recibieron mujeres  y  la  primera  que  ven  saluda  a  los  recién llegados  con esta  expresión:-“  Aquí  solo  tienen  rajas.”

Ni  caballero  ni escudero entienden mucho  el andaluz ni la “guasa”  popular, aunque en este caso era  grosería. Comieron, bebieron  y durmieron.  Antes  de  conciliar el sueño  en la puerta  de Sancho una  de las  mozas,  que  de Ilustre Fregona  nada tenía,  llamó a  la puerta  de  la habitación  pero  el  buen  hombre cansado dormía  profundamente  y nada  oyó  y, aseguramos, que  aunque la hubiere oído  pensando  sería  argucia  de ladrona, la tranca  no quitaría. Esa  marchó  llevando  lo que ella  consideraría  atrayente y  deliciosa   almeja, ese  plato no  interesaba al escudero. El  caballero no concilia el sueño  pensando  en recuperar  las  piezas  de  su  collar Al romper  el día pagaron su estancia, como hicieran en otras  ventas,  con unas doblas  de oro  y prosiguieron  su aventura.  A no muchas  leguas  encontraron en  su  senda  a unos gitanos que  quisieron   cambiarle  el asno de  Sancho por uno viejo al que  ellos atribuyen  cualidades que  ya  el pollino aquel carecía. Le  preguntaron  por  el moro  y un cíngaro  le  grita:-“!Ceñó, hace  días  encontramos a  ese paisano con su rebaño  de ovejas. Van camino  de  Zahara, según le  oí  decir  a  uno  de sus  criados .Vayan  ustedes  con Dios!.”

Tras  superadas unas  pequeñas  y rodeadas  colinas  avistan el océano y , llegando  a  un pago que se conoce  como La  Zarzuela están ante las puertas de una  Venta  por nombre “ Venta  A   Los   Cuatro Vientos “.  En la entrada  hay  un grupo  de  arrieros  que  iban  con  acémilas  cargadas  de corcho  que traían  de los  montes  de Facinas .  Unos comían,  un par de ellos tocaban la  guitarra   y   el  más  viejo  esto cantaba:

-“  Todo  “er” que aquí  llega,  se “quea”  y  ni Levante  ni Poniente   se lo  lleva  porque  se enamora  “destas”  dos flores,  Barbate  y Zahara  de los Atunes, que creciendo en tierra es  el  mar  quien le da  los mejores  colores  a ellas….”

Tomaron mesa  para  comer  lo típico del lugar y , antes  de que  llegue  un mozo  que  les atiende,  uno  de los arrieros  se levanta  y  les dice:-“ Caballeros,  aquí pidan  el plato  de  arroz  con conejo  y  algún dulce  de La  Zarzuela ,  el atún rojo cuando  a  Zahara  lleguen.”

Así  lo hicieron , el  Quijote  poco probó  para seguir conservando  su  figura  pero Sancho  repitió y repitió  y  a su amo pregunta.-“Sopla viento fuerte, pero¿ dónde están  los  otros  vientos que faltan  para  ser cuatro?”

El Hidalgo responde:- “ Alma  de cántaro, este  es  una levantera . Alude  a  los aires  de los  cuatro puntos cardinales  y  aquí  en Zahara  acuden  personas  de  todos  los  lugares  del orbe. ”.

Después,  al  poco llegan  a  esa localidad  marinera.  En la misma   almadraba  ven  a muchas  mujeres  bellas   que no se llaman Costanza  que  trabajan  con denuedo   y en el mar  los hombres  fuertes  como robles  pescan atunes  que  a puerto  traen . El hidalgo  explica:-“  Ves  a  estos gentes trabajando con tanta bravura  que  parecen mantener  lucha  por vivir,  esos  son  los  aires  que mueven  el mundo   y con los que conviven  los vientos  constantes  de este  pueblo.  Ellos  nos enseñan  que los  pescadores  son  generosos  dejando en tierra  todo  lo  que el mar les da.  Muchas veces  esas  mujeres  que ves, las  que tanto quieren al piélago, le odian  y detestan, como aquellas  que  enlutadas  de negro  por allí vienen, porque  la barca  que  salió  nunca  a  esta  playa  arribó   y  son muchas las familias  de  Zahara y Barbate  que quedan rotas  por el golpe de una furibunda ola. Tú y  yo  no sabemos pescar pero permaneceremos aquí  hasta  recuperar  lo que  nos  robó  el maldito  halcón.”

Dicho esto se dirigen  a  un vecino  de ese pueblo  y le preguntan  si  por  allí  reside  el  bereber  que buscan   a lo que  responde:-“ Señores,  ese  buen hombre  es  un  marroquí   propietario  de  una flota  de pesqueros. Excelente  persona, por cierto. Ayer mismo marchó para  África.”

El Quijote le pregunta:-“¿Marchó  con él su  halcón?”

El  natural  de Zahara contesta: -“No , esa  ave  como  otras  de  su especie  vivía  en aquellas  rocas   y una ola  levantada  por el  vendaval lo ahogó.”

Muy  triste  se  tornó el semblante  de  hidalgo  y escudero  pero  Sancho  tratando  aliviar  la situación dice:-  “Amo, cuándo probemos  el atún encebollado   buscaremos esas perlas?”

El Quijote contesta:  “Vaya, siempre  ansiando comer!”

A  lo que  el escudero señalando  para un chiringuito, cuyo nombre  entre tantos  no  recuerdo, responde:- “.Vamos  allí  y  probemos  ese exquisito bocado  que es el atún””

Así lo hicieron bebiendo no solo los vientos sino  los exquisitos caldos  gaditanos  y raciones  de  atún encebollado.  Sancho  no tenía  prisa  en  levantarse  de  la mesa  pero  el Quijote,  deseando  encontrar  las piezas  que   le faltaban  para  que completo  estuviera  el collar  que deseaba  ostentar  en su cuello, marchó caminando por las arenas  y encontrando a un pescador   le  contó  que buscaba en unas rocas costeras  un nido de halcones  que  tenía  en vez  de huevos dos  piezas  de su collar. El marinero tomándole  por loco le  dijo:  “Amigo, lo siento  pero  hace días  el  temporal  fue tan fuerte que tiró todos  los nidos  de   gaviotas  y  cernícalos y  las olas  los  metieron mar adentro. Caballero,  ya  están en manos  del piélago  y seguro  las tiene  en su fondo  o , como no   queda  con nada,  las arrojó  en estas  inmensas  playas.”

Se despide del  pescador, pero como  el hidalgo  no  piensa  rendirse   prosigue  buscando  por  el inmenso arenal. Un niño curioso le pregunta:-“¿ Qué busca?

Se lo cuenta y entonces  mete  el pequeño  las manos  en  el  bolsillo  de  su bañador  y le muestra  las dos piezas.  El Quijote pletórico  le pregunta  donde  las encontró  y  él  esto le  relata:-“  Mi madre  trabaja  en La  Chanca  y hace  unos  días despedazando  un atún las  encontró  en su vientre   y, cuando  vino   a casa  me  las dio. Yo juego con ellas  a las canicas; desde  que   las utilizo  le gano  a  mis  amigos  todas  las  partidas  de “meblis pero, si dice son suyas  tenga”-, ofreciéndolas  en su mano abierta. El Quijote  humano como nadie  le  ruega:  -“ Quédate con ellas  y haz  el mejor collar”   Se  despide   del pequeño  y regresa  junto  a  Sancho  quien se excedió en la consumición  y  no tienen  para  pagar. ¿Más manteos? Saca  de  su morral  las otras  perlas  del collar  y se las entrega al mesonero en pago. Sancho  se lo recrimina  porque  ya  queda  sin collar  y puede  que  encuentren  las   que faltan,  pero  el Quijote  dice:-“Ya  están en las mejores manos, las infantiles”

El escudero  nada entiende pero calla. En  ese  momento  el niño que escuchaba  tras  la sebe  entra  y dice  al ventero: “ Oye, juguemos  una  partida  de  meblis. Quien pierda  paga el menú  del  caballero.”  El mesonero accede  porque  conoce  al padre  del chico que  es armador.  Juegan  la partida  y, como  el  niño  esperaba,  la  gana.  Entonces  el  propietario  del chiringuito  devuelve  las  perlas  al Quijote  diciendo:-“  La  casa  invita  . Nada  deben.”

El hidalgo  toma  las suyas  y  se las  ofrece  al rapaz así:-  “El collar  ya está  completo y  quedas  en estas playas nombrado  caballero andante  de  Zahara”

Días felices  pasaron  nuestros  protagonistas  allí  y, cuando  se  disponían  a partir  llegó  corriendo  el  jovencito  diciendo:-“  Inolvidable  caballero, de  Zahara  no puede  irse  sin collar  y  le colocó  uno hermosísimo  confeccionado con caracolas  pequeñas  y  conchas  bellísimas.”

Muy  emocionados  marcharon  porque  en  Zahara  toda  aventura  goza  del  final  más feliz. Surcan el mar barquitos  de pesca  y en el cielo azul planean  bando  de  gaviotas en tanto en los acantilados  arrullan zuritas  sin miedo  a  agresivos  halcones.

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Pepe Pol

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