Fervor, palabra y música en honor a la Patrona

FOTOS | Fervor y emoción en la IV Exaltación a Nuestra Señora del Rosario, a cargo de Pablo Quijano

La parroquia de San Isidro Labrador acogió este sábado una tarde llena de emoción y devoción con la celebración de la IV Exaltación en honor a Nuestra Señora del Rosario, patrona de la localidad. El acto, presentado por Darío Iglesias Muñoz, contó con la exaltación de Pablo Quijano y la participación musical del Coro Parroquial y del Grupo de Cámara de la Banda de Música “Maestro Tomás Infantes”.


Tras la celebración de la eucaristía, dio comienzo la IV Exaltación a Nuestra Señora del Rosario, con la presentación del hermano mayor de la hermandad Antonio Muñoz Rodríguez, un acto ya consolidado dentro del calendario de cultos y celebraciones en honor a la Patrona.

El evento fue presentado por Darío Iglesias Muñoz, profesor, cofrade y director del Coro Parroquial, quien dio la bienvenida a los asistentes con unas palabras de agradecimiento y emoción, destacando “la importancia de mantener viva la fe y las tradiciones que nos identifican como comunidad cristiana”.

A continuación, tomó la palabra el exaltador, Pablo Quijano, quien ofreció una sentida exaltación en honor a la Virgen. Sus palabras, impregnadas de sentimiento mariano, recordaron la figura protectora de Nuestra Señora del Rosario y su presencia constante en la vida del pueblo. En un momento de su intervención, Quijano expresó: “El Rosario no es solo una oración, es el lazo que une generaciones de fe, es la voz de un pueblo que nunca olvida a su Madre”.

Durante su intervención, Quijano reflexionó sobre el sentido de las imágenes sagradas: “La Iglesia nos enseña que la veneración no se dirige a la madera o al barro, sino a la persona sagrada que esa imagen evoca. La imagen es memoria visible, una ventana que mira hacia el Cielo.”

También evocó con emoción la devoción popular a lo largo de generaciones: “Tres imágenes, una sola devoción, continuidad de amor y esperanza, eres la misma, Señora del Cielo, la misma Madre que nunca se marcha.”

El exaltador hizo un recorrido por la historia de la advocación mariana, desde la aparición del rosario a Santo Domingo de Guzmán hasta la batalla de Lepanto, recordando que “el rosario es como una conversación de corazón a corazón al compás de avemarías… una oración que lleva los labios al corazón”.

Uno de los momentos más aplaudidos fue cuando Quijano se dirigió directamente a la Patrona con un tono de plegaria y promesa: “Eres madre y eres reina, guía del rosario que rezaban nuestras abuelas, voz que resuena en cada repique de campana. Bajo tu amparo se criaron generaciones, bajo tu mirada se forjaron promesas.”

La parte musical corrió a cargo del Coro Parroquial, que acompañó varios momentos del acto con interpretaciones llenas de armonía y recogimiento, y del Grupo de Cámara de la Banda de Música “Maestro Tomás Infantes”, cuya impecable actuación aportó una nota de solemnidad y elegancia a la ceremonia. Sus interpretaciones fueron recibidas con entusiasmo por todos los presentes.

El templo, decorado con flores y con la imagen de Nuestra Señora del Rosario presidiendo el altar, se convirtió en un espacio de oración compartida y emoción colectiva, reflejo del cariño que la feligresía profesa hacia su patrona.

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