La Plaza de Toros de Jaén vivió una tarde de emoción y buen toreo en el cierre de la Feria de San Lucas, donde el gaditano David Galván reapareció tras el percance sufrido meses atrás en Las Ventas. Su regreso, marcado por la valentía y la autenticidad, fue recibido con expectación por una afición entregada que llenó el Coso de la Alameda.
Galván volvió a vestirse de luces para lidiar un exigente encierro de la legendaria ganadería Victorino Martín, en un compromiso que exigía oficio y valor. En su primer toro, un ejemplar de difícil manejo, el torero demostró serenidad y profesionalidad, resolviendo con una certera estocada que evidenció su madurez y temple.
La faena grande llegó con el cierraplaza, donde Galván desplegó su mejor toreo. Recibió al toro con una serie de verónicas de gran sentimiento, mostrando desde el inicio su conexión con los tendidos. Ya con la muleta, inició la faena por bajo, ligando doblones de mando y pureza que encendieron la música y levantaron el ánimo del público. A medida que avanzaba la faena, el gaditano fue imponiendo su temple y personalidad ante un astado complicado, al que logró someter con inteligencia y arte.
La faena culminó con una estocada rotunda, premiada con las dos orejas, lo que permitió al torero salir a hombros por la Puerta Grande, rubricando un triunfo de enorme valor simbólico y personal.
Con esta tarde, Galván cierra una temporada 2025 marcada por la constancia, el reconocimiento y la recuperación de su mejor versión artística, consolidándose como uno de los toreros más destacados del escalafón actual.
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