
La Parroquia de San Isidro Labrador de Los Barrios ha presentado oficialmente su Belén para estas fiestas, una obra que se distingue por su fuerte carácter etnográfico y su vocación de memoria histórica. El acto contó con la presencia del párroco Juan José Mateos, del Equipo Belenista parroquial —formado por Antonio Muñoz, Chelo A. Sibón, Darío Iglesias, Felipe Salazar, Jesús Cao, José Lirio, Juan Camacho, Juan Ramón Fernández y Pablo Quijano— y con la colaboración activa de la Asociación Enclave Rural La Polvorilla, representada por Gely Ariza, Juan Cristóbal Ruiz, Andrés Muñoz Brenes y Andrés Muñoz Muñoz, responsables del asesoramiento histórico y documental.

El Belén reproduce una parte del entorno de La Polvorilla, en homenaje a los barreños y barreñas que durante generaciones hicieron del campo su modo de vida. Los organizadores subrayaron que su legado “sigue latiendo en nuestras raíces y configura la identidad cultural de Los Barrios”. Asimismo, la muestra reconoce la labor de quienes trabajan actualmente en la rehabilitación de la antigua escuela rural, un referente educativo y religioso hasta su cierre en 1978.
Uno de los elementos más significativos del montaje es que el nacimiento con las figuras de María, José y el Niño Jesús se encuentra instalado en la entrada de la antigua escuela de La Polvorilla, símbolo del papel educativo, social y espiritual que este edificio desempeñó durante décadas.
El recorrido belenista permite contemplar cuatro enclaves históricos del entorno, recreados con precisión para rescatar la memoria de un paisaje rural hoy transformado. El primero de ellos es el Molino Harinero de La Teja, una construcción hidráulica erigida en 1784 gracias a una licencia otorgada por el rey Carlos III a Manuel de Solís y Gorraez, señor de Las Navas de Gibraltar. Este molino, movido por un sistema de alberca alimentada mediante acequia desde los manantiales cercanos, funcionaba entre cinco y seis horas por ciclo, llegando a moler dos veces al día en invierno y una en verano debido a la escasez de agua. Durante siglos fue esencial para abastecer de harina a los asentamientos rurales de la zona hasta su cierre definitivo en 1970.
El Belén también reproduce con detalle la Escuela Rural de La Polvorilla, inaugurada en 1952 para atender a los 98 niños y niñas no escolarizados que vivían en la zona a inicios de la década de 1950. El edificio, que incluía vivienda para el maestro y una capilla, fue posible gracias al trabajo voluntario de los propios vecinos. Catalogada como Escuela Rural Unitaria Mixta, se convirtió en un referente educativo para centenares de menores y desempeñó una importante función religiosa, albergando misas, bautizos, comuniones y bodas. Su cierre en 1978 marcó el fin de una etapa, aunque hoy permanece como símbolo de alfabetización y patrimonio etnográfico de Los Barrios.
La tercera escena es la Fuente de La Teja, conocida antiguamente como Fuente de las Alberquillas hasta la década de 1970. Situada en el monte público de La Teja, esta fuente ha sido tradicionalmente un punto de descanso para caminantes, agricultores y más recientemente para senderistas y deportistas que recorren la zona. Su aspecto actual se debe a la remodelación realizada en 1983 para mejorar su conservación y facilitar el acceso al agua.
Por último, el Belén representa el Puente de Mogea de Conejo, construido alrededor de 1914 para salvar el cauce del río Las Cañas dentro del proyecto de la carretera Jerez–Los Barrios. Esta infraestructura fue clave para mejorar la comunicación entre la Bahía de Algeciras y el norte de la provincia de Cádiz, constituyendo un hito ingenieril en la red viaria local. Desde la creación del embalse de Charco Redondo en 1985, el puente permanece sumergido bajo sus aguas, emergiendo únicamente en los periodos de sequía prolongada.
Las figuras que componen el Belén pertenecen al patrimonio de la parroquia, procedentes de la donación de la familia Quijano Zambrano, junto a las nuevas cesiones para 2025 de José Domínguez, José Luis Martín y José Montes Rodríguez. Asimismo, se ha contado con la colaboración de la Aserradora Campo de Gibraltar, Bryan Silleros, Guadalupe Martín, Manuel Medina, Montse Pavira y Laura León.
Con esta obra, la parroquia reaviva la memoria de los paisajes, oficios y espacios que marcaron la historia rural de Los Barrios, y reivindica su conservación como parte esencial del patrimonio local.






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