Alergias, por M. Ríos


 

Sólo porque algo nos molesta, no hay que dar por supuesto que somos alérgicos a ello. Una alergia es una reacción anormal a algo que es normalmente inofensivo.

La contaminación, el humo, los productos químicos y muchos medicamentos son auténticamente irritantes. El escozor de ojos o un estómago molesto es una respuesta sensible, no una alergia. A veces se prefiere sufrir un dolor de estómago por la eritromicina que pagar cinco veces mas por un sustituto menos fuerte. Pero si se es auténticamente alérgico a una medicina, nunca hay que tomarla a no ser que la vida peligre , y en ese caso sólo en un hospital, bajo estricta vigilancia médica.

Cuando realiza su trabajo adecuadamente, el sistema inmunológico ataca a los invasores dañinos- la mayor parte de ellos, gérmenes y bacterias- con células de defensa especializadas, sustancias químicas y proteínas conocidas como anticuerpos. Cuando el sistema inmunológico ataca a un intruso inofensivo , como el polen, comida o medicación, se experimentan síntomas alérgicos. Esta respuesta anormal es una auténtica equivocación, que no es muy diferente del comportamiento de una alarma de coche convencional. Es una evidencia más de que la naturaleza no ha diseñado animales perfectos.

Síntomas alérgicos

La alergia puede producir una gran cantidad de síntomas, dependiendo de qué órgano es el destinatario del ataque inadecuado del cuerpo. Permítanme mencionar unos cuantos síntomas que no son típicos de una alergia: somnolencia, depresión, fatiga, dificultad de concentración. Si no está de acuerdo, podrá encontrar una multitud de fanáticos que le asegurarán que todo lo que le molesta en la vida es una alergia.

La mayor parte de las molestias en los adultos son debidas a la acción directa de algo ( un virus, un alimento en mal estado, una medicina irritante) no a una alergia. Finalmente, los pacientes con problemas en las vías respiratorias altas se quejan de que estos problemas son debidos a una alergia, pero las alergias no causan fiebre, fuerte dolor de garganta, ganglios inflamados o una tos persistente. Si cree que padece fiebre del heno , preste atención a lo siguiente, las alergias producen picores.

La mayor parte de las alergias afectan a las vías respiratorias y a la piel. En las vías respiratorias originan un aumento de la secreción nasal, con una nariz roja y que pica, y ojos que escuecen. Una nariz moqueante, pero que no pica, probablemente sea un signo de resfriado o de una reacción a algo irritante del ambiente. La erupción cutánea, alérgica habitualmente es la urticaria: puntitos rojos que pican , que pueden tener el tamaño de una cabeza de alfiler y que, pasadas unas pocas horas, aparecen y desaparecen, para ser reemplazados por otros puntitos.. Cuando la urticaria afecta a los delicados tejidos de la cara, los ojos y los labios se inflaman. La urticaria también puede dar lugar a unas manos hinchadas que pican. Una erupción cutánea extensa que no pique probablemente no sea una alergia. La urticaria se extiende por todo el cuerpo, por tanto si sólo una parte produce escozor, no es típico de la alergia.

Las alergias atacan a otros órganos con menos frecuencia, pero a veces de forma grave. Aunque parece lógico que los alimentos afecten al aparato digestivo, no es una excepción que produzca otros síntomas, como urticaria o síntomas de fiebre del heno. Las alergias a medicinas producen urticarias, así como también diversos tipos de erupciones cutáneas. Con menos frecuencia, las alergias son producto de alguna enfermedad graves desde la neumonía a la insuficiencia renal, a la anemia o a algunos tipos de cáncer.

Alergias que hacen peligrar la vida

La mayoría de nosotros conoce a alguien que ha sufrido una violenta reacción al aguijón de una abeja o a una inyección de penicilina o le brotó una erupción seguida de un picor intenso en la mitad de una comida donde había langosta. Esta extrema reacción se denomina anafilaxis . Si una alergia común es una respuesta defensiva anormal, la anafilaxis es una reacción completamente exagerada. Las mismas sustancias que producen la hinchazón de la nariz y de la cara aparecen en tales cantidades que se inflaman las vías respiratorias completas, incluyendo la laringe y los bronquios, cortando de esta forma la respiración . Estas sustancias también pueden provocar un colapso de la tensión de la sangre y paralizar el corazón o los riñones. Cualquier sustancia puede provocar la anafilaxis, pero las causas más comunes son los venenos de los insectos, la penicilina, la aspirina, algunas vacunas, el marisco y los huevos.

El mejor tratamiento: la adrenalina

La adrenalina es el salvavidas para la anafilaxis. Los pacientes que han sobrevivido a un ataque llevan consigo un equipo para inyectarse al primer signo de que van a tener otro. La adrenalina funciona también para ataques menos graves, y a menudo ayuda a un paciente desesperado por la urticaria.

La histamina es el elemento químico defensivo del cuerpo para la mayor parte de los escozores y urticarias, por tanto, los antihistamínicos son un tratamiento razonable. Funcionan mejor cuando se toman con regularidad porque previenen que la histamina se libere de las células que la almacenan. Cualquier histamina que esté en activo continuará actuando. Los antihistamínicos baratos se venden sin receta médica y son tan buenos como cualquier otro medicamento que pueda recetar el médico. Si los antihistamínicos le producen somnolencia, solicite al médico que le recete alguna de las marcas más recientes que no la producen.

Las inyecciones pueden ayudar

A pesar del deseo universal de que las inyecciones hagan desaparecer las alergias, la hiposensibilización alérgica sólo es un tratamiento aceptable . El 70% de los pacientes responden aceptablemente, lo que significa un 60% de reducción de los síntomas después de un año de inyecciones. Las inyecciones van mejor contra las picaduras de los insectos y para la típica fiebre del heno y otras alergias al polen que se declaran durante ciertas estaciones. Las personas que tienen alergias al polvo o alergias a múltiples y aquéllas cuyos síntomas persisten durante la mayor parte del año no responden tan bien. Las inyecciones funcionan mucho peor con las alergias a las comidas o a las medicinas.

Evitar las alergias

El método para controlar las alergias consiste en evitarlas. Como esta estrategia es de prevención , no de tratamiento, no se justifica su inclusión en este capítulo. Pero si no se desean padecer los síntomas alérgicos, lo mejor que se puede hacer consiste en evitar la causa de la alergia, siempre que sea posible. Los pacientes están convencidos que este método de tratar a la alergia no es auténtica medicina. Pero evitar la alergia es un método totalmente científico, está basado en la verdad, y los estudios prueban que funciona.

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