En lo hidrológico el arroyo de la Parrilla era una pequeña corriente fluvial sin un manantial definido o perenne. Nacía al confluir varias escorrentías en la zona norte del Cortijo Grande y también al filtrarse el agua de lluvia en la ladera arcillosa lindante con el cerro Marcelo. Su caudal se mantenía muy escaso durante el estiaje y su longitud apenas tenía dos kilómetros y medio hasta unirse al río Palmones junto al Puente Grande. El tramo inicial próximo a las antiguas alcarias barreñas de los Bocanegra discurría a unos doscientos metros de ellas.
El nombre de Parrilla ya se cita en una descripción de bienes de Andrés de Villegas (1666), donde, entre otras propiedades, se menciona cierto ganado vacuno que pastaba en el Cortijo (Grande) de Los Barrios. Una parte marcado con el hierro del “escudo”, que acaso sería el de los Villegas gibraltareños. La otra con el hierro de la “parrilla”, que tampoco se describe, pero pudo tener la forma de una “parrilla de asar”, ya usual en algún hierro ganadero.
Eso no supone que el nombre del arroyo de la Parrilla derive de tal hierro ganadero, sino que al pastar el ganado junto al arroyo así denominado, su hierro se simplificaría imitando esa “parrilla de asar”, llamada así por su semejanza con el enrejado donde se extienden las ramas y hojas de vid, cuando se cultiva elevada del suelo como ocurre con la parra, que también se usa como sombrajo doméstico. Es probable que el topónimo de la Parrilla derive simplemente de una pequeña parra existente a la entrada de alguna casa o hacienda en su inmediación.
Cerca del arroyo de la Parrilla existió una loma denominada de la Viña y junto al caserío de Cortijo Grande había otro terreno llamado la Viñuela, cuyo nombre se conserva. Ambos hacen referencia al cultivo de viñedos alrededor del acebuchal que existía en las alcarias de Los Barrios, cuando llegaron los primeros exiliados gibraltareños en 1704.
Documentos notariales del siglo XVIII citan otros terrenos entonces sembrados de viñas, aparte de la Parrilla, identificados como de la Alcaidía o del marqués de Santa Cruz, cuyos colonos labradores pagaban un censo perpetuo por su aprovechamiento vitícola al verdadero propietario, los sucesores del mayorazgo fundado por Álvaro Bazán, primer alcaide perpetuo de Gibraltar y primer marqués de Santa Cruz en el siglo XVI. Así pues, terrenos con viñedos rodeaban gran parte de las antiguas alcarias barreñas a modo de cinturón agrícola.
La representación cartográfica más antigua que hasta ahora se conoce del arroyo de la Parrilla está en un plano francés del siglo XIX, titulado Leve á vue de la route de los Barrios á San Roque, que ya mostró José Manuel Algarbani en un artículo (Noticias de la Villa, 18-marzo-2016), que reproduce parte de dicho plano en su edición digital. Donde se ve bien un arroyo “sin nombre” situado al este del pueblo de Los Barrios, formado por la confluencia de tres arroyuelos, que unidos avanzan hasta el río Palmones junto al Puente Grande.
Es evidente que tal arroyo “sin nombre” es el de la Parrilla. Pero el plano no es de 1808, ni lo dibujó Bayard como dice Algarbani, quizá confundido por el dato erróneo de la Biblioteca Virtual de Defensa, en cuyo fondo se conserva una “copia” en papel del plano francés original a igual escala (1:20.000). Es copia posterior visada por Bayard, capitán de Ingenieros, cuyo autor original fue Marchais, otro oficial-topógrafo que no lo dibujó durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), sino en otra campaña topográfica francesa en España, posterior a los “Cien mil hijos de San Luis” (1823), que apoyaron el absolutismo de Fernando VII.
Más tarde se vuelve a dibujar igualmente “sin nombre” el arroyo de la Parrilla en el Mapa de la provincia de Cádiz realizado por el coronel de Ingenieros Francisco Coello en 1868. Ese dibujo del arroyo es bastante aproximado al real. Pero al estar en una sola hoja (120,5 x 90,5 cm) y con una escala excesiva (1:200.000), tampoco permitió rotular el nombre del arroyo.
Por fin, El Gran Plano de Algeciras y sus alrededores, realizado a menor escala (1:5.000) por la comisión militar dirigida por el teniente coronel Federico Magallanes entre 1892-1894, al tener una “descomunal” dimensión en nueve largas hojas, permitió dibujar con más detalles el arroyo de la Parrilla y ya por fin rotular su nombre y el de otro arroyuelo suyo, como se ve a mayor escala (1:10.000) en la edición de Juan Carlos Pardo González (IECG, 2023: 80).
En dicho Gran Plano, en la hoja 4ª fechada en 1894, el arroyo de la Parrilla en su tramo inicial al noroeste de la población se divide en dos arroyuelos separados. El más largo, situado a poniente, llamado “barranco de Bartolomé Clavijo”, quizá por el nombre del anterior propietario de la finca llamada en dicho plano “Hacienda de las Clavijas”, sus evidentes herederas. El otro arroyuelo de levante ya sí consta en el plano con el nombre de la Parrilla.
El arroyo de la Parrilla que conocí en mi niñez tenía tres puentes de un ojo, desaparecidos actualmente. Uno, el Puente Chico, en la carretera vieja a Algeciras, que sería de finales del siglo XVIII, igual que el Puente Grande. Otro, el Puente de la Parrilla, a veces llamado del Pun, en la carretera comarcal a Jerez (C-340), que se construiría a principios del XX. La Guía de Lutgardo López (1899) no los cita con los puentes barreños de finales del siglo XIX. Entre ambos había un puente-acueducto con la tubería de agua potable de mediados del siglo XX.
El arroyo de la Parrilla, desde mediados del siglo XX, se fue soterrando al expandirse el casco urbano de Los Barrios por el Cortijo Grande. Un tramo quedó bajo la actual avenida Doña Rosa García López-Cepero. Otro, bajo parte de la avenida Carlos Cano. El último discurre paralelo a varios metros de la carretera vieja de Algeciras hasta el Puente Grande.
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