En el Campo de Gibraltar existieron diversas propiedades campesinas llamadas “cortijo grande”, como el de Los Barrios, el de Guadarranque o el de Guadiaro, resultados de agrupar otras propiedades rústicas de menor extensión, repartidas con anterioridad para el cultivo de viñas, quizá incluso en el siglo XV por el duque de Medina Sidonia como señor de Gibraltar o a principios del siglo XVI, cuando los Reyes Católicos recuperaron su jurisdicción real.
Según las referencias documentales consultadas, al menos en los tres casos citados, dicha agrupación territorial surgió por iniciativa de distintos propietarios a quienes en un anterior reparto o donación les correspondió un determinado terreno en torno a una torre o casa-torre de una antigua alcaria o población musulmana y luego compraron otros terrenos de alrededor para ampliar su propiedad hasta convertirla en un “cortijo grande”.
El Cortijo Grande de Los Barrios se compró a los herederos del capitán Fernando Moreno Maldonado por una notable familia gibraltareña, los Villegas. De la misma me ocupé en una comunicación sobre el mayorazgo barreño de esos Villegas, presentada en las IV Jornadas de Historia del Campo de Gibraltar, celebradas en Los Barrios (1996), cuyo contenido se puede consultar en internet en la revista Almoraima (1997, nº 17: 129-137).
Partiendo de los datos de dicha comunicación, entonces aún incompletos e insuficientes, citaré primero a Carlos Villegas Miranda que gozó de gran prestigio y consideración social en Gibraltar. Era hijo de Francisco Fernández Villegas, quien fundó un mayorazgo (1534), que heredó el propio Carlos. El mayorazgo consistía en vincular al hijo mayor o primogénito, con licencia real y prefiriendo al varón sobre la mujer, gran parte de las propiedades del fundador, que se transmitirían de igual modo al sucesor de la siguiente generación, sin poder vender libremente los bienes vinculados al mismo, aunque sí incrementarlos. Entre las propiedades iniciales de dicho mayorazgo recibido por Carlos Villegas estaban los lugares de Benahavís, Daidín, Almáchar y Montemayor próximos a Marbella y Colonna en Génova (Italia).
Carlos Villegas fue regidor perpetuo de Gibraltar, con voz y voto en las reuniones del cabildo o concejo de Gibraltar, cargo en propiedad algo similar en sus funciones al actual concejal electivo de ayuntamiento, lo que le permitiría cierta capacidad de decisión en la administración local gibraltareña. Estaba casado con Estefanía de Mendoza Suazo, hija del alcaide de Gibraltar Francisco de Mendoza, que debió aportar una gran dote matrimonial.
Por su actuación frente a la sublevación morisca fue nombrado alférez mayor de Gibraltar por Felipe II (1576), cuya función consistía en portar y tremolar el estandarte o insignia real de Gibraltar en cualquier destacada ocasión que lo requiriese, cargo que le daba voz y voto con asiento preeminente en cada reunión de cabildo o concejo local, que equivaldría al ayuntamiento actual. Por todo ello incrementó sensiblemente su patrimonio.
Al morir le sucedió su primogénito Andrés de Villegas el Viejo en el mayorazgo y demás cargos, quien con suficiente fortuna fundó un nuevo mayorazgo de secundagenitura para cada segundo hermano de los sucesivos primogénitos, comenzando por su hijo Jacinto de Villegas. Entre sus bienes estaba el Cortijo Grande, o sea “la torre y cassas de los Barrios” con las tierras de alrededor compradas al capitán Fernando Moreno Maldonado, cuyas lindes llegaban al río Palmones y cortijo de Ringo-Rango, siguiendo por la loma del cerro Marcelo hacia el cortijo de Palmares y volver colindando con el cortijo de Tinoco y tierras del marqués de Santa Cruz, atravesando el arroyo de la Parrilla hasta la torre y casas citadas.
Hacia mediados del siglo XVI se construyó un nuevo caserío como edificio principal del Cortijo Grande, para sustituir la antigua torre, ya deteriorada. Ese nuevo caserío o edificio principal del Cortijo Grande es de mayor antigüedad que la ermita de San Isidro (1698-1700) y por lo tanto también existía cuando llegaron los exiliados gibraltareños (1704). Sus muros y estructura todavía se conservan con alguna modificación en la vivienda o mansión que hace esquina con la carretera comarcal de Jerez a Los Barrios, frente al Centro de Salud, vivienda que también se denomina “Cortijo Grande”, como consta en una placa a su entrada.
En mi niñez tuve ocasión de conocer esa edificación original con su patio central y corral trasero, de la que conservo un vago recuerdo, cuando allí vivía la familia Núñez Calderón con la guardería del cortijo, antes que su propietario Rafael Fernández Leiva, con su esposa Concepción (Concha) Fuentes Jiménez, estableciesen allí su domicilio definitivo.
Para acabar esta menudencia barreña, conviene añadir que, pasado el tiempo y después de cierto pleito, ambos mayorazgos recaerían en María de Villegas Eraso, que fue acosada por su primo hermano Andrés de Villegas el Mozo (1642), hijo del citado Jacinto de Villegas, para que contrajese matrimonio con aquél, pero finalmente ella casó en segundas nupcias (1655) con Rodrigo Matías Venegas de Córdoba, quien sería II conde de Luque, a cuyo linaje cordobés quedaría vinculado el referido mayorazgo gibraltareño de segunda genitura de los Villegas, al que pertenecía el Cortijo Grande de Los Barrios.
Todo ello explica que más tarde en el siglo XVIII fuese otro conde de Luque quien iniciase un pleito contra algunos exiliados gibraltareños, que construían sus viviendas en terreno considerado del Cortijo Grande y mayorazgo de segunda genitura de los Villegas.
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