En este espíritu, las fuentes estadísticas se han convertido en uno de los materiales que busco con más empeño. Y, como suele ocurrir, aquello que se busca rara vez aparece donde debería, lo que siempre le añade un pequeño toque de suspense. Finalmente, este documento fue hallado. Se trata de una contribución que nos acerca a un periodo concreto de la historia de Los Barrios.
Este tipo de registros permite reconstruir la estructura social y económica de una época: descubrir quiénes eran los grandes propietarios, los pequeños comerciantes, los artesanos, los ganaderos o los campesinos; conocer sus oficios y su distribución en el casco urbano y en el campo; y detectar patrones de riqueza a través de las cargas fiscales, sabiendo quién pagaba más impuestos y por qué —casas, tierras, ganado o actividades comerciales—.
Son, además, documentos especialmente valiosos para la investigación genealógica, pues recogen nombres completos, apellidos, oficios y, en ocasiones, relaciones familiares. También resultan útiles para estudiar linajes, herencias y transferencias patrimoniales.
Y, por supuesto, constituyen una fuente de primer orden para comprender la fiscalidad local: permiten estimar el valor relativo de casas, tierras o negocios, así como establecer comparaciones con el sistema impositivo actual.
En definitiva, aunque a primera vista pueda parecer simplemente “una lista de impuestos”, nos encontramos ante una auténtica ventana abierta al siglo XIX, un recurso de gran utilidad para historiadores, economistas, genealogistas y creadores.
Contribución industrial y de comercio
El listado de contribuyentes a la contribución industrial y de comercio de Los Barrios en 1852 nos ofrece una vida económica del pueblo. Cada cifra, cada oficio, y cada nombre nos revela la estructura social y las desigualdades que existían en el corazón del comercio local.
1. Número total de contribuyentes y recaudación
- Total de contribuyentes: más de 120 personas.
- Total recaudado (sin recargos): 8.436 reales
- Total recaudado (con recargos): 10.470 reales y 24 maravedíes
Los datos muestran un pueblo sostenido por una mezcla de pequeños comerciantes, artesanos y trabajadores de oficios modestos, junto con unos pocos negocios de gran poder económico.
2. Rangos de contribución y desigualdad económica
- Mayor contribuyente: José María Rálinó, Pedro María Cacho, Manuel García Cacho y Diego García Ortega (310 reales cada uno, “Géneros ultramarinos”).
- Menor contribuyente: varios con 6 reales (José Doncel, Francisco Rosado, Francisco Solano, Juan Parra, Diego Ortega…).
La brecha económica es evidente: desde comerciantes acomodados hasta trabajadores de oficios muy humildes.
3. Principales actividades y profesiones
Grandes comerciantes (~10%)
Cuotas entre 300–310 reales.
Incluye:
- Géneros ultramarinos
- Especuladores en granos
- Tratantes
- Buhoneros
Pequeños comerciantes (~60%)
Cuotas entre 20 y 120 reales.
- Comestibles
- Tocino
- Bebidas
- Mesones
- Tabernas
- Abacerías
- Panaderos
- Barberos
Artesanos (~20%)
Cuotas entre 40 y 46 reales.
- Carpinteros
- Herreros
- Zapateros
- Alarifes
Otros oficios especiales (~10%)
- Café
- Inspector de pesos y medidas
- Arriendos
4. Profesiones peculiares hoy desaparecidas
- Albeitares (veterinarios primitivos)
- Buhoneros (ambulantes)
- Tratantes de carbón y granos
- Inspector de pesos y medidas
Estas profesiones permiten imaginar un pueblo vivo, lleno de actividad cotidiana.
5. Presencia femenina (5–7%)
Sorprendentemente significativa para 1852.
Entre ellas:
- Dª Ramona del Castillo (mesón)
- Dª Isabel Díaz (horno)
- Dª Isabel del Río (zapatería)
- Dª Francisca Domínguez (panadería)
- Dª Antonia Gutiérrez (molinería)
- Dª María Cuadros (arrieros)
6. Apellidos recurrentes y familias influyentes
Destacan especialmente:
- Ortega, Pecino, García, Cacho, Carrasco, Clavijo, Domínguez
Algunos oficios estaban muy ligados a familias concretas (ej. los Gutiérrez Espinosa como herreros).
7. Contrastes extremos
- Arrieros: muy numerosos, cuotas bajísimas (6–24 reales).
- Especuladores y grandes comerciantes: cuotas muy elevadas (300 reales).
8. El comercio como motor económico
La mayor parte de la lista está vinculada a:
- Tiendas
- Abacerías
- Ultramarinos
- Mesones
- Tocino, pan, bebidas
Una sociedad donde predominan las tiendas sobre las manufacturas.
9. Curiosidades
- Los arrieros dan idea de la importancia del transporte animal en la época.
- Los recargos suponían un 25% adicional sobre la cuota base.
Contribución territorial: la estructura profunda de la riqueza
1. Datos generales
- Total de personas y heredades: ~460 registros
- Total recaudado: 95.319 rs. 4 mrs.
- Tipos de contribución:
- Rústica
- Urbana
- Ganadería
- Colono
2. Grandes y pequeños contribuyentes
Mayores contribuyentes
- Gabriel Villalta: 46.158 rs.
- Francisco García Suárez: 16.930 rs.
- Juan Blanco del Valle: 17.500 rs.
Menores
- Con solo 32–48 rs.
- Ej.: Francisco Salvatierra, Juan Sánchez Jiménez
La desigualdad es incluso más marcada que en la contribución industrial.
3. Distribución por tipo
Aproximadamente:
- Solo rústica: 120 personas
- Solo urbana: 80
- Solo ganadería: 15
- Solo colono: 10
- Múltiples tipos: 200
La base de la economía es claramente agrícola.
4. Mujeres contribuyentes (~50)
Aparecen registradas por Dª.
Muchas heredaban tierras o casas, lo que demuestra su presencia real en la economía.
5. Apellidos más frecuentes
- Ortega
- Pecino
- García
- Rodríguez
- Romero
- Blanco
- Vázquez
Muestran linajes sólidos y redes familiares amplias.
6. Totales aproximados por contribución
- Rústica: 370.000 rs.
- Urbana: 150.000 rs.
- Ganadería: 60.000 rs.
- Colono: 40.000 rs.
7. Porcentajes sobre el total
- Rústica: 39%
- Urbana: 16%
- Ganadería: 6%
- Colono: 4%
- Combinados: 35%
8. Lo que podemos contar con estos datos
- Desigualdad extrema
- Familias influyentes
- Propiedad femenina visible
- Economía basada en tierras
- Personajes notables: Marqués de Santa Cruz, Gabriel Villalta, Francisco Villalta, Juan Blanco del Valle…
Más allá del análisis inmediato, estos datos ofrecen un abanico de posibilidades para futuras investigaciones. Su combinación con otros documentos del siglo XIX —como los padrones de majadas, los repartos de suertes o los libros de propiedad— permitiría reconstruir con mayor precisión la economía, la distribución social y la evolución del paisaje rural barreño. Incluso podrían incorporarse gráficos comparativos, mapas económicos o estudios genealógicos para convertir este material en el núcleo de una conferencia o de un estudio más amplio. Pero ese no era el propósito de este escrito: aquí hemos querido, simplemente, hacer visible un documento y mostrar cuánto puede revelar por sí mismo.
Y como detalle final, casi entrañable, la contribución conserva también rastros de la vida cotidiana que no aparecen en ningún otro archivo. En una de las entradas figura Francisco Mena (a) “el Moro”, un apodo que hoy despierta sonrisas y que invita a preguntarse si aún perdura ese sobrenombre en alguna rama de su familia. Pequeños guiños del pasado que, como este, nos recuerdan que tras cada cifra hubo siempre una historia humana.
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