Reportaje: Jesús M. González
Recorriendo el Camino Lebaniego ruta organizada, como otras de este tipo, por el gerente de Divertours de Los Barrios, José Antonio Muñoz Melgar, y guiada por el rutero Daniel Celis, de Multiaventuras de San Vicente nos encontramos con la Senda Mitológica “Las criaturas del Monte Hozarco”.
Cantabria no permite una mitología autóctona. Cuando descubrimos su historia, los mitos celtas y romanos se hallan ya emparentados y las conexiones con la mitología del Norte peninsular son claramente evidentes. La cultura cántabra muestra restos de mitos, inconexos con más importancia como ritual, conjuro o comportamiento, que como narración significativa.
Todos estos relatos se transmiten oralmente durante siglos, fueron escogiéndose a partir del siglo pasado y hoy, aunque todavía siguen recopilándose testimonios de ancianos montañeses, es difícil creer que se descubran cosas desconocidas.
Entre los mitos quedan vestigios de la existencia de grandes divinidades protectoras; así el culto al sol parece que lo atestiguan varias estelas encontradas y, en relación a él, el culto al fuego, del que las hogueras de San Juan pueden ser una reminiscencia. También el culto a un dios-padre parecido a Júpiter; el culto a diosas madres como la Luna, y el culto a un dios del mar asimilado a Neptuno.
Se divinizaron los montes y las aguas de los ríos; también los árboles y el bosque y algunos animales. Creían en augurios y ya rendían culto a los muertos. El ritual que acompaña a estas creencias no es demasiado conocido. El culto al fuego se debió celebrar con hogueras, danzas e himnos y, en especial en el solsticio de verano, los lugares sagrados fueron la misma naturaleza. Celebraban sacrificios.
De sus ceremonias fúnebres se sabe también poco: incineraban a sus muertos y tenían ritos especiales para los guerreros que morían en combate. Utilizaban conjuros para librarse de enfermedades y era frecuente entre ellos el uso de amuletos.
En pleno corazón del municipio de Peñarrubia, en los bosques del monte Hozarco, se encuentra la Senda Mitológica “Las criaturas del Monte Hozarco”, lleno de personajes mágicos, representativos de la cultura tradicional cántabra. Son seres que han convivido siempre con los pobladores de nuestros pueblos y cuyas historias se han transmitido oralmente a lo largo del tiempo de padres a hijos al calor de la lumbre en las noches de invierno o debajo de la sombra de un fresno en los calores del verano.
Estos personajes de la Mitología Cántabra representan el mal y el bien, las debilidades humanas, los miedos, el sentido de justicia o intentan explicar hechos extraños. Son hadas, brujas, monstruos, duendes traviesos y seres malignos que viven en los montes, en cuevas o escondidos en desvanes y casas viejas. La senda es un recorrido sin dificultad que nos lleva hasta el Mirador de Santa Catalina, desde donde contemplar el impresionante Desfiladero de La Hermida y los Picos de Europa.
Durante el recorrido tendremos que ir descubriendo a los seres mitológicos más representativos de la cultura tradicional de Cantabria. Son dieciséis figuras a tamaño real diseminadas a lo largo del recorrido. (En este reportaje faltan algunas).
Estos seres tienen singularidades propias que se diferencian en algunos aspectos de los personajes que se presentan en los textos que encontramos sobre mitología cántabra, basados en los escritos de Manuel Llano o Adriano García-Lomas, entre otros. Estas historias que os presentamos, son fruto de un gran trabajo de investigación y recopilación realizado por la Asociación Cultural y Etnográfica de Peñarrubia dirigido por su presidente, Javier Soberón. Son leyendas contadas por los vecinos del valle y que corrían el riesgo de desaparecer por la elevada edad de las personas que las recordaban y que nos iban dejando poco a poco. Era fundamental preservar esta herencia cultural de un valor incalculable.
La Senda Mitológica “Las criaturas del Monte Hozarco”
Ojáncana
Era otro monstruo deformado que elegía por víctimas a los niños, a los cuales se comía con preferencia a otros alimentos. Es una personaje mítico cruel. Tenía dos ojos cubiertos de legañas y carecía de barba. Era muy peluda y de su cabeza caía una larga melena estropajosa. Es chata y de belfo caído y tenía dos colmillos afiladísimos en espiral. Pero lo más característico eran sus pechos, dos pechos enormes y rollizos que le cuelgan hasta el vientre, de modo que, cuando corre enfurecida, se los hecha por encima de los hombros para que no la estorben.
Arquetu
Es un señoruco viejo y delgaduco, tiene el pelo largo, viste una túnica blanca con pinceladas moradas. Sobre su hombro izquierdo lleva un saco de color azul y debajo del brazo derecho abraza un arca de oro con refuerzos de plata. Camina despacio y sin rumbo fijo. No les gusta que los humanos malgasten su dinero en vicios. Cuando se encuentran con alguien que perdió su dinero en juergas o apuestas y está arrepentido, le da consuelo y le ayuda sacando un onza de oro de su arca, no sin antes echarle una buena reprimenda. Si vuelve a recaer en sus vicios le condena para siempre a pedir limosna por los caminos.
Pecu Ave
Algo travieso y malvado. No nos sorprende dentro de la mitología ya que existen seres que inundaban los bosques de miedo, al igual que el pecu, ubicado en los alrededores del río Saja. Se cuenta que su madre lo maldijo y, aunque su aspecto sea el de un pájaro, anteriormente era un niño cántabro.
Es mitad hombre mitad ave. Tiene nueve dedos en una mano y solo dos en la otra. Es bizco y de su frente sale un cuerno con la punta blanca. La cabeza y el lomo los tiene grisáceos. Las alas son idénticas a las del gavilán y la cola ancha como una escoba.
Nació como un niño con malformaciones, un día harto de ser ridiculizado por sus compañeros de clase mató a uno de ellos empalándolo contra la pared e hirió al maestro, tras ese terrible suceso Pecu se transformó y huyó a esconderse en los montes. Tira los huevos que encuentra en nidos de otros pájaros para depositar allí los suyos y así asegurar que sus crías prosperen. Es malvado con las mujeres ya que Pecu decide cuando han de casarse. “Pecu, Pecu, Pecu, colita de escoba: ¿Cuántos años quedan para mi boda?
Musgoso
Similar al Busgosu o Musgosu que es una criatura de la mitología asturiana, pero con características distintas. Se dice que es el señor del bosque y de todo lo que habita en él. Es enemigo encarnizado de los leñadores y cazadores. Es un hombre que cansado de la vida en sociedad, un día decidió echarse a la montaña. Es un varón alto y delgado, su cara es pálida, sus ojo pequeños y hundidos y tiene una larga y negra barba. Viste una zamarra de musgo seco y sandalias de piel de lobo, en su zurrón de cuero amarillo brillante siempre lleva una flauta negra de madera desconocida. Su andar es lento pero constante, parece cansado pero nunca se detiene. Luce su caminar con un amplio vaivén de hombros y lleva las manos escondidas en el pecho como si tuviera frío. Nadie ha oído su voz, ni ha sido visto parlamentando con persona alguna, pero en los montes de Cantabria todo el mundo le respeta y muchos de los pastores le deben incluso la vida. Su vida la dedica a realizar el bien en el monte, avisando de peligros naturales, de la presencia del Ojáncano o de cualquier otro ser maligno. A veces toca la flauta, sin dejar de andar, sus melodías son dulces pero tristes a la vez, aunque nunca toca de noche, durante la noche se dedica a silbar. El sonido de su flauta indica a los pastores que deben protegerse del temporal, guardando sus rebaños y buscando refugio. Sin embargo el aviso de alerta que los pastores atienden más en días de bruma densa, son unos ruidos característicos similares al desgajo
de una rama o una piedra rodando monte abajo, lo que a los pastores les indica señal de peligro y dan media vuelta con su rebaño para evitar despeñarse por un barranco. Llegado el invierno los pastores abandonan los montes con sus rebaños y dejan descuidadas las cabañas que mantiene en perfecto uso el musgoso, para que cuando regresen con el buen tiempo mantengan su residencia en condiciones.
Trenti
Es un duendecillo que vive en el bosque. Su ropa está hecha con musgo, hojas y raíces. Por lo que no es fácil descubrirlo. En invierno viven al abrigo de cuevas y en verano bajo el frescor de los árboles. Se alimenta de maíz y frutos que encuentra en el monte (endrinas, arándanos y moras). Se oculta entre bardales y matos para tirar de las faldas y pellizcar las pantorrillas de las muchachas que andan por el monte, para correr a esconderse entre la maleza. También ayudan a los pastores a encontrar el ganado perdido y a las personas mayores que no pueden valerse por sí mismas.
Caballucos del diablo
Los caballitos del diablo son siete y vienen directamente del infierno: uno blanco, otro negro, otro rojo, otro azul, otro verde, otro naranja y el otro amarillo. Parecen libélulas gigantescas, pues tienen alas larguísimas y transparentes con las que vuelan velozmente por el cielo nocturno. Sólo aparecían en la noche de San Juan entre llamas y humo. Si alguna persona los veía en la noche de San Juan, tenía que hacer siete cruces en el
aire para librarse de morir aplastado por un golpe.
Hacía un ruido atronador con bramidos infernales desatados después de un año de inactividad.
Su aspecto es el de grandes libélulas con alas larguísimas, tienen patas con fuertes espolones y sus ojos relucen como brasas incandescentes. Van montados por jinetes diabólicos que vuelan veloces por los cielos de Cantabria. Eran hombres que por sus maldades perdieron su alma y se vieron obligados a recorrer Cantabria por toda la eternidad. Cada uno es de un color y el rojo lo monta el diablo. Son los responsables de
los incendios y de destrozar las tierras de labranza. Hacen que se caigan las hojas de los árboles con su resoplido fuerte y gélido.
Anjanas
Es el hada buena llena de virtudes hermosas. Se viste con túnicas de seda blanca y calza sandalias. Lleva un báculo mágico (a la figura de la foto le falta) que utiliza para apaciguar a las bestias y para realizar curaciones.
Realiza hechizos que reparan el alma y calman el dolor. Cuida del bosque y de los animales que viven en él. Sus perfumes son las manzanillas, el romero y los laureles. Su voz es parecida al canto del ruiseñor. Sus cabellos son largos están adornados con lazos de seda y peines de coral. Viven en cuevas con el suelo de oro y las paredes de plata. Rodeadas de flores silvestres. Es respetada por todos, incluso por Ojáncano que sale huyendo cuando la Anjana aparece.
Se cuenta que en Cicera hay un lugar en ¨El Tanagu¨ que le llaman ¨La cueva las Anjanas¨ donde vivían unas mujerucas con un solo pecho y cuentan que cuando las mujeres de Cicera iban con los niños a trabajar en las tierras de labranza de Santa Cile y los niños lloraban, bajaba una anjana y les daba el pecho. Contado por Mercedes Bada (Titas) y recogido por Eva, Sara y Alicia Cortines.
Ojáncano
Es un monstruo que tenía fuerzas descomunales y mucha agilidad. Las melenas de color panoja se juntaban con las barbas duras como las cerdas de los jabalíes y le llegaban hasta las rodillas. Tenía dos filas de dientes y un sólo ojo en medio de la frente muy brillante rodeado de verrugas, por eso le llamaban cíclope. Parece que cuando se enfadaba bramaba como un toro en celo, arrancando árboles y produciendo argayos que a veces hasta destruían los caseríos de los campesinos o las mojadas.
Es el ser más cruel y malicioso de todos. Es enorme y de aspecto desagradable. Su cabeza es enorme, adornada con una gran nariz y una gran boca poblada de dos filas de dientes. Sus manos y pies son muy grandes, con diez dedos en cada miembro que terminan en unas afiladísimas uñas. Su debilidad es una cana blanca que tiene en la barba. Lleva en su mano derecha un bastón negro que puede transformarse en lobo.
Entre las maldades que realiza destacan las de derribar árboles, cegar fuentes, robar ovejas, raptar a jóvenes pastoras, destruir puentes y arrastrar peñas hasta las brañas.
También siembra el rencor, la soberbia y la envidia entre los lugareños.
Su alimentación es variada, como bellotas, hojas de acebo, ovejas y vacas. También pesca truchas y caza golondrinas y murciélagos.
El Enano Bigarista
Es generoso y no le gusta nada la avaricia y la codicia. En muchos casos es aliado de la Anjana. Es pequeñuco, tiene orejas puntiagudas, barba blanca, manos y pies grandes. En su cabeza lleva un sombrero puntiagudo típico de los enanos y los gnomos. Toca el bígaro, instrumento musical de viento hecho con una gran concha marina. Se dedica a ayudar a la gente necesitada. Da consejos cuando los humanos tienen problemas. Pero cuidado, si alguien les ofende o engaña, se vuelven malvados.
Cúlebre
Dicen los viejos que antiguamente había mucha miseria, no había una perra para gastar y poco que echar a la boca. Los piojos y la miseria siempre han andado de la mano y cuentan que había una moza que acostumbraba a peinarse a la boca de la torca ¨Las Porquerizas¨, más que para sentirse guapa lo hacía para rascase la cabeza y quitar algunos de los piojos que traía encima, cuando quitaba uno lo cogía con la mano y lo tiraba a la torca, si el piojo era grande decía: Culebrín, culebrón, ahí te va este piojón y si era chico decía: Culebrón, culebrín, ahí te va este piojín. Llevaba un rato tirando piojos y repitiendo esa retahíla cuando oyó un estruendo muy grande que venía de dentro la torca, miró hacia el fondo y vio como subía por la torca una enorme culebra con cuernos, salió corriendo dando con las patas en el culo camino de Linares y la culebra la seguía a todo cisco, al llegar a Pedrejita la culebra ya se disponía a morderla cuando la moza pudo meterse en la calleja ¨El Cimbriu¨ y la culebra entró tras ella, pero, sucedió que la culebra se quedó atascada, tenía los cuernos tan grandes que pegaban a los dos lados de la calleja y no podía ir para adelante, entonces la moza al ver que la culebra no la seguía miró para atrás y vio que la culebra todavía no había acabado de salir de la torca. Al poco empezaron a sonar las campanas y entonces la culebra se volvió a meter a la torca ¨Las Porquerizas¨.
Salud Cotera, Juan Cortines y Javier Soberón.
Guajona
TUna bruja que chupaba la sangre a los niños. También conocida por Lamia se desconoce su refugio y no sale de día se cree que vive escondida bajo tierra. Es una bruja vieja y pequeña. Es delgada y con aspecto siniestro, de cara amarillenta, rugosa, consumida y adornada con pelos y verrugas, de nariz aguileña, su boca de labios delgados y descoloridos, con un solo diente negro y enorme similar a un puñal que le llega hasta debajo de la barbilla, sus ojos son diminutos y brillantes, y cubierta de la cabeza a los pies por un manto negro, por entre el cual sobresalen las manos, ennegrecidas y sarmentosas, los pies se parecen realmente a las patas de las aves.
A veces los niños y jóvenes cántabros tienen un color pálido, como si estuvieran enfermos, pero el motivo de este extraño color se debe a este ser que al llegar la noche sale confundiéndose entre las sombras, entra en los hogares sin hacer ruido alguno, se acerca a niños y jóvenes sanos mientras duermen clavándoles su diente, bebiéndose su sangre y provocando ese extraño color en ellos.
A pesar de su crueldad, se puede decir a su favor que sus ataques no son mortales y en su intención no está la de acabar con su víctima, sino alimentarse de ella.
La osa de Ándara
Es la mujer osa de la mitología cántabra que vive en los Picos de Europa, en el macizo de Ándara. Tiene cara de mujer de mediana edad aunque no lo sea, arrugada y quemada por el sol. Sus cabellos son largos y oscuros, sus manos son enormes y están cubiertas igual que sus piernas con pelos parecidos a los de los osos. Viste su orondo cuerpo con un traje viejo y raído. Es brava y forzuda, pero rara vez ataca salvo que se metan con ella. Se alimenta de leche, castañas, raíces y maíz. A veces caza rebecos y roba algún cordero o
cabritillo. La osa de Ándara era un Ojáncano enorme que vive en el lago de Ándara y recorre los picos de Europa cada día y se zambulle luego en las aguas del lago, que por eso son tan espumosas.
Se encuentra en un tombo junto a la verja que protege los símbolos grabados en la roca cerca del mirador de Santa Catalina desde donde se divisa el desfiladero de la Hermida.
Bibliografía:
Paneles informativos de la Senda Mitológica del Monte Hozarco. Peñarrubia.
Web oficial. www.sendamitologicapenarrubia.es
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