Ariza recibe en la Casa Consistorial a la militante de más edad del PSOE barreño

La primera edil, Ángeles Ariza, ha recibido hoy en la Casa Consistorial a la vecina de la localidad Josefa Acosta Velasco, militante histórica de la agrupación socialista barreña, republicana convencida y una de las muchas personas que fueron víctima en Los Barrios de la represión franquista.

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Josefa Acosta fue la tercera persona en inscribirse como miembro del PSOE local y actualmente la afiliada de más edad, a sus 86 años recién cumplidos. En 2006 la agrupación provincial de los socialistas gaditanos ya le rindió un emotivo homenaje.

Pepa, así es como todos la conocen y la llaman, nació el 9 de octubre de 1923. Hija de María Acosta, madre soltera y con una hermana mayor, creció en la calle Reina número 31 de Los Barrios. Allí vivió hasta los 12 años, cuando el estallido de la Guerra Civil cubrió de sombras una infancia hasta entonces feliz bajo la bandera tricolor de la Segunda República.

Josefa recuerda perfectamente cómo llegó a Los Barrios la noticia del levantamiento militar del general Franco, en las primeras horas del 18 de julio de 1936.

Su hermana María y su tía Mercedes Acosta, considerada en la familia como una segunda madre, lograron exiliarse a Gibraltar aprovechando los primeros momentos de confusión, para de allí pasar a Tánger y, posteriormente, a Francia. Su madre, María Acosta, varios tíos y ella misma tuvieron que quedarse en Los Barrios al cerrarse la vía diplomática para abandonar España.

En su memoria también está grabada con letras de fuego la tarde del 23 de agosto de aquel año, cuando miembros de la Falange, el ejército rebelde y la Guardia Civil rodearon su casa, una de las más grandes de Los Barrios, y la expoliaron.

Los sublevados contra la República que entraron en su casa, capitaneados por Ignacio Villalobos y Francisco García Monje, la encañoron, siendo como era una niña de apenas 12 años.

Aún hoy se estremece al recordar pasajes de la historia negra de la Guerra Civil, la sinrazón de los fusilamientos en la que hoy es la Plaza de Blas Infante. Allí, sobre la tierra que cubrió la fosa común, recuerda Josefa, llegó a crecer un rosal que mantuvo viva la memoria de quienes murieron por la libertad.

Josefa creció y, en 1942, contrajo matrimonio con José Gallego, natural de Olvera y albañil de profesión, con quien tuvo tres hijos: Antonio, Mercedes y María del Carmen. Durante los difíciles años 40 trabajó en el campo y tuvo que dedicarse también, como muchos otros campogibraltareños, al estraperlo. Posteriormente trabajó en Gibraltar hasta 1963 y en una fábrica de conservas de pescado en Algeciras y se jubiló regentando una tienda de ultramarinos en la calle de La Cruz, donde reside.

Hoy todavía hay quien puede recordar más de una anécdota que refleja fielmente la valentía de esta mujer para rebelarse contra el arbitrio de la autoridad durante el anterior régimen y contra la injusticia. Así, no dudó en sacar a su hijo de 8 años del colegio, negándose a inscribirlo en Falange tal y como le exigían, para no contravenir sus ideales republicanos y democráticos en una época en la que no se podía hacer alarde de ellos.

La muerte de Franco, y no se avergüenza a la hora de decirlo, fue un momento feliz para Josefa Acosta y la festejó comprando una docena de pasteles de La Plata.

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