EN ROJO Y NEGRO

Premisas para el acuerdo sobre Gibraltar


 

Cuando de Gibraltar se trata pocas personas no se sienten afectadas. No quiere esto decir que genere sentimientos negativos y, menos aún, que puedan confundirse el contencioso histórico, usurpación del istmo incluido,  con quienes en esa roca viven.  Si quienes se asoman a diario a esta hermosa bahía de Algeciras ejercieran el noble arte de la empatía, con sus vecinas y vecinos, podrían trascender de lo personal toda polémica relacionada con la negociación de un acuerdo que haga más llevadera las vidas de quienes están separados por una verja. Cuando en esta larga negociación se habla de Zona de Prosperidad Compartida  (ZPC)  o por la otra parte  “Shared Prosperity Zone” (SPZ), conviene concretar su significado. Ya que pudiera tener diferentes acepciones para las gentes yanitas, inglesas o españolas. Más aún dentro de este último grupo, al evidenciarse discordancias entre quienes trabajan en Gibraltar o sólo en el Campo de Gibraltar. Cada cual cuenta la feria como en ella le va. Eso es así por mucho que pasen los años. Además de la teoría, y sobre todo, está la vida real. Sin embargo hay aspectos insoslayables que los hechos permiten dimensionar objetivamente.  Para compartir, esa prosperidad que se comenta, es preciso disponer de ella. La no equidistancia en prosperidades no lo permitiría.

¿Qué se entiende por prosperidad?  El diccionario de la Real Academia Española (RAE) la define como “Curso favorable de las cosas” y la relaciona con otras palabras: bonanza, bienestar, felicidad, holgura, riqueza, progreso, expansión, éxito… ¿Se podrían aplicar estas palabras a la situación de cientos de miles de personas que viven en el Campo de Gibraltar? Si la respuesta fuese NO, ¿A que prosperidad se refieren?  A quien le falta de casi todo cómo se le puede pedir que comparta lo que no tiene. Posiblemente la clave de la proyección política de lo que se denomina en la negociación ZPC o (SPZ), está en el concepto ZONA. Para quienes viven en la Unión Europea los posibles beneficios que ello reporta pasan desapercibidos. No preocupa la movilidad geográfica, ni la moneda en zona Euro, ni siquiera que el Parlamento nacional legisle, para eso está el Comunitario.  Pero quienes no viven en esa ZONA, y desean beneficiarse como si vivieran en ella es un fuerte aliciente. Máxime cuando pudo experimentarse esta bondad, antes de marcharse de ella. El Gobierno de España y la Junta de Andalucía, cada cual en lo que le toque, tendrían que realizar fuertes, muy fuertes, inversiones en la Bahía de Algeciras para mejorar: la conectividad por tren y carreteras, equipamientos de Salud, Educación,  Dependencia, Seguridad, Justicia… así como reducir el nivel de desempleo.  Sólo en los 4 municipios de la Bahía, con una población censada de 250 000 habitantes, en agosto de 2024 el paro alcanza a 26.480 personas, suponiendo esto algo más del 26% de la población activa.  De las 5 ciudades españolas, estando incluidas Ceuta y Melilla, con mayor tasa de desempleo, se encuentran en segundo lugar La Línea de la concepción (30,27%) y en el quinto lugar Algeciras (23,77%), por detrás de Jerez de la Frontera (23,99%). Y si la media de desempleo en la UE en abril de 2024 era del 6,4%, ¿se puede calificar a esta Zona de próspera?   ¿Y si no es prospera esta parte, qué interés puede tener la otra en llegar a un acuerdo, ocupando la 4ª posición en el Rankin mundial por Renta per cápita,?  ¡Ah, ya!  La prosperidad que busca Gibraltar no supone compartir la suya, sino aumentar la propia.  ¡Ahora se explican los más de 4 años de “negociación”!  El objetivo de Gibraltar es entrar, aunque sea de costado, en el espacio Schengen, sólo eso. Ya que estuvieron hasta 2020 a pesar de que el Brexit fue rechazado por el 95% de la población yanita. Sin embargo el Reino Unido, inmisericorde, la dejó fuera. Querían estar en la UE y siguen intentando gozar del privilegio perdido. Quienes desde Gibraltar critican a España, atribuyéndole todas las maldades, olvidan que siempre la madrastra de Gibraltar ha sido el Reino Unido. Y la imposición inmisericorde, por parte de los ingleses, de que Gibraltar saliera de la Unión, sin un acuerdo previo, es la prueba evidente del maltrato. Así las cosas, y desde el inicio de la colonia, Londres facilita patente de corso, comercial y financiero, al Peñón. No porque le tenga afecto alguno, sino porque no quiere correr con los gastos de mantener esa colonia. Conviene recordar, para no olvidar, la posición española: A) Que Gibraltar no es parte integrante de Reino Unido. B) Que es una colonia británica en territorio español.  C) Que España reclama que este territorio le sea reintegrado y sostiene plenamente lo dispuesto por Naciones Unidas sobre esta cuestión. D) Que para la ONU, desde 1965, Gibraltar es un “territorio no autónomo pendiente de descolonización”, que debe ser llevada a cabo mediante negociaciones bilaterales entre España y Reino Unido.  E) Que después del Brexit, los acuerdos UE-Reino Unido sobre Gibraltar necesitan del acuerdo previo de España, según establece la cláusula número 24 de las Orientaciones del Consejo Europeo para la negociación del Brexit, que concreta: “ningún acuerdo entre la Unión Europea y Reino Unido podrá aplicarse al territorio de Gibraltar sin acuerdo entre España y Reino Unido”.  La secretaría general de la Comisión Europea, el 20 de julio de 2021, recoge en su punto 3 EL ACUERDO UE-REINO UNIDO SOBRE GIBRALTAR: “Ello no excluye, sin embargo, la posibilidad de que se celebren acuerdos separados entre la Unión y el Reino Unido con respecto a Gibraltar. Sin perjuicio de las competencias de la Unión y en pleno respeto de la integridad territorial de sus Estados miembros garantizada por el artículo 4, apartado 2, del Tratado de la Unión Europea, dichos acuerdos separados requerirán un acuerdo previo del Reino de España”.

Como se comprenderá el asunto del tipo de uniforme policial, de quien controle la frontera Schengen en el aeropuerto o puerto de Gibraltar, es asunto banal.  Aunque puede dar pistas de los aspectos banales que en las negociaciones se puedan estar tramitando. La negativa a la policía española en los puestos fronterizas de puerto y aeropuerto, esgrimida reiteradamente por el Sr Picardo, primer ministro de Gibraltar, da fe del enconamiento.  Más aún cuando cualquier pega en controles del aeropuerto no tiene ningún sentido al ser territorio español usurpado.  El Sr Picardo debería retrotraerse, en cualquier caso, al acuerdo firmado por Reino Unido (su patrono) y la UE con respecto a Gibraltar que, entre otros asuntos de mayor enjundia, dice lo siguiente: “Los guardias de fronteras españoles tendrían todas las competencias necesarias para llevar a cabo los controles y la vigilancia de las fronteras y cumplir con las obligaciones consiguientes”… Si el color del uniforme de la guardia fronteriza importa tanto no es de extrañar que lleven 4 años negociando ¿El qué? Aunque es natural que se dilate en el tiempo porque de momento Gibraltar sigue gozando de todos los privilegios. Va siendo hora de trazar una frontera Schengen, pura y dura, porque ello sin duda animaría a la parte británica el llegar a un acuerdo, que no tratado, para conformar una ZPC.

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