Tarde complicada y exigente a nivel ganadero con los de Martín Carrasco, con los que los espadas derrocharon ganas y entrega. Fueron los aceros los que restaron los triunfos, empañando grandes faenas. Aun así, el respetable también premió la entrega y disposición de los alumnos. Sería Ángel Delgado el único que desorejara a su novillo, alcanzando así la Puerta Grande, frente a un animal de extraordinarias condiciones y que, además, fue premiado con la vuelta al ruedo.
Mirian Cabas abría la tarde con un novillo de Martín Carrasco de nombre “Disparate”. Trazó un saludo bregado por abajo, abriendo a un astado que le apretaba pero que también repetía en el percal a base de temple y guiando la embestida. Perdió los pies la joven espada, pero afortunadamente todo quedó en un susto. Inició la faena de muleta con un trasteo por abajo con el que lo fue llevando, ganándole terreno. Siguió sobre el pitón derecho, abriendo, empezando el muletazo arriba, para después ir bajándole la mano. El de Martín Carrasco tenía mucha guasa, soltando la cara y punteando la tela, sin permitir limpiar el muletazo. Cambió al natural, abriendo el compás, rectificando y marcando el trazo con la ayuda. Volvió al pitón derecho, dándole tiempo y sitio, reestructurando en cada pase la serie. Tenía fijeza y era muy exigente en la franela, requería mucho sitio y el orden en la faena, pero no lo permitía el abreplaza -jamás regaló una embestida- por lo que Mirian trató de ahormar las series, parándolo para después echarle el engaño al morrillo y tirar con suavidad, llevándolo de uno en uno. Se le metió por dentro, sin consecuencias, volvió a la cara del animal, ya al natural, pasándolo con efectividad. Continuó, alternando pitones para, finalmente, cambiar la ayuda por la espada, pasarlo por abajo y colocarlo en suertes. La espada no quiso viajar a su sitio ante un novillo que no le dio ninguna facilidad, -muy complicado y con genio- tuvo que pasaportarlo con el primer golpe de cruceta. Oreja arrancada.
Saltaba al ruedo “Disparado” un novillo algo más parado de salida, sin rematar en tablas, frenándose. Lo saludó Esteban Molina, en un recibo comedido e insistente para meter las embestidas del segundo de la tarde en el percal, que no terminaba de entregarse. Se alcanzó el último tercio y el espada lo recibió con la rodilla en el firme, exigiéndolo por abajo. Le dio tiempo y sitio, continuando sobre el pitón derecho, tratando de encontrar las distancias a un novillo que salía acortando y buscando. Logró ligar los muletazos, pero teniendo que perderle los pasos para encontrar el acople y que no se le quedara muy encima. Con el toreo al natural, pudo abrirlo algo más y darle mayor longitud, llevándolo con los vuelos de la franela, pero con la cara alta. Siguió con la mano izquierda, teniendo que llevarlo muy metido, ya que al primer toque era algo incierto, de hecho, lo prendió feamente, pero sin consecuencias. Se recompuso y siguió al natural, tocando y abriendo, dando forma a aquella embestida recta que se le venía al cuerpo. Se cruzó y tiró hacia adelante, encontrando algún que otro arreón que le sorprendió en los últimos compases. La espada no quiso entrar.
Iker Fernández “El Mene” saludó al tercero de la tarde, de nombre “Monedero”. El novillero logró encelarlo en los vuelos y estirarse por verónicas al tiempo que le iba ganando terreno, incluso dejó su sello de rodillas para cerrar el recibo capotero. “El Mene” tomó la muleta y lo pasó por ambos pitones, a media altura, templando las embestidas con despaciosidad y suavidad. El novillo tenía ritmo y fijeza en el engaño, tomándolo por abajo. Aquellas primeras tandas por el pitón derecho siguieron desarrollándose a media altura, ante la buena colocación del espada, que se impuso, dominando las series. Tenía que cruzarse y citarlo, el resto de muletazos llegaban acompañados por la inercia, ahormando las tandas con orden y mucha técnica. Al natural le echó los vuelos al morrillo y amortiguó su entrada en la franela, pero no tardaría en recuperar aquel pitón derecho, sin dejar de lado los adornos y el lucimiento. Uno a uno conservó la pulcritud en la tela, echándoselo atrás, a la cadera, para después recoger aquella embestida y colocarlo para el siguiente muletazo. Volvió a mostrarlo bajo las directrices de la mano izquierda, sin quitarle la tela del morrillo, mandando sobre el en las distancias cortas, totalmente encajado. Metió la mano a la primera, dejando una espada defectuosa y teniendo que descabellar.
“Arrojado” marcaba el ecuador de la tarde en las manos de Ernesto Lorenzo, que se dobló con el astado, para después pasarlo por alto en el saludo capotero, que resultó lucido. Sería el propio novillero, el encargado de protagonizar el tercio de banderillas, gustándose y cautivando en los tendidos. Tomó los trastos y se dispuso agarrado a tablas, probándolo por ambos pitones, sin rectificar. Para después salir de las maderas y llevarlo hacia los medios. Se asentó y continuó por el pitón derecho, tratando de sujetarlo en la tela. Le citó en la media distancia y después aprovechó la inercia para encelarlo en la tela. Sin embargo, el de Martín Carrasco era incierto, pasaba descompuesto buscando la querencia, ante lo que el novillero le contrarrestó con suavidad. Cambió al natural, dejándosela en todo momento en el morrillo, para que solo viera tela. Cada vez decantaba más su preferencia a tablas, parándose, teniendo que insistirlo para meterlo en el trazo. Aunque una vez dentro se lo envolvía a su alrededor con ligazón y pulcritud, siempre muy tapadito. Culminó en los terrenos que marcaba “Arrojado”. Cerró entre molinetes y pases por el derecho, sin ayuda, ante la obediencia del astado que marcaba la diferencia en el encierro de la tarde. Culminó con la muleta a la espalda hasta rematarlo. Se atascó con los aceros, restando el premio grande a su labor.
Ángel Delgado salió al ruedo para recibir a “Bodeguero”, metiéndolo en el percal a base de verónicas para después ganarle terreno y buscarles las opciones para dejar un remate lucido sin alargar en exceso. Después de su correspondiente brindis, tomó los trastos y genuflexo lo pasó por ambos pitones, sacándolo a los medios. Fue un inicio breve con el que dio paso a la primera tanda por el pitón derecho, asentándose con temple frente al quinto. Ligó los pases, envolviéndoselo alrededor de su cintura, dibujando un trazo largo en el que, con el paso atrás, se encajó, y lo siguió pasando. El espada dosificó, dándole tiempo y sitio, para después volver a exigirle, solo que ahora al natural, abriéndolo con los vuelos, con suavidad, alargando la embestida. Hubo pulcritud en el toreo lento, seguro maduro y firme de Delgado, que lo buscó siempre en el sitio. El animal, que fue el mejor de la tarde, siguió los engaños que se encontraba en la cara en la muerte de cada pase, ahormando y continuando para no perder la ligazón en las series. En los últimos compases cautivó con el invertido, terminando de cuajar su actuación frente al de Martín Carrasco. Deslució en la suerte suprema, pero siendo muy efectivo.
Cerraba la tarde Pablo Lozano, que recibió a “Landito” con en el percal de rodillas con unas largas afaroladas, para después levantarse y estirarse en los medios con el novillo. Se alcanzó el último tercio y lo recibió de rodillas, dándole la espalda y mirando hacia las tablas. Aquel inicio llamó la atención del respetable, después continuó de la misma manera, solo que alejándolo de la madera. El de Martín Carrasco se dejó llevar al natural, uno a uno, en largo, pero sin pulcritud en el pase. Había que tocarlo y llevarlo, pero con suavidad. No terminó de frenar las embestidas, con un novillo que necesitaba despaciosidad, algo que encontró por el pitón derecho, encontrando el compás, gustándose y llegando a los tendidos. El animal fue un novillo encastado que tenía repetición, ritmo y fijeza, pero al que había que poderle mucho y así hizo Pablo para que aquello no se convirtiera en una faena atropellada. Lozano dejó entrega y buenas maneras en el encuentro con el toreo lento, dándole sitio y dejando el toque previo que marcara su recorrido. Sin el toque se le vencía. Culminó por manoletinas y una suerte suprema accidentada en la que lo prendió llevándose un golpe seco en la rodilla. Después volvió a prenderlo, logrando meterle mano tras varios intentos.
Ficha del festejo
Sábado 8 de julio de 2023
Plaza de toros de Navas de San Juan (Jaén)
XXIX Ciclo de Novilladas Sin Picadores Retransmitidas por Canal Sur TV
“2ª Selección” en la modalidad de ‘Clase Práctica’
Entrada: Rozando los tres cuartos de entrada
Se lidiaron astados de Martín Carrasco, un encierro variado, que tuvo sus teclas. Destacaron el cuarto, el quinto y el sexto, sobre todo los dos últimos, premiados con la vuelta al ruedo. “Bodeguero” Nº 36 y “Landito” Nº 5, respectivamente. El 5º mostró unas condiciones extraordinarias, permitiendo la expresión, mientras que el 6º fue un novillo encastado y exigente dando sus matices y complicaciones.
Mirian Cabas; (E.T. C. de Gibraltar), Oreja tras aviso.
Esteban Molina; (E.T. Écija), Vuelta al ruedo tras aviso.
Iker Fernández ‘El Mene’; (E.T. Salamanca), Oreja tras aviso.
Ernesto Lorenzo; (E.T. Almería), Gran ovación tras dos avisos.
Ángel Delgado; (E.T. Úbeda), Dos orejas.
Pablo Lozano; (E.T. Algeciras), Oreja tras aviso.
Cuadrillas: Sobresalió en sus correspondientes lidias y banderillas Juan Manuel Raya.
Observaciones
- El festejo alcanzó los casi tres cuartos de plaza en una tarde de mucho calor.
- Presidió el festejo Margarita Requena, acompañada por el asesor Manuel Junco.
- Amenizó el festejo la banda de Música del Maestro Mota de Navas de San Juan.
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