Desde que Andalucía consiguiera la autonomía, de aquella manera por la puerta de atrás, por culpa de la represora actitud política del Gobierno español de Adolfo Suárez de la extinta UCD. Cada 28 de febrero nuestras autoridades políticas vistiendo sus mejores galas de alta costura, conmemoran a bombo y platillos el Día del Estatuto Andalucía, en los teatros políticos de sus comedias o salones de plenos, etc. Desempolvando el Estatuto del baúl de los recuerdos donde lo tienen guardado, sin llevar a cabo el total desarrollo del mismo de cuanto estipula su articulado.
Creyendo, que si nuestras autoridades políticas sólo se acuerdan del Estatuto de Autonomía de Andalucía cada 28 de febrero, es para que no se constipe o estropee. Pero a mí no me van a engañar una vez más a mis muchos años de edad. Y, menos, en esta ocasión a pocos días de la celebración de las elecciones andaluzas el próximo 25 de marzo.
Pero como el pueblo andaluz está presuntamente sedado o anestesiado entre unas y las otras formaciones políticas, esto es al parecer jauja para muchos políticos andaluces. Debiendo ser la historia la que los juzgue a su debido tiempo, porque la inmensa mayoría del pueblo andaluz no lo hará, al estar pendientes si el Real Madrid o el Barça ganan la liga de fútbol. O distraídos contemplando en la tele basura, si fulanita se casa con menganito y le ha puesto los cuernos en la noche de boda.
Somos, estimado andaluz, la comunidad autónoma con menos concienciación de nuestras señas de identidad, debido a que lo políticos andaluces, por ignorancia o malintencionadamente utilizan sus ambigüedades para definirnos, a pesar de que pertenecemos a una nacionalidad histórica, según está contemplado en la Constitución Española.
Por consiguiente, lo de afianzar nuestras señas de identidad a través de nuestros valores, históricos culturales y riqueza lingüística, se lo han saltado a la torera, pero han fomentado el folclore superfluo y chabacano que tanto ha perjudicado a la esencia, aroma y brisa de Andalucía.
Causa entre otras muchas más, para que desde Despeñaperros hasta más allá de Los Pirineos, no nos tengan ninguna consideración como pueblo. Siendo Andalucía, lamentablemente, una comunidad de servicios para el resto de las comunidades y regiones españolas. Cuando debería ser todo lo contrario, ya que Andalucía es tan o más comunidad histórica que Cataluña y el País Vasco.
Así que, esto es lo que pienso de lo que ocurre y hay actualmente en mí querida Andalucía, al haber permitido nuestros políticos, presuntamente, que se pisoteen nuestras señas de identidad y riqueza cultural, industrial e histórica, al ser presuntamente, determinados políticos, maleteros de la Verbena de La Paloma del poder centralista español. Debido al palanganeo político andaluz llevado a cabo en este periodo autonómico y constitucional, presuntamente, desde el Palacio de San Telmo de Sevilla hacia el de La Moncloa de Madrid.
Hablar de lo contemplado en el Estatuto de Andalucía, desde que el rey Borbón Juan Carlos firmara el Estatuto, el treinta de diciembre de mil novecientos ochenta y uno, cuando disfrutaba de sus vacaciones de invierno en Baqueria Beret, con su prole familiar y la legión de personal de servidumbre. Es denunciar por mi parte a través de esta ventana a la libertad de expresión en el Diario Área, que nuestros representantes políticos andaluces, tras más de tres décadas de vigencia del Estatuto, han trabajado menos por su desarrollo y total cumplimiento, que los Reyes Magos que trabajan una vez al año y montados en camellos.
El Estatuto de Autonomía de Andalucía, garantiza entre otras cosas a todas las personas el derecho a un puesto de trabajo. El acceso gratuito a los servicios públicos de empleo, según los principios de méritos y capacidad. Vivir en un Medio Ambiente equilibrado, sostenible y saludable. Garantiza una vivienda digna y a participar en condiciones de igualdad en los asuntos públicos. Contempla la prohibición de toda discriminación en el ejercicio de los derechos particularmente ejercidos por razón de sexo, cultura, religión, política o cualquier otra circunstancia.
Lo anterior, es evidente para mí, que no se ha cumplido ni mínimamente. Pero además el sistema educativo hace agua por todas partes, y muchos centros educativos son obsoletos y mantienen algún material de la época de Franco. Existiendo un alto nivel de fracasos escolares.
En cuanto al aprovechamiento de nuestras riquezas, muchas de ellas están prácticamente exterminadas, porque se volcaron con los ladrillos. Provocando esa política fullera y especulativa lo que desgraciadamente estamos sufriendo en la actualidad. Al haber sido los ladrillos un falso motor de nuestra economía, al ser impulsada, entre otras cosas, para que muchos presuntos mal nacidos de la política y de otras castas de similares cataduras y malas sañas, se enriquecieran sin escrúpulo alguno, a costa de arruinar e hipotecar a la ciudadanía de forma vitalicia.
La sanidad andaluza es caótica estando los hospitales colapsados. La calidad de vida en ciertos núcleos poblacionales es cancerígena, debido a que no se realizan los estudios epidemiológicos correspondientes para impedir tantos atentados contra el Medio Ambiente. La justa distribución de la riqueza y de la renta es una milonga, porque se han agrandado las diferencias entres ricos y pobres… encontrándonos a años luz de Europa. Pero, sin embargo, cada vez la situación andaluza se parece mucho más a África…
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