El miedo al miedo, así lo definen muchos estudiosos. El miedo es tan sólo una señal de alarma, como la fiebre, que nos obliga a buscar nuestros propios recursos para intentar solucionar un determinado problema. Este miedo intenso e irracional sin una razón real provoca un tipo de ansiedad conocido como fobia. A diferencia de las crisis de pánico, la fobia solamente provoca ansiedad cuando el afectando se enfrenta al motivo de su miedo.
La persona que padece una fobia suele comenzar a preocuparse de que sufrirá una humillación si los demás ven su reacción, y a menudo intenta evitar las situaciones que sospecha puedan desencadenar la fobia, lo cual sólo la refuerza. El hecho de evitar el miedo puede hacer que la vida de la persona afectada se vea dominada por las preocupaciones.
Cómo combatir las fobias
Las fobias son frecuentes, pero si siente fobia de un objeto o una situación común que le lleva a evitar objetos familiares o actividades de la vida cotidiana , es importante buscar ayuda. Por lo general, las fobias se tratan con terapia conductual. Ésta implica la exposición gradual (desensibilización progresiva) de la persona afectada al objeto de sus miedos, el análisis de lo que ocurre y de lo que piensa que va a ocurrir, y la reprogramación de estas expectativas. Los psicoterapeutas pueden ayudarle a utilizar las siguientes estrategias:
Estrategias tranquilizadoras: por ejemplo, control de la respiración, tensar y relajar los músculos o imaginar una escena agradable como encontrarse tumbado en una playa.
Tarjetas a las que acudir cuando sienta pánico: le ayudarán a aprender a enfrentarse a las sensaciones. Se le pedirá que escriba cómo se siente cuando tiene miedo.
Exponerse al miedo: al principio , lo hará con alguien en quien confíe. Se le pedirá que permanezca con su miedo tanto tiempo como le sea posible. Utilizando para ello sus estrategias . Más tarde, deberá anotar cómo se sentía y puntuar el miedo en una escala del 1 al 10. Hable sobre ello y anote cuáles son sus objetivos para la próxima vez.
Las fobias aparecen de muy diversas manerasw, y existen nombres para la mayoría de ellas, por ejemplo:
Agorafobia: miedo a los espacios abiertos o de estar solo en los espacios públicos.
Claustrofobia: miedo a los espacios cerrados.
Oclofobia: miedo a las multitudes.
Hidrofobia: miedo al agua.
Acrofobia: miedo a las alturas.
Aracnofobia: miedo a las arañas.
Nictofobia: miedo a la noche.
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