No es ningún familiar de la popular Salvaora, ni ningún amigo mío, aunque los tenga que se llamen así. Me refiero a ese personaje nefasto, al bravucón que ha cumplido su sueño -ser alcalde de su pueblo- para joder a todo el mundo.
Tiene la rara habilidad de encabronar a todo quisque, incluso a David Gil y Miguel Domínguez, que estaban dispuestos a colaborar con su gobierno. Está claro que no quiere colaboración, sino sumisión total y eso ya no está en la hoja de ruta de nadie.
La vida, al parecer, le ha enseñado poco, pero creo que va a aprender a marchas forzadas porque lo peor todavía no le ha llegado. Tendrá que convivir en el mismo pueblo con todos aquellos a los que desprecia sin reparo e intenta amargarles la vida, como son los trabajadores de Radio Televisión Los Barrios y ahora los 178 que quiere poner en la calle por las malas, y sus familias.
Lleva camino de ser con el tiempo un paria social. Si ya le están perdiendo el respeto siendo alcalde ¿qué le harán cuando deje de serlo?
Es el peor gobernante que ha tenido Los Barrios, con diferencia. Con el poco tiempo que lleva en la alcaldía le han tenido que montar un dispositivo de seguridad alrededor por cómo ha encrespado los ánimos.
Los demás grupos municipales deberían recoger el órdago que les ha lanzado y apoyar a otro alcaldable sin temor, porque ha dejado el listón tan bajo que cualquiera con un mínimo de sensatez lo supera. En el fondo, su subconsciente está pidiendo a gritos que lo manden de nuevo a la oposición para hacer lo único que sabe: insultar, despotricar de todos y hacer de la negación su bandera. Es lo que echa en falta, como ha demostrado últimamente.
A pesar de todo, supongo que sus contrincantes políticos ya se habrán percatado que no es tan difícil manejarlo. Empleando un símil taurino podría decirse que entra muy bien al trapo, así que habrá que echarle un capote.
Se le veía venir de lejos. Alguien que no ha valido para ninguna actividad laboral difícilmente podría servir para alcalde, pero así es la democracia, que algunas veces coloca en el sillón a personajillos que vienen con sus lastres psicológicos que luego muestran sin ningún sentido del ridículo cuando alcanzan el poder, autoproclamándose salvadores de la nación, de la región o del pueblo -estos últimos los más cortitos- e imbuidos de esa fe en su predestinación cometen las mayores tropelías.
Señores de la oposición, él mismo se los ha puesto a huevo, no le den ese disgusto.
Noticias de la Villa y su empresa editora Publimarkplus, S.L., no se hacen responsables de las opiniones realizadas por sus colaboradores, ni tiene porqué compartirlas necesariamente.