No tengo más remedio que repudiar la agresión, injustificada, sufrida por mi tío Feliciano Salazar, no hay nada que lo justifique, él no es responsable de las acciones o decisiones políticas que adoptan una corporación municipal elegida democraticamente por una gran mayoría del municipio de Los Barrios, aunque sea su nieto quien la presida.
Para defender los derechos existen otros medios, políticos o judiciales, pues gracias a Dios, vivimos en una consolidada democracia, donde todos podemos denunciar o recurrir aquello con lo que no estamos de acuerdo o nos perjudica.
Que valiente el agresor cuando se atreve a dar un martillazo en la cabeza a una persona de 84 años, y seguramente a traición; nunca he visto ni oido a mi tío Feliciano, meterse con nadie, ni hacer ningún tipo de manifestaciones públicas o privadas de lo que hace o deja de hacer su nieto Jorge, en sus funciones como alcalde de la villa.
Feliciano de lo único que se preocupa y ocupa es de cuidar a su esposa Maribel, que padece una larga y penosa enfermedad, Dios se lo premiará de alguna manera.
A mi personalmente me ha cogido a muchos kilometros de nuestro pueblo, de estar ahí me hubiera gustado conocer al agresor para aclararle un par de cuestiones y explicarle que los familiares hay que dejarlos al margen de los conflictos.
Todo mi cariño y apoyo para mi tío Feliciano.
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