La actualidad viene marcada por la palabra “rescate”, por esa manzana envenenada que se nos presenta como la panacea y que nos puede costar la vida. Qué recortes y reestructuraciones conllevará todo esto, cuánto tiempo vamos a continuar así. Mientras la canciller alemana Ángela Merkel se reunía con Mariano Rajoy en la Moncloa y se mostraba “impresionada” por las medidas tomadas por el Gobierno, el presidente del Banco Central Europeo ( BCE ) Mario Draghi confirmaba la compra de deuda soberana de los países en crisis de la eurozona con el objetivo de garantizar la “irreversibilidad” del euro. Ahora que llega el momento de “entrar a matar” para rematar la faena, está más claro cada día que la intervención de España es inevitable y que estará sujeta a estrictas condiciones, supervisadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los países nórdicos son reacios a sufragar más rescates, en este caso el de España e Italia posiblemente, pero quien manda para bien o mal en nuestra Europa es Alemania, que dará su visto bueno al rescate a partir del dictamen de su Tribunal Constitucional.
De todas las formas, la ayuda a la banca española que se ha venido llevando a cabo meses atrás y los recientes recortes económicos y sociales anunciaban lo que vendría después, como manifesté en otros artículos de opinión. Draghi espera que España solicite formalmente el rescate, y no será en palabras de aquél un “rescate blando”. Se están produciendo las mismas condiciones y pasos que propiciaron el rescate de Irlanda, Portugal y Grecia, y todos conocemos como se encuentran estos países ahora tras el supuesto “rescate”. No le quepa a ustedes la menor duda que esta crisis ha sido provocada por los mismos que prestan esa “ayuda” y que los banqueros, inversores y la gran élite social está detrás de toda esta pestilencia, ya que la cuestión no es reestructurar el mercado financiero y económico de cada Estado, sino en última instancia la propia sociedad. Nada en este mundo de políticas, intereses y recesiones ocurre por casualidad.
Esta crisis provocada por los que manejan el dinero y el poder la van a pagar los que se ganan la vida con el sudor de su frente. Y ejemplos de lo que digo y lo que puede suceder lo tenemos en los Estados ya intervenidos. Así Irlanda solicitó el 7 de diciembre de 2010 formalmente el rescate por un valor de 85.000 millones de euros debido a la recapitalización de su banca, seriamente dañada por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Con anterioridad – el 16 de mayo de 2010 ? era Portugal quien aprobaba un rescate de 78.000 millones de euros para los tres años siguientes, de los que una importante cantidad se destinaba a la recapitalización de su banca. Estos países de la eurozona solicitaron sus rescates animados por la iniciativa de Grecia, que inicialmente recibió 30.000 millones y posteriormente 110.000 millones más para el ejercicio 2010 ? 2012 en concepto de “rescate”. Como todo es poco para un país en quiebra y endeudado hasta las cejas, el pasado 21 de julio de 2011 se aprobó un segundo rescate de 109.000 millones de euros, más una aportación “voluntaria” de la banca europea de casi 50.000 millones más. Todo este baile de cifras esconde la misma letra pequeña y la misma usura que llevará a que Grecia jamás pague su deuda. Este nuevo rescate en su gran parte se destinará al pago de los acreedores privados ? bancos y aseguradoras ? y la recapitalización de la propia banca griega. La ayuda no levanta la economía griega y no se distribuye socialmente. Aunque los especuladores declaren pérdidas en sus inversiones, siguen cobrando mientras que las instituciones y el pueblo heleno se derrumban. Para evitar un default nacional se está barajando un tercer “rescate” de 50.000 millones de euros entre 2015 ? 2020 y una quita por parte de los bancos alemanes de hasta un 70%, cuando debería ser del cien por cien. En este panorama de préstamos leoninos, ayudas que no lo son y endeudamiento público galopante, Grecia se halla en un callejón sin salida. Tras los rescates y recortes, viene la reestructuración, la alienación, el vivir de rodillas para seguir pagando eternamente a los que han provocado el desastre malintencionadamente. Qué paradoja que Deutsche Bank sea junto con el Banco Nacional de Grecia, BNP Paribas, Commerzbank, Intesa Sanpaolo o las aseguradoras Allianz y Axa, los mayores tenedores de bonos griegos.
Grecia ha sido secuestrada por un pequeño grupo de banqueros e inversores, a costa de la quiebra económica y la miseria más absoluta, y esto es lo que puede sucedernos no tardando mucho a nosotros. La cuestión no es rescatar un país, la cuestión es bajo el pretexto de la crisis cambiar toda una sociedad, de tal forma que la gran masa se pueda controlar por unos pocos a través de la necesidad, es decir, con el desempleo, las deudas perpetuas, los sueldos de miseria y la regresión de derechos y servicios públicos.
Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar. Por más que quiera maquillar la situación el Gobierno, el rescate español parece algo inevitable, y terminaremos por caer en la trampa, tras seguir el caminito de miguitas de pan. Que nadie pierda de vista los países ya intervenidos, más que un rescate, se trata de una “ayuda financiera”. El pueblo llano es un convidado de piedra que terminará pagando el “rescate” por una crisis que no ha generado, pero sí padecerá.
Ahora, con el “rescate”, llegarán también las primeras medidas que vertebran el plan de los “rescatadores” y de sus aliados políticos: un Gobierno de cualificados “gestores” que entienden de números; un ministro de Economía de la confianza de la élite financiera internacional; paquetes de recortes “imprescindibles” en Sanidad y Educación; capitalización “imprescindible” de la banca con fondos públicos; reformas de la legislación laboral en detrimento de los trabajadores ( reducción del salario mínimo, debilitamiento del convenio laboral en favor de la negociación individual, despido progresivo de miles de funcionarios, abaratamiento del despido…) ; eliminación de prestaciones sociales y aumento del IVA; recargos en el agua, la electricidad y los combustibles; medidas para el control de los medios de información; incremento acelerado de los dispositivos policiales de seguridad y orden público; no se reforma el mercado hipotecario y financiero nacional para seguir estrangulando las economías familiares; planes de privatización de servicios públicos y bienes nacionales bajo el eufemismo de “puesta en valor”- infraestructuras sanitarias, empresas de transporte, suministros de agua y energía, loterías y quinielas… Podíamos citar tantas “medidas y recortes”, pero bueno ya las irán comprobando, de momento imagínenselas.
La cantidad que se va a prestar en esta recesión provocada puede ser bastante cuantiosa para nuestro país y el baile de cifras abrumador. Lo cierto es que si la cosa continúa como está, no será el único que pediremos. Y mientras la Comisión Europea y el FMI progresivamente injerirán en nuestras instituciones y en las reformas legislativas, obviamente para salvaguardar sus intereses, que no son los nuestros. El objetivo de este macabro plan no es otro que sacar provecho de una recesión creada expresamente para que la riqueza pase a cada vez menos manos y para que las condiciones que permiten el enriquecimiento de esa élite sigan mejorando progresivamente. Por eso, sus acciones en nombre de la crisis van encaminadas a la degradación del mercado de trabajo hasta que todo el mundo esté dispuesto a hacer cualquier cosa por un bocadillo, al desmantelamiento de los servicios públicos y a su sustitución por servicios de pago prestados por corporaciones privadas (en las que tienen parte los propios políticos que favorecen el proceso), al debilitamiento del ya deficiente sistema democrático… .Como ya analicé en otros artículos de opinión, todo nos lleva a un retroceso del Estado Social y la pérdida de las conquistas y derechos adquiridos por la humanidad a través de largos y penosos procesos de lucha.
Mientras tanto sigan ustedes debatiendo sobre las neuras de Belén Esteban o la tristeza de Cristiano Ronaldo; eso sí, no se les vaya a ocurrir pensar porque no llegan a final de mes y porque tiene que elegir entre comprar libros o la cesta de la compra. Y por supuesto que no se les pase por la cabeza preguntar al vecino porque ha colgado el “se vende” en su balcón, porque dice tantas mentiras su alcalde ó porque aquel pintor que trabajo hace dos años en las reformas de su casa hurga ahora delante de usted dentro de un contenedor de basura. Como dice Joan Manuel Serrat en estos tiempos “y con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas”. Todos vamos a pagar la crisis sí, pero en todos nosotros está la solución para que todo esto cambie. No miren para otro lado, por favor.
Para terminar les contaré la última polémica a título anecdótico, y es que tras una investigación del Canal Historia, se ha comprobado que uno de los leones que flanquean la entrada del Congreso de los Diputados carece de saco escrotal. Los mismos descubridores se han ofrecido a colocar lo que falta desde hace 150 años, provocándose un debate propio del Estado de la Nación, pero si les digo la verdad, con esto de tanto recorte, porqué no dejar a Daoíz y Velarde ? que así se llaman los felinos -eunucos para siempre. En vez de poner, cortemos mejor los cojones del león que posee sus atributos desde 1865 – por cierto el que tiene el rabo tieso -, quizás ello ejemplifique mejor que nada la situación de indefensión y “castración generacional” que muchos de nosotros padecemos hoy en día. No se si es por falta de testosterona o de ideas, pero lo cierto es que no conseguimos enderezar esta crisis provocada ni terminamos de señalar a los culpables. El bosque arde a manos de los pirómanos, los mismos que ahora se ofrecen a apagar el fuego. Yo me pregunto qué van a hacer ustedes … porque la dignidad es lo último que se pierde junto con la esperanza…no ?.
” Recomendar sobriedad al pobre es grotesco e insultante a la vez. Es como decir que coma poco al que se muere de hambre”.
Oscar Wilde, poeta y escritor británico (1854-1900).
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