No salgo de mi asombro. Lo que ayer vi en la sesión de pleno ordinario me resultó más que indignante. Tanto que poco me ha faltó para no ganarme una querella por decirle a cierta persona que ya se pueden imaginar cuatro verdades, y no precisamente las del barquero.
A quien utilizó todo tipo de artimañas los ocho años que estuvo en la oposición para entorpecer la gestión y desgastar a los anteriores equipos de gobierno del PSOE, por intentar dar lecciones de coherencia, lealtad a la institución, dignidad, etc. A quien probablemente ha mentido más que hablado el tiempo que lleva dedicándose a la actividad política, por tratar de desacreditar la labor de fiscalización del grupo socialista. A quien en lo que al uso del populismo y la demagogia se refiere no gana nadie en muchos kilómetros a la redonda, y tiene ya tras de sí un currículum nada despreciable que le avala, por tachar a sus adversarios políticos, y con una inquina elevada a la enésima potencia, precisamente de eso mismo. ¡Manda cojones!
Quizá me esté jugando la querella ahora, pero asumo la consecuencia. Hay momentos en los que uno no puede callar, porque si uno calla revienta, y este había de ser uno de esos.
Jamás había visto mayor exhibición de desfachatez. O quizá sí. Porque, aunque lo intenta, muchas veces incluso a su pesar, el señor Romero no siempre logra superarse a sí mismo y no sabría decir con seguridad si lo volvió a conseguir anoche. Y hablo con conocimiento de causa porque he asistido a muchos plenos. Es decir, hablo con objetividad, que no imparcialidad, lo que ni pretendo, porque ser imparcial para un ser humano ?me consta? es absolutamente imposible.
Se ha comportado el tipo como una fiera herida y acorralada a la que ya se le ha dado caza pero que, no obstante, sigue dispuesta a dar sus últimas embestidas y zarpazos y procurar hacer el mayor daño posible si se le brinda la menor oportunidad. Permítaseme el símil.
Podría enumerar aquí el sinfín de ardides, tretas, falsas o medias verdades a las que a lo largo de su carrera ha recurrido, aunque no estoy seguro de que me merezca la pena y el esfuerzo. No obstante, no voy a dejar de mencionar algunas de sus hazañas más sonadas y conocidas. Para refrescarles la memoria a algunos, incluido él mismo. Así como subrayar el hecho de que a pesar de llevar tan sólo apenas año y medio en la alcaldía ya ha batido varios récords.
La paralización del desarrollo del proyectado parque tecnológico y medioambiental de La Gertrudis, que ha derivado finalmente en la pérdida de la propia finca, sin ni siquiera un intento para evitar la ejecución del embargo que pesaba sobre la misma, por su “sincero amor a la naturaleza y su profundo respeto al medio ambiente”. Su “apoyo leal y constante” a los anteriores equipos de gobierno para sacar adelante proyectos como los de la ZAL en el Fresno, absteniéndose, claro. Su “preocupación” por el cobro de la tasa por la retirada de los inertes de Acerinox. Su “gran capacidad” para la gestión poniendo a disposición de particulares patrimonio, recursos e instalaciones municipales, todo “para favorecer la promoción de la actividad económica y empresarial”, ¡faltaría más!. O su “valentía” a la hora de despedir a un montón de “enchufados y estómagos agradecidos”, entre los que ha de incluírseme, a pesar de las trabas y los impedimentos que le haya podido poner y le pueda seguir poniendo la legalidad vigente, como si él fuera la personificación de la justicia misma.
Ya ven méritos más que sobrados para haberse hecho acreedor de la fama que le precede. Y ello sin mencionar otras muestras de su admirable maestría sobre cómo hay que oponerse a quien gobierna para ganar elecciones.
No voy a citar ya lo de aquel comentado incidente en los aledaños de la plaza de toros que costó la vida a un joven de Los Barrios, o lo del accidente de aquel crio que a punto estuvo de electrocutarse con una farola, y de los que se hace eco ese tal Mena que de cuando en cuando escribe y publica en este medio, ni el rédito que tanto a uno como a otro suceso el PA trató de sacarle, pero resulta toda una ironía que sea este alcalde quien hable de bajeza moral.
Él, que por utilizar ha utilizado hasta la difusión en prensa de una presunta agresión a un familiar, no cuando dicha presunta agresión se produjo, sino cuando le convino difundirla, varios días después, siguiendo una estrategia previamente calculada. Él, que sale en los medios diciendo que pone a disposición de los demás concejales de su equipo de gobierno para su uso el flamante coche que se acaba de comprar ?si bien yo todavía no lo he visto? y tiene la cara de decir que siente vergüenza porque hay veces que no tiene ni para invitar a un café a personas con las que se reúne en su actividad como primer regidor municipal. Él, que alardeaba de ser capaz de gobernar Los Barrios solito y sin ayuda de un liberado. Él, que se da golpes en el pecho por lo que le está costando desempeñar el cargo que desempeña y lo cierto es que por no pagar no se paga ni una hamburguesa de su propio bolsillo. Él, que presumía de demócrata y de defensor de la transparencia y no hay pleno en el que no interrumpa, niegue la palabra e incluso amenace con la expulsión al edil socialista que le toque en suerte, y que, de cuando en cuando, hasta se deja acompañar por un contratado como personal de confianza, cual si fuera perro guardián, para procurar impedir que le fotografíen en situaciones que no le interesa o no quiere.
Aparte de despacharse a gusto y llamar de nuevo “carroñeros” a los representantes del PSOE barreño en la Corporación, esta vez en su propia cara, digamos que para continuar siendo coherente con el patético discurso que ofreció el día de su toma de posesión, el muchacho ha dejado muy claritas cuáles van a ser su prioridad y su dedicación para los meses venideros: mirar facturas una por una, no sé si hasta un total de 20.000 ó 30.000, en caso de que le dé tiempo, y poner a la compañera suya ?compañera de filas, por supuesto?, amén de a algún que otro subalterno, a buscar como locos papeles firmados por Pilar Olivares, Antonio Rodríguez u otro exconcejal por los archivos del Ayuntamiento.
Aunque yo en su lugar me iría amarrando los machos, porque alguna que otra que le compete a él ?alguna que otra facturita quiero decir? respecto a sus viajecitos se puede hacer pública también en breve. Y ya de paso, por la que le espera el día 20 en los juzgados.
Al grupo popular se me ocurriría hacerle unas cuantas preguntas, pero me las reservo. Bastante castigo tiene con los compañeros de viaje a los que ha unido su destino. Tan sólo una me voy a permitir: si ahora que han asumido prácticamente casi todo el peso en la responsabilidad de gobernar van a utilizar las mismas fórmulas experimentadas en los últimos años, hasta 2011, en el Ayuntamiento de La Línea u otras distintas. Sin acritud ninguna, por curiosidad simple y llanamente.
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