No sé si estoy cabreado o decepcionado (o las dos cosas a la vez) con la sociedad en general y con este pueblo, tuyo y mío. Sí, os hablo de lo que sucedió hace unas semanas en el paseo. Un grupo de amigos fueron agredidos, sin comerlo ni beberlo, por unos incívicos, maleducados y sinvergüenzas. Se me ocurren otros adjetivos, pero no los diré para que, aquellos que van por la vida de “liberales”, no me llamen aquello que no soy. Faltan valores, justicia real y verdadera, una ley del menor justa y dos dedos de frente para nuestros gobernantes. Hace falta más vigilancia en nuestro pueblo, y no me vale como excusa que la situación económica del Ayuntamiento sea esta o aquella. Los vecinos pagamos nuestros impuestos y no nos vemos recompensados como “debemos” y “necesitamos”.
Por cierto, he echado en falta, por parte de quienes nos gobiernan, una nota de prensa, un post en el Facebook, un simple video, condenando este acto vandálico (se publican noticias todos los días en las redes sociales del Ayuntamiento). Espero y deseo que sea un despiste y no porque no conviene, aunque ni uno ni otro son bienvenidos. No es una tontería, ni una cosa de niños. Es algo serio. Mañana le puede pasar a tu hijo, a tu nieto o a ti mismo que estás leyendo estas líneas. Por favor, dejémonos de gilipolleces varias, que ya tenemos bastantes, y trabajemos por lo importante.
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